Resumen: Un año (y algunos meses) después, Harry sigue teniendo pesadillas.
Comienza:
Harry abrió los ojos de golpe. Se volteó y clavó los ojos en el techo, colocando una mano sobre su pecho. El corazón le había subido hasta la garganta y notaba sus sienes palpitar.
A su alrededor, solo habia oscuridad.
Era verano y, en algún momento de la noche, había empujado las sábanas hasta los pies de la cama. La ventana estaba abierta y el suave sonido del motor de un coche irrumpió, durante un segundo, en la tranquilidad de la noche. Las cortinas blancas hondeaban suavemente y la luz de las farolas se filtraba lo suficiente entre ellas, delineando los muebles de la habitación.
Harry siguió intentando controlar su respiración. No quería recordar lo que le había despertado. Ahora que Voldemort había muerto, ya no tenía por qué hacerlo. Sus sueños ya no eran aquellas piezas de información que habían salvado al señor Weasley y matado a Sirius. Ahora solo eran sueños, una huella de lo vivido.
A veces se despertaba gritando. Otros, el miedo y la desesperación se le clavaba en los huesos y estaba gruñón el resto del día. En ocasiones, en ocasiones Harry estaba seguro de que Voldemort seguía vivo, en algún lugar, haciéndose más fuerte y esperando al momento oportuno para terminar lo que empezó.
Lo normal era que todo desapareciera al cabo de los minutos. Lo normal era que, después de haber despertado, no volviera a conciliar el sueño.
De todas formas tampoco, pensando incorporarse, estaba cansado. Llevaba dos años descansando poco y mal y ya estaba acostumbrado. Salió de la cama y cruzó el pasillo hasta el baño cuando se detuvo.
No es que Harry estuviera paranoico. Sabía que Voldemort había muerto, que ya estaba. habian ganado. Sabía que el último arresto a mortífagos había sido el abril pasado y que se estimaba que, los que permanecieron, habían huido del país. Pero, aun así, cuando vio el halo de luz que atravesaba el hueco de la escalera, como un faro en la mitad de la noche, sentí que el pelo de su nuca se erizaba y que todos sus instintos gritaban peligro.
Antes de bajar las escaleras —de una en una, asegurándose de no hacer ningún ruido—, volvió a por su varita. Sabía que uno no era nunca lo suficientemente precavido, que en el último una sombra podía convertirse en el peor enemigo.
La puerta del salón estaba entreabierta y un murmullo apagado se colaba por ella. Harry se mojó los labios y apretó con fuerza la varita dentro de su mano antes de empujar la puerta suavemente.
Al otro lado, Fleur levantó la cabeza suavemente y Harry notó sus mejillas arder. Claro, lo había olvidado.
—¿Te ha despegado, Haggy ?
En realidad, Harry nunca había planeado tener a Fleur Delacour sentada en su salón, con la luz de una lámpara de mesa y acunando a un bebé entre sus brazos. Como tampoco había planeado irrumpir en medio de una discusión entre Fleur y Bill el día anterior. Harry no lo había planeado, pero cuando Bill salió de la habitación a pasos rápidos y Fleur dejó caer los hombros como si, de pronto, todo fuera más de lo que podía soportar, se lo había ofrecido sin pensarlo dos veces.
A fin de cuentas, la vieja casa de Sirius era lo suficientemente grande para acogerlos a los tres.
Se mojó los labios y bajó la varita —y Fleur siguió el movimiento con sus ojos azules.
—No, no has sido tú —le respondió dando un par de pasos dentro de la habitación. Era uno de agosto y hacía calor, tanto que Harry solo llevaba unos pantalones cortos.
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Historias y One-Shot de Fleur Delacour.
RandomHistorias y One-Shot lemon entre Harry Potter y Fleur Delacour.