015

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Mi mirada recorrió el lugar, lo primero que noté fue el blanco que había mientras mi cuerpo sentía comodidad, ¿Había muerto? Definitivamente de ser así, no estaría en un paraíso, tan pronto como recupere el sentido me recline notando que no estaba en la cabaña, al contrario ese lugar me recordaba un poco a la enfermería del laboratorio.

—Dafne.—La voz de Peter a mi lado me hizo estremecer.

—¿Donde estamos?—Hablé con miedo.

—En el hospital.

—Su hermano la trajo justo a tiempo.—Una enfermera habló, no había notado su presencia hasta ese momento.

Mire a Peter con una ceja enarcada ¿Como que hermano? A penas recordaba lo que había ocurrido.

—Iré por la Doctora que te atendió.—La mujer me mostró una sonrisa antes de marcharse dejándonos a solas.

—Me alegra que estes bien.—Se acercó a mi tratando de sostener mi mano sana pero la aparte.

Rápidamente voltee a ver mi herida la cual estaba vendada y seguramente cocina, aun así sentía dolor.

—Déjame sola.

—No lo haré.—Esta vez sujeto mi mano.—Escucha, lamento lo que dije.

—¿Que de todo lo que dijiste exactamente?—Regrese mi mirada hacia el.—¿Que ibas a matarme porque no te sirvo? ¿Que nunca me haz amado?

—No quise decir eso.

—¿Como creerte?—Dije ladeando mi cabeza.

—Te amo, Dafne.—Intervino.—Sabes que lo hago.

—Ya no creo tus mentiras.—Negué mordiendo mi labio.

—Dije esas cosas porque estaba molesto.—Levantó mi mano plantándole un beso.—Estaba enojado porque estuviste con otro hombre, no pude contenerme.

—¿Crees que sería capaz de fijarme en alguien más? Luego de demostrarte lo mucho que te amo.—Estaba incrédula de sus palabras.

—Me descontrole, dije cosas que no debí decir y lo siento.—Esta vez coloco su mano en mi mejilla para así acariciarme.—Solo me preocupo por ti, porque eres especial para mi.

—¿Lo dices en serio?—Murmuré.

—Claro que si, mi pequeña.—Sus labios se acercaron a los míos pero al instante la puerta se abrió interrumpiéndonos.

—Nos diste un gran susto.—La Doctora entró.—Si me lo permite, señor.

Ella señaló la puerta esperando a que este saliera, Peter me dirigió una última sonrisa antes de besar mi frente dejándome a solas con la mujer.

—Cuéntame, ¿Por que haz hecho esto?—La mujer empezó a retirar la venda dejándome ver la sutura.

—Estaba enojada, no sabía que otra cosa hacer.—Murmuré apartando la mirada.

—¿Tu hermano hizo algo para que te enojaras?—Cuestionó.

—No... Solo estaba algo borracha y muy enojada.—Repetí.—¿Cuando podré irme?

—Bueno, primero tendrás que quedarte en observación y luego veremos si sales o...

—¿O?

—Te quedas en un psiquiátrico.—Explicó.—No lo tomes a mal, es el protocolo a seguir en estos casos. Si ya atentaste contra tu vida una vez, nadie dice que no volverás hacerlo.

—¡No lo haré!—Me sobresalte.

—Lo siento... Eso ya no depende de mi.

Terminando de anotar algunas cosas en su carpeta me mostró una última sonrisa antes de marcharse dejándome sola. Pero hubo algo que me desconcertó, ¿Por que Peter no habría regresado si ya estaba sola? ¿Acaso le prohibieron verme?

—Agh.—Me queje quitando la aguja en mi vena por donde pasaban el suero, me estremecí al poner los pies en el frío suelo.

Mi único objetivo en ese momento era encontrar a Peter, tenía que hablar con el, tenía que decirle cuánto lo amaba y que lo perdonaba por lo que había hecho, después de todo había sido mi culpa que se enojara.

—Disculpe, estoy buscando a mi hermano.—Me acerque a una de las enfermeras.—Rubio, ojos azules, muy bonito.

—Lo siento, no lo he visto...—Hizo un puchero.—¡Oh, si! Lo vi salir acompañado de unos señores.

—¿Qué?—Hice una mueca.

—Si, hace tan solo un cuarto de hora estaba a fuera de una de las habitaciones y luego lo vi saliendo.—Explicó.—Tengo que irme.

—Si, yo igual.—Sin mas corrí a la salida bastante asustada.

¿Por que el se iría con unos hombres? No tenía ningún sentido, me sentía perdida, desorientada y angustiada, ¿Donde estaba? Obtuve mi respuesta tan pronto como vi aquel hombre que me había tenido prisionera durante años.

—Papá...—Puse los ojos en blanco al verlo.

El me mostró una sonrisa cínica, no podía creerlo, como pude di media vuelta tratando de escapar pero dos hombres se acercaron a mi inmovilizándome.

—Suéltenme o les juro que les volaré la cabeza aquí mismo.—Gruñí forcejeando.—¡¿Donde está?! ¡¿Que le has hecho?!

—Silencio, tres.—Papá levantó su mano haciendo una seña.

—Por favor... Solo dime que está bien.—Murmuré histérica.

Papá miro a los hombres que me retenían y dio un asentimiento de cabeza.

—¿Que creen que hacen?—Di un pequeño salto cuando uno puso algo contra mi cuello.

Una fuerte corriente pasó por mi cuerpo haciéndome dormir, ¿A donde me llevarían? Temía pero no por mi, la vida de Peter era lo único que me importaba en ese momento, papá era malo y estaba segura de que quizás el ahora estaría pasándola muy mal.

Obsession |Peter Ballard.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora