capitulo 12

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—Tae, cambia esa cara de no muerto que llevas. Un poco más y aquel chico de allí sale corriendo, pensando que le succionarías el cerebro como un puto zombi —argumentó Jungkook mientras recogían sus mochilas de la pista de baloncesto tras jugar un partido con un grupo de muchachos del barrio.

Sí, definitivamente, eso era Taehyung: un zombi, un cadáver, un no muerto; con vida por fuera pero totalmente vacío por dentro. El sábado pasó todo el día en la cama, encerrado en su cuarto. Le hizo pensar a sus padres que estaba estudiando, ya que pronto serían los exámenes de Selectividad. Quería olvidar. Quería encerrar en un baúl las tres últimas semanas, lanzarlo al mar y que se lo llevara lejos la marea.

Sus colegas decidieron ir a casa de Hobi para comer. Taehyung los seguía como un alma errante, con la mirada perdida y una pesadumbre palpable a su alrededor.

—Tae, ¿qué te pasa? —preguntó Hobi, poniendo las pizzas sobre la mesa para empezar a comer.

—Yo diría que hay problemas en el paraíso —rio Jungkook, acomodándose en el sofá.

Taehyung lo miró. En sus ojos se mostraba la desesperación y la ansiedad que recorrían su cuerpo, las horas de insomnio, las ganas de gritar hasta rajarse la garganta. Sus ojos brillaron al aparecer una fina capa acuosa en ellos, y a Jungkook le cambió la cara. Podría ser un estúpido la mayor parte del tiempo, pero sería capaz de dar media pierna por el bienestar de sus amigos, y sabía que algo andaba mal. Sentándose junto a él, pasándole el brazo por los hombros y con voz seria, volvió a hablar:

—¡Eh, Tae! ¿Qué pasa amigo?

Y Taehyung explotó. Les contó todo, desde el principio hasta el final, sin dejar detalles, ni siquiera los escabrosos. Mientras sus palabras salían, ninguno de los presentes lo interrumpía. Taehyung pensó que era mejor así. Necesitaba soltarlo todo de una vez y seguido. Al terminar, pudo sentir un alivio en su cuerpo y mente. Jamás pensó que decir en voz alta lo que llevaba dentro, sería, como normalmente se dice, quitarse un peso de encima.

Los chicos no hablaron. Lo miraban con caras serias, pensativas. Taehyung estaba cabizbajo, sentado en el sofá con sus codos apoyados sobre sus rodillas. Después de varios segundos de espera, Hobi habló:

—¿Te ha dado fuerte por el chico, eh? —No iba con retintín, no había sarcasmo en su voz. Sencillamente estaba afirmando lo que claramente se veía.

Lo único que hizo Taehyung fue respirar hondo. Jungkook volvió a su habitual modo de ser:

—Bueno, por lo menos os habéis roto el culo mutuamente.

—¡Cierra la boca, Jungkook! —le espetó Jimin.

—¿Por qué? ¿Es que no ven lo que pasa aquí? Están que se les cae, y nunca mejor dicho, el culo el uno por el otro. El problema del chico es que no quiere que nadie sepa que se le pone dura con un buen mástil enterrado en su culo.

—¡Jungkook! —gritaron Jimin y Hobi al unísono.

—No pienso esconderme. ¡Joder! ¡Nunca lo he hecho! No pienso ser su "teleputa" particular cuando tenga ganas de cambiar el pescado por la carne. —explotó Taehyung con rabia sarcástica.

—Tae —comenzó Jimin suavemente—, siempre has tenido un problema. — Taehyung lo miró con ojos destellantes. Lo único que le faltaba era que le espetaran algo—. Nunca has entendido cómo puede afectar a cada uno el darse cuenta de que no eres como la sociedad indica. Solo porque tú aceptaste desde primera hora que te gustaban los hombres, no significa que para otros sea igual de fácil. Solo has vivido en tus carnes la aceptación. Pero no has pasado por el miedo, las lágrimas, el verte diferente e incluso darte asco de ti mismo. El qué dirán tus padres, tus amigos, tu familia. Negar lo que eres cuando sabes que es imposible sentir lo que sientes. La frustración de ver cómo puedes ser apartado solo porque no sigues los gustos marcados.

Stigma (Taegi/Yoontae)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora