cap 23

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Los héroes habían estado haciendo un plan para realizar el rescate, los grupos ya estaban hechos, el grupo número uno entraría por atrás, el número dos por enfrente y dos estarían a las afueras del escondite por si intentaban darse a la fuga.

El equipo uno estaba confirmado por Aizawa, Izuku, Endeavor y bakugou, los cuales entrarían por el frente.

Iban en silencio, no querían hacer ruido para, necesitaban ser cautelosos si querían que todo saliera bien.

Después de unos minutos buscando en el lugar se encontraron con alguien.

-Valla, tenemos invitados- al momento reconocieron al chico que se encontraba frente a ellos, el mismo que se había llevado a bakugou del campamento.

-Dabi- el Todoroki fue el primero en atacar, Aizawa pronto esquivo el ataque.

-Eandevor, que sorpresa- una bola de fuego azul se dirijo hacia el héroe número 2.

-Salgan de aquí, encuentren a shouto- dijo el pelirrojo para atacar al villano.

Los otros hicieron caso y siguieron su camino hacia el bicolor.

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El bicolor seguía atado a la silla, depronto alguien entro al cuarto donde se encontraba.

-Dormiste bien niño bonito?- dijo yoarashi dándole unas palmadas en la mejilla al ver el rostro cansado de este.

-Maldito imbécil- el bicolor estaba furioso, no sabía si ese insulto iba a dirijido al más alto o a el mismo por haber ido al lugar sabiendo que no era katsuki, o por no haberse podido defender decentemente.

-No tenemos tiempo para charlas, los idiotas de la UA están aquí, asi que tengo que sacarte del edificio, aunque me gustaría divertirme un poco contigo antes.

El más alto se acercó al de cabello dispar y tomo su rostro, el chico se resistió pero el otro logro hacerlo mirar al frente.

-Mirate, eres patético -dijo Inasa para después darle un beso, shouto intento resistirse pero el más alto no se apartaba así que le mordió el labio hasta casi arrancarle un pedazo.

Yoarashi se separó furioso y le dió un golpe en la cara.

-idiota! intenté hacerlo por las buenas, pero si quieres dejamos los juegos- dicho esto se acercó al bicolor y lo desató de la silla, dejando atadas sus manos y sus pies, para aventarlo bruscamente al piso.

El más alto empezó a soltar sus feromonas, el bicolor se sentía más débil pero el olor le daba asco.

Inasa comenzó a desabrocharse el pantalón, shouto solo quería salir corriendo de ahí, intento usar su quirk pero al parecer la droga que le habían dado lo bloqueo por completo.

El más alto se puso sobre el mientras intentaba despojar de su ropa al chico.

El bicolor alcanzó a observar al otro lado de la habitación un pedazo de vidrio roto.

Tomo las pocas fuerzas que le quedaban y le dió un rodillazo en la entrepierna a Inasa y aprovechando que este se había apartado un poco se safo del agarre y fue hacia donde estaba el vidrio, con dificultad corto las cuerdas de sus piernas y sus manos.

-Ven acá imbécil! -uso su voz de mando, se supone que el otro no podía desobedecerla pero en vez de detenerse corrio hacia la puerta, el más alto golpeo al bicolor, este estubo apunto de caer, pero no podía rendirse, tenía que salir, ahora sabía que sus amigos estaban en el edificio.

El mitad albino golpeo con todas sus fuerzas y con el vidrio que aún continuaba en su mano al chico, el otro solo pudo soltar un grito de dolor al sentir el vidrio encajando en su rostro el heterocromatico corrio hacia el pasillo.

No iba a una gran velocidad pero llevaba ventaja, tenía sangre en la mano, suya porque el vidrio también lo había cortado a el y del más alto por la herida que ahora llevaba en su rostro.

Después de bajar escaleras el chico empezó a escuchar demasiado ruido, golpes y explosiones, todos estaban peleando, almenos a los que alcanzó a ver.

Depronto sus ojos hicieron contacto visual con un par de rubíes.

-k-katsuki- dijo este con una sonrisa,estaba feliz de verlo, no había Sido mucho tiempo el que estubieron separados pero pudo no volver a verlo.

-Shouto!- el rubio estaba feliz, por fin había encontrado a su fresita, el hueco que había en su corazón desde el secuestro había desaparecido.

Pero, como sabemos no todo dura para siempre y Aveces es mejor no celebrar antes de tiempo.

Depronto una daga atravesó el costado del mitad albino y toda la felicidad del rubio desapareció por completo.

Era como si el tiempo se hubiera detenido solo podía ver al chico que amaba desvaneciéndose en el suelo.


Maldito mitad-mitadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora