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Mi mirada estaba pegada a Peter quien hacía algo llamado "Fumar" quise intentarlo pero no me dejó, el estaba en el porche mirando el bosque mientras yo me mantenía sentada apoyada en la entrada, mis rodillas estaban curadas finalmente y mis dudas empezaron a surgir, hasta ese momento no me había atrevido a decirle algo sobre lo que hablé con Steve quien para mi buena suerte no se había vuelto aparecer, quizás estaba en eso llamado escuela.

—¿Que te sucede? Dafne.—Preguntó deshaciéndose de la colilla.

—No es nada.—Me levante del suelo sacudiendo mi ropa.

Volteó a verme enarcando sus cejas, sin más suspiré dispuesta a decírselo.

—Quiero ir a la escuela.—Baje mi mirada con temor a lo que el hiciera.

—¿De donde sacaste esa idea?—Pregunto con seriedad.

—Lo he leído, quiero ir a la escuela y aprender todo lo que no pude con papá.

—Es peligroso.—Fue lo único que dijo antes de entrar a la cabaña.

—¿Como lo sabes?—Bufe caminando atrás de el.

—Solo lo sé, podrían estarnos buscando, si nos atrapan tu serás encerrada de nuevo y a mi me matarán.—Dijo así nomás.

—Entonces... ¿Estaré aquí encerrada hasta mi muerte?—Hable con sarcasmo.

—De ser necesario así será.

—Eres injusto.—Me cruce de brazos reteniendo mi enojo.

—¿Que has dicho?—Volteo a verme frunciendo el ceño.

—¡Que eres injusto! ¡Tu sales siempre ni si quiera se a donde pero yo tengo que permanecer aquí!—Grite sintiendo mis ojos aguados.—¿Cual es la diferencia de estar contigo a estar en el laboratorio?

Lo había hecho enojar, lo supe por la forma en que me miraba, a veces sentía que al observarme así se llevaba parte de mi alma.

—¡No te me acerques!—Le grité dándole un empujón cuando camino hacia mi.

—Estas siendo muy grosera, Dafne.—Gruñó tomando mis muñecas evitando así que lo echara de nuevo.

Ante mis intentos de soltarme el me zarandeo con poca fuerza llamando mi atención, sollocé, odiaba sentirme así, odiaba saber que tenía mas emociones de las que pude sentir alguna vez, lo odia a él.

—¿Quieres saber la diferencia de estar aquí conmigo que en ese lugar?—Se agacho hasta quedar a mi altura sin soltarme pues me seguía resignando a su cercanía.—Para ellos no eres nada, solo un simple conejillo de Indias, un experimento con poco valor... Yo te cuido, te protejo, me preocupo por ti Dafne.

Lo miré con la mejillas empapadas, el me mostró una sonrisa antes de besar mi mano y luego mis pómulos haciendo que me tranquilice.

—Escúchame, solo quiero tu bienestar... ¿Entiendes?—Puso su mano en mi mejilla para mimarme.

—A veces extraño el laboratorio... Cuando eras diferente y no me dabas miedo, cuando todavía eras bueno.

—¿Me temes?—Murmuró.—¿Crees que podría dañarte sin motivo?—Ladeó su cabeza recuperando su fase pacifica.

—Estas loco.—Solté ante su forma tan rara de cambiar.

—Tu también Dafne, o de lo contrario no estarías aquí.—Ahí estaba de nuevo con esa sonrisa burlona.—No me adorarías de la forma en la que lo haces.

—¿Qué hay de ti?

—¿Yo?...—Enarcó su ceja empezando a mirar cada facción de mi rostro como si tratara de descifrar que quería escuchar exactamente.—Haría todo por que estés bien, nadie jamás podrá lastimarte de nuevo.

Con la cabeza dándome vueltas y mi sentido común gritando por huir me aferré a el, a su extraño ser que me entristecía y me hacia sentir tan amada al mismo tiempo, amada de una forma que no podía explicar, en ese momento lo abracé sabiendo que solo éramos el y yo en aquella cabaña que nos refugiaba.

—Saldrás cuando sea el momento adecuado, por ahora quiero que tú permanezcas aquí donde yo se que estás bien.—Susurró dándome aquella seguridad.

Pero mi mirada seguía triste, el me dio un beso casto en mis labios antes de ponerse firme y extenderme su mano.

—Vamos, solo caminaremos al rededor.—Habló dándose por vencido.

Con una sonrisa lo sujete de la mano, dimos unos pasos hasta tocar el bosque en ningún momento le solté la mano y tampoco estaba en mis planes hacerlo, su cercanía era todo lo que me hacía sentir bien.

Obsession |Peter Ballard.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora