Antinatural

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"Las palabras que él dijo... duelen"

Mis hermanos tienen once y trece años de edad, Jaehyuk es el menor

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Mis hermanos tienen once y trece años de edad, Jaehyuk es el menor. Van al colegio, salen al parque con sus amigos, y obviamente como todos, también tienen amigos y amigas. Ellos no son para nada problemáticos, de hecho, son bastante amigables y bondadosos que siempre terminan siendo engañados o usados.

Yo me encontraba esperando a Jimin, pasaría a buscarme para ir de picnic a un parque al que yo no he ido antes. Mis hermanitos bajaron las escaleras, demasiado ruidosos para ser fin de semana. Los observé hasta que se acercaron a mi, y estuve por reprocharles para que dejaran de empujarse pero me quedé al margen.

—YoonGi hyung—sus pupilas negras se clavaron en mi—, ¿conoces a Chungha?

Asenti con la cabeza, y cuando estaba por contestarle con palabras, mi hermana se adelantó.

—Si la conoce—por el tono de su voz, estaba molesta—, ¡es mi mejor amiga!

—No puede ser tu mejor amiga——, ¿no te das cuenta, tonta? ¿Que pasará si tu también... te contagias de eso?

—No te atrevas a-

—Chungha está enferma, ¿la oíste hablar de esa chica? Por favor—puso los ojos en blanco. Jae siempre ha tenido después de todo, un carácter..., contradictorio con lo que el resto puede pensar de él. Me miró a los ojos—, hyung, tu me entiendes, ¿verdad?

—Es que no lo sé, Jae, ¿de qué estás hablando?

—De que Chungha está enfermita por que le gustan las niñas, y la oí hablando con alguien sobre que se había besado con una compañera. Eso no es normal, es... antinatural y da asco. Pero ésta tonta insiste en ser su amiga.

—¡Cállate, deja de hablar de Chunnie!

Claramente, ellos no fueron criados de la misma manera que yo. Aprendieron con el televisor, con las mujeres y hombres anticuados, aprendieron del machismo con mi padre, y junto a sus pares se potenciaron hacia el mismo lado. La heteronorma rige en ellos, y no sé si esté bien sentirme un mal hermano mayor que no aportó ningún granito de arena para sus deconstrucciónes.

Pero, ¿qué se puede hacer cuando eres solo uno contra el mundo que se te vuelve en contra?

—¡Jaehyuk, vete a tu cuarto!—me miró extrañado por el tono de voz que utilicé—. Vete a tu habitación ahora, luego le diré a papá que hable contigo.

A regañadientes se marchó, sin entender, supongo, por qué no le daba la razón a él. Eso había venido a buscar desde un principio, y estaba equivocado al pensar que yo iba a estar de su lado.

—Ya no llores mi cielo—limpié las lagrimas que aún caían por el rostro de YoungMi—, no tienes que oír lo que te diga Jaehyuk ni el resto de niños sobre tu amiga.

Me aterra que sus palabras no la dejen es paz.

—Son todos unos tontos, lo sé. Pero me duelen sus palabras, si habla así de feo de Chungha, ¿que hubiese dicho si supiera quien es la otra niña?

Y algo me decía que esa otra niña no estaba tan lejos. Así que besé su mejilla para tranquilizarla aunque fuera un poco, podía sentir su pequeño cuerpo temblar y no es una sensación linda.

—Las personas somos libres de amar a quien queramos, no importa el género, color de piel o nacionalidad. Y nadie tendría porqué juzgarnos, cada uno es dueño de su cuerpo. Es dificil, claro, pero nacimos con eso y aprendemos a enfrentar al mundo para ser felices.

—Gracias, te amo—me abrazó, besando mi cabeza. Sonreí conteniendo las inmensas ganas de llorar que me estaban llegando, y el timbre sonó como si de una bendición se tratara.

Ella corrió a abrir, y aunque yo sabía quien era, no me puse de pie. Apoyé los codos sobre la mesa, e intenté hacerme el distraído con mi teléfono.

» —Oh, ¡Jiminie oppa! Yoon te está esperando, pasa.

Es irónico, por que YoungMi ni siquiera sabía que yo lo estaba esperando. Al menos, no se lo dije.

—Hola hola—inevitablemente lo miré, entró saludando con ambas manos y caminó hacia mi—, ¿estás listo, gatito?

Por toda respuesta di un asentimiento -no quería llorar-, y vi como YoungMi me guiñó un ojo cuando subía por las escaleras aprovechando que Jimin estaba dándole la espalda.

¡Ahora quiero matarla, Jesús!

Me centré en la persona que estaba cerca de mi, bastante cerca, y si en algún momento mi intención con esa acción era evitar un sorojo por las palabras de mi hermana fue completamente en vano.

Por que mi rostro estaba ardiendo en rojo vivo al ser consciente de la preciosidad que tenía a la par. Y al saber que, por el tiempo que yo fuese su acompañante, el es solo mío.

 Y al saber que, por el tiempo que yo fuese su acompañante, el es solo mío

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𝗦𝗲𝗹𝗰𝗼𝘂𝘁𝗵 ミ 𝗝𝗶𝗺𝗦𝘂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora