Stigma (Taegi/Yoontae)

capitulo 7

Taehyung empezó a caminar calle abajo. Giró sobre su hombro y vio que Suga no lo seguía. Estaba apoyado en el mismo sitio, mirándolo.

—¿Vamos? —preguntó Taehyung con un movimiento de cabeza.

Suga se mordió el labio inferior. Taehyung podía sentir el flujo de sus pensamientos. Seguro que no iban muy desencaminados con respecto a los mismos que rondaban por su propia mente: «¿Vendrá? ¿Realmente lo hará? ¿Debería seguirle?».

Dando la última calada al cigarro, Suga lo tiró, lo aplastó con el pie y avanzó con paso decidido.

Menos mal que su casa estaba a solo dos minutos del bar, porque el silencio que acompañó a los dos chicos durante aquellos interminables segundos fue matador. Solo se escuchaba el eco de sus pisadas, algún sonido ahogado de la música de los bares de alrededor y las teclas de los móviles de ambos mientras escribían mensajes a su respectiva gente. Taehyung sacó sus llaves una vez parados ante el portal. Vivía en un bajo, por lo que en menos de medio minuto se encontraba en el pasillo de su casa, cerrando la puerta y con un silencioso Suga de pie, allí en medio.

—¿Quieres una cerveza? —preguntó, dejando las llaves en la mesita de la entrada y caminando hacia la cocina.

—Claro —contestó Suga, siguiéndolo con la mirada.

Taehyung aún no salía de su asombro. Okey, se había hecho el chulito preguntándole lo de seguir jugando en su casa, pero había sido solo bravuconería. Realmente pensaba que el muchacho le soltaría alguna de sus habituales pullas o insultos. Pero allí estaban, Taehyung tendiéndole una cerveza mientras Suga apoyaba sus caderas sobre la mesa de la cocina. El chico dio un buche, posó la lata sobre la mesa y miró a Taehyung, quien estuvo varios segundos observándolo, hasta que dio un paso y sus caras se quedaron apenas separadas por unos centímetros. Le puso una mano sobre la cadera, sintiendo cómo se tensaba ligeramente. La otra la dirigió al cuello y comenzó a acercar sus rostros, pero Suga cabeceó hacia atrás. Taehyung levantó una ceja, asombrado y sonriente por aquel gesto. Volvió a intentarlo, y el chico reculó de nuevo.

—¿Qué ocurre? ¿Eres de los que no besan? —preguntó socarronamente.

—Yo no soy nada, sencillamente no lo soy —contestó Suga sin apartarse de él ni un centímetro.

Taehyung no quiso contestar a aquello. «¿Que no eres? ¿Te refieres a que no eres gay? Pues siento desilusionarte, pero lo que va a ocurrir esta noche aquí tiene mucho que ver con que te gusten las pollas», pensó Taehyung. Pero lo dejó pasar. «Está aquí, ¿no? Eso ya es algo. ¡Es mucho!». Le sonrió, chasqueando la lengua. Con el pulgar que aún mantenía en el cuello, acarició hacia arriba, pasándolo por la nuez y obligándolo a que echara la cabeza hacia atrás cuando presionó su dedo en la parte baja del mentón. Suga se dejaba hacer mientras lo miraba. Con el cuello a su completa disposición, Taehyung hundió su cabeza en él. Le encantaba cómo olía. Ya lo comprobó en la playa. Esa mezcla de colonia de hombre con el olor corporal hacía estremecer su cuerpo. Quería lamerlo. Lamerlo por completo.

Y eso hizo.

Sacó su lengua y comenzó a saborearlo. Suga no emitía ningún sonido, pero tampoco daba indicios de que no le gustara o querer apartarse. Tan solo cerró sus ojos y se mordió los labios. Tras varios besos y pequeños mordiscos, Taehyung se retiró del cuello.

—Vamos a mi cuarto —susurró.

Esta vez, Suga sí lo siguió. Una vez dentro de la habitación, ambos se miraron. Suga estaba allí, con su porte de "el machote" bien erguido, sin una pizca de miedo o confusión por lo que estaba a punto de ocurrir. El cabrón era chulo hasta para eso.

—Quítate la camisa. —Taehyung habló con tono suave; más bien como una sugerencia.

Suga lo miró por unos segundos, verificando que aquella frase no fuera una orden. Llevó sus manos a los botones y comenzó a desabrocharlos. Taehyung observaba cómo eran desabotonados uno a uno, dejando ver aquella piel blanca y tersa. Cogió su propia camiseta y se la sacó por los hombros. Admiraron sus pechos desnudos mutuamente en silencio.