— ¡Mira quiénes van allí! ¡Pero si son los adorables maricones!
— Ignóralos Jimin, sigue caminando. —Susurró Jimmy apretando su mano.
El pequeño rubio se encogió en su lugar escuchando las burlas detrás de él. Jimmy apretó más fuerte su mano y mordió su labio inferior para ahogar lo sollozos en su garganta. Jimmy apretó más el agarre y aumentó el ritmo de los pasos que daban.
— ¡Vengas acá putitos! ¿Por qué no nos bailan un poco? Lucían tan calientes allá en el escenario con su ropa rosada, ¡me ponen tanto! — Y más carcajadas.
— Y allí va el espécimen de lo que es la aberración humana.
— Homosexuales de mierda.
— Jódeme. Ni nosotras las mujeres somos así.
— Qué mierda, siempre agarrados de la mano. Qué asco.
— Dan pena.
— ¿Por qué no se matan? Dan asco.
— Ugh, miren quiénes llegaron.
Jimin rompía a llorar en los baños mientras Jimmy era acorralado contra los casilleros siendo golpeado. Él siempre le había gritado a Jimin que corriera cuando veía a los matones de la universidad acercarse a ellos. Trataba de detenerlos para que no agarraran a su gemelo mayor y a cambio recibía múltiples insultos, golpes y actos de humillación que difícilmente tragó.
Jimin le repetía que dejara de cargar por todo entre los dos, que no era bueno que se guardara todo. Jimmy no lo escuchaba, era necio, terco y prefería ser él destrozado antes de que a Jimin le tocaran un cabello. Prefería llegar con moretones a casa que escondía debajo de su esponjosa ropa a ver llorar a Jimin por un frágil rasguño. Jimin era débil, demasiado débil.
Jimmy tuvo que comenzar a desarrollar dos caras si quería seguir manteniéndose a flote. La cara linda: su verdadero y dulce persona interior que era con su gemelo. El cuidadoso, maduro, tímido, risueño, imaginativo y amante del dibujo y música. Y canto, por supuesto. Ese era Jimmy antes.
Y luego su falsa máscara. La máscara sucia de un chico perverso, manipulativo, grosero, chantajista, berrinchudo, bocón e hiriente que la gente comenzó a crear. El gemelo que se metía en las peleas, que se agarraba a golpes en las esquinas con los grupos que los molestaban. No le importaba con tal de mantener a Jimin bien, sonriente y a salvo de la crueldad.
Sin embargo venía una contraparte al comenzar a jugar al chico malo. Un problema de toda la vida pero que nunca le había comenzado a picar hasta que aquella máscara y personalidad nociva salió a la luz: la comparación. El ser comparado constantemente a Jimin. El ser siempre él, el malo. El que no era un ejemplo a seguir, la pequeña copia barata que todos pasaban de largo.
Inclusivo sus propios padres.
Jimmy solo era el 2.0 de Jimin. Una versión maligna de él a la que todos le hacían muecas y las burlas se volvieron más constantes. Zafó a Jimin de todo y todo el peso se lo aventaron a él. Era él la patética copia y mal tercio siempre. El que sobraba y no encajaba porque toda la atención se la llevaba Jimin con la sonrisa dulce, angelical y risa aguda. La gente se derretía, nadie osaba molestarlo más. ¿Cómo podrían dañar a un angelito?
Y era triste porque Jimin aprendió eso de él. Jimmy era antes el de adorables sonrisas, mejillas rosadas, risa dulce, actitud de un solecito. Jimin era el serio, el que se encogía cuando le dirigías la palabra, el asustadizo del mundo, jalado constantemente por su hermano para que aprendiera a brincar de alegría y ver el mundo como un caramelo gigante.
Y luego fueron idénticos. Claro. Jimin era mayor entonces clásicamente todos apuntaban a Jimmy con el "sé original". Así que jugó al niño malo combinando la protección a su gemelo. Perdió más de lo que ganó. Dolía mucho al principio que lo señalaran y le dijeran "puta" y ende cantidad de insultos, dolía bastante, pero después comenzó a crear un escudo de egocentrismo y les dio razones para que lo llamaran así.
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PRETTY PARK TWINS - yoonmin [LIBRO 1]
Fanfic❝ Jimin y Jimmy eran dos lindos gemelos, y Yoongi el malhumorado chico que debía cuidarlos. Sin embargo, parece que la situación no siempre es dulce y acaramelada como parece. Los gemelos son especiales, y lentamente Yoongi se comienza a dar cuenta...