capitulo 2

1.9K 188 22
                                    

Durante el resto de las clases de la mañana, Taehyung se sintió algo inquieto. Oía susurros a su alrededor, y no creía que se equivocara mucho pensando que algo tenían que ver con él. Sentía miradas de soslayo, risitas apagadas y algún dedo acusador oculto. Sin embargo, llegó el final del día y se dirigió a la parada de autobús con paso rápido. Había una hora hasta su casa debido al cambio de instituto. Tenía ganas de llegar y pasar la tarde con sus colegas, jugando al baloncesto o la Play.

No cambiaría a jungkook, Hobi y Jimin ni por una supermamada de varias horas. Bueno, quizá por un revolcón con aquel tío de ojos de gato —que emanaba heterosexualidad por todos sus músculos—, pensaría en cambiar a jungkook cuando rayaba contando cómo se tiraba a una y otra cada fin de semana.

Jimin también era gay. A Jungkook y Hobi les gustaba llamarlos "los amantes", pero nada más lejos de la realidad. A Jimin lo conocía desde pequeño. Curiosamente, fue uno de aquellos niños que se estuvieron bañando en el lago cuando Taehyung descubrió que le gustaba más una buena anaconda que una ostra con premio dentro. Pero por alguna razón, siempre consideró a su amigo como... eso, su amigo. Jungkook y Hobi entraron en su vida más tarde, justo cuando se cambió de instituto por primera vez. A todos les gustaba el baloncesto, y eso fue lo que hizo que su amistad cuajara, sin importar si te gustaba más dar o recibir, o ambas.

—¿Cómo fue tu primer día? ¿Has hecho ya amigos rompiendo algunos culos? —El doble sentido que Jungkook le daba a casi todos sus comentarios cuando quería molestar a Taehyung, ya lo tenía escarmentado.

—Sí, pero esta vez he sido niño bueno y he guardado la última ronda para ti —contestó Taehyung, quitándole el balón y encestando desde la línea de triples.

—¿Dónde está "tu amante"? —Ese era Hobi, sentado en el banco situado al lado de la cancha de baloncesto, donde dos veces por semana se reunían para jugar un dos contra dos, atándose los cordones de sus zapatillas de deporte.

—¡Aquí estoy! —Jimin corría ligero hacia ellos, listo para el juego.

—Vamos, empecemos de una vez. A ver si después me da tiempo y voy al centro comercial, que tengo que hacer algunas compras —dijo Taehyung mientras se estiraba, preparándose para el partido.

—Oye, ¿cómo estuvo tu día? ¿Algo interesante?

Taehyung sabía perfectamente lo que Jimin definía por "interesante": chico follable, a ser posible grande y machote. Así le gustaban a su amigo. Él era más "del recibir".

—Tanteando el terreno —contestó con un ligero encogimiento de hombros.

—No tantees tanto y trabaja sobre él, que como sigas con los tanteos, el terreno se seca, como estás tú: seco, a dos velas desde..., ¿hace cuánto? ¿Tres meses? —Hobi rio, levantando los dedos y contando hasta tres.

—Cállate ya, cabrón, y vamos a jugar.

A la mañana siguiente, aquel picor en su nuca con el que se fue del instituto el día anterior era más palpable aún. Las tímidas miradas hacia él se hacían más numerosas, al igual que los cuchicheos. Se sentó en el mismo lugar y sacó sus libros.

—¿Perdona? ¿No te importa que me siente contigo? Olvidé el libro de mates en casa y..., bueno..., si no te molesta...

Taehyung levantó su mirada hacia el muchacho que le hablaba; rubio, de pelo corto y menudo. Unos ojos color chocolate lo observaban expectantes, esperando su respuesta con algo de miedo.

—¡Claro! ¡Por supuesto! Siéntate —contestó Taehyung, haciendo un hueco en el banco para que el chico se acomodara.

—Gracias, soy Beomgyu —dijo el muchacho al mismo tiempo que extendía su mano hacia Taehyung.

Stigma (Taegi/Yoontae)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora