capitulo 11

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El día amaneció con el cielo lleno de nubes negras. Taehyung apenas había dormido la noche anterior, pensando en cómo se sentía el cuerpo de Suga contra el suyo. Lo que Jimin le dijo retumbaba una y otra vez en su cabeza: «¿Me estoy encaprichando? Pero eso es... imposible. ¡Por Dios! » Y además ¿qué esperaba? ¿Que un heterosexual, al que le había dado por explorar el lado oscuro, lo dejara todo y se quedara en esa nueva dimensión? ¿Que perdiera su posición de líder de los machotes por estar al lado del maricón de turno?

«No, claro que no. Pero... sé que él..., sé que a él le gusta lo que está pasando... Está confundido, lógico..., pero él... lo quiere, le gusta lo que siente... ¡Okey! ¡Ya basta de juegos! Si hay que darle un empujoncito para que se decida, se le da. Le voy a hacer pasar el mejor fin de semana de su vida».

A la última clase antes del recreo le estaba prestando poca atención, con todos aquellos pensamientos pasando una y otra vez por su cabeza. Cuando sonó la campana se dirigió a la cafetería, dispuesto a llevarse a Suga fuera de la ciudad con alguna pobre excusa para que estuvieran juntos. Llegó a la puerta de la cafetería y, para su disgusto, la planta estaba al completo lleno del grupito de Suga, se encontraba allí: los matones, la chica del pelo rubio y otros cinco chicos con el mismo aspecto de idiotas que Goyle y Crabbe. Pero a Suga no lo veía por ningún lado.

—Vaya, vaya, vaya. ¿A quién tenemos aquí? —dijo Goyle, o Crabbe; a Taehyung, sencillamente, le parecían igual de estúpidos—. ¡El maricón polla corta! ¡Y viene con el hadita detrás de él comiéndole el culo! ¡Cómo no!

Las risas que siguieron a aquel comentario estaban activando el modo pitbull de Taehyung. Ni siquiera se había percatado de que Beomgyu lo seguía. No tenía tiempo para esto. «¿Dónde mierda está Suga?».

—¿Sabes? —preguntó Goyle, parándose justo enfrente de él—. Creo que no te agradecimos los huesos rotos y moratones del otro día.

—Y como no te apartes de mi camino, vas a tener que volver a agradecérmelo. Así que, lárgate —ordenó Taehyung mientras intentaba sortear al matón.

—¡Tú de aquí no te mueves hasta que escupas sangre, maricón de mierda! —Y dicho aquello, lo cogió del cuello, tirando de él hacia abajo.

Taehyung levantó sus manos para agarrar la camisa de Goyle, pero unos brazos fuertes se lo impidieron, poniendo sus manos detrás de su espalda. Alguien le pegó una patada en la parte de atrás de sus rodillas y cayó hacia delante, hincándolas en el suelo. Antes de que pudiera levantar su cabeza, un duro puño se estrelló contra su mandíbula.

—¡Hijo de puta! —escupió Taehyung, sintiendo el sabor de la sangre entre sus dientes—. ¿Es que no tienes los huevos suficientes para enfrentarte sin tus amiguitos detrás?

La respuesta fue otro puñetazo, ahora cerca de su ojo, partiéndole la ceja. La cafetería estaba vacía. Todos los estudiantes habían salido de ella y observaban callados la pelea.

«¿Dónde putas están los profesores? ¿Y dónde mierda está Suga?», gritó Taehyung para sí mismo, pero una de sus preguntas pronto fue contestada.

—¿Qué está pasando aquí?

Taehyung levantó la vista hacia Suga. De uno de sus ojos goteaba sangre e iba hinchándose poco a poco, haciendo que su visión se nublara a ratos, mientras su labio partido no paraba de sangrar. «Menos mal, joder», pensó Taehyung, esperando que aquella pesadilla terminara.

—Por fin vienes—dijo esta vez Crabbe—. ¿Te acuerdas cuando dijiste que al maricón había que enseñarle cuál era su puesto? Pues aquí lo tienes, Suga, de rodillas.

Todos volvieron a reír, ahora más fuerte. Taehyung miró la cara de Suga. No era capaz de leerla. Las líneas de su rostro estaban tensas y sus ojos penetrantes lo observaban, pero no reflejaban ningún estado de ánimo. Otro puñetazo le hizo girar la cabeza hacia un lado. Para su asombro, no escuchó ni un "¡basta!" o un "¡para!" por parte de Suga. Extrañado, giró su cara hacia él. Este seguía contemplándolo sin expresión alguna. La chica rubia se le acercó y, empalagosamente, lo abrazó por la cintura. Apoyando la cabeza sobre el hombro, dijo:

Stigma (Taegi/Yoontae)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora