CAPÍTULO VIII
—Tampoco es tan feo— comentó para mi mirándome al espejo, el vestido que llevo es ajustado al cuerpo con escote en V y más arriba de la rodilla, color azul oscuro de seda.
Me pongo las zapatillas negras de bota que son las que más combinan y me arreglo mi pelo negro azabache.
Me volteo para ver a Has, en un hermoso vestido gris casi blanco, encontrar ese puto vestido fue una completa tortura.
FLASHBACK
—Ese no me gusta tanto, mamá.— dice por décima vez Has, busco entre los vestidos y le enseño un blanco con perlas, hace una mueca para darme a entender que no.
—Te verías hermosa con este— dice la madre sacando un vestido blanco como de los años cincuenta, Has y yo nos dirigimos una mirada y nos hacemos las distraídas hasta que por casualidad me tropiezo y veo un hermoso vestido gris casi blanco, sencillo pero con cortes únicos, lo saco.
—¿Este?— le preguntó a Has, en cuanto lo ve se abalanza a mi y se que le ha encantado, va a probárselo y cuando veo su cara al salir veo cuánto le ha gustado, le queda precioso, se ajusta sus curvas y luego desde la cintura cae sencillamente.
—Quiero este— dice a la vendedora sin esperar ninguna opinión de su madre o hermana.
FIN FLASHBACK
Su pelo está suelto, se lo ha cortado más abajo de los hombros y la verdad es que su pelo castaño le luce mejor así, sus ojos marrones resaltan con el vestido y el maquillaje es sencillo.
—Te ves increíble— digo mientras la miro
—¿Llevarás zapatillas?— pregunta Regina
—No tengo tacones y tampoco me gustan— respondo
—Vale— dice encogiéndose de hombros y me sorprende que no se haya puesto histérica como muchas otras veces.
La puerta se abre y Zam asoma por la puerta, me recorre con la mirada sin disimular y se aclara la garganta para que sus hermanas le pongan atención. Siento mis mejillas arder y vamos detrás de Zam que nos lleva al coche, me subo encima de Zam ya que no cabemos todos sin arruinar el vestido y como tengo tanta mala suerte me toco encima del chico.
—Te ves Preciosa— me halaga Zam.
—Tu no te quedas atrás— digo. Zam trae un traje azul oscuro con camisa negra y corbata a juego con el traje, está peinado como siempre y afeitado totalmente.
—Hermanita, estas radiante— halaga a su hermana posando una de sus manos en la pierna de esta.
Al salir del coche me acomodo el vestido y Zam y yo nos vamos a acomodar cerca de la tarima donde está el padre y mi hermano, el traje negro le hace resaltar su cabello blanco como la nieve y haciéndolo ver guapo.
Le sonrió y subo los pulgares, él intenta sonreír pero le sale una mueca de nervios, le hago señas de que respire y me pongo junto a Tina que está también como dama de honor o como se llame lo que soy.
—Tu hermano se está poniendo pálido como su pelo— murmura Tina y volteo a mirar a Dereck.
Mierda, los nervios le están ganando.
Llamó su atención con pequeños ruiditos hasta que me mira, subo mi mano para coger un mechón de mi pelo y enroscarlo en mi dedo, Dereck mira mis movimientos atento, con la mano libre la coloco en el corazón y luego le guiño un ojo para soltar el aire por la boca suavemente. Esto siempre lo hacíamos cuando los nervios nos ganaban, el no se podía enroscará el dedo en el pelo pero se ponía la mano en el corazón y respirábamos tranquilos.
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NEGRO AZABACHE
Teen FictionLIBRO II DE "MIEL Y TORMENTA" ---------------------- Mientras Alaska corre apurada a su clase, a pesar de que llega veinte minutos tarde. Ian camina por los grandes pasillos del aeropuerto, buscado su número de vuelo. Está tan ansioso, volverá a ve...