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El día de Heeseung iba realmente como la mierda

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El día de Heeseung iba realmente como la mierda.

Desde que se despertó no hizo nada más que quejarse de todo lo que lo rodeaba y maldecir a cualquiera que tuviera en frente.

Sus empleados estaban más que acostumbrados a su increíble mal genio, pero hoy era de esos días dónde no soportaba ni el más mínimo de los errores y descargaba toda su frustración mediante gritos.

Descubrió que uno de sus mejores empleados—al que le tenía casi la misma confianza que a Yeonjun— había estándole robando dinero todo este tiempo, y cuándo se dió cuenta de eso experimentó su más grande dolor de cabeza, el cuál era diez veces peor que cualquiera que sufrió con anterioridad en la universidad.

Tenía muy claro lo que necesitaba ahora:
1. Estar solo.
2. Embriagarse.
3. Posiblemente dormir lo que resta del día.

Pero definitivamente no se esperaba para nada entrar a su oficina y encontrarse con la figura de su esposa sentada en la mesa de su escritorio cómo si este le perteneciera.

Traía puesto un vestido corto de color negro que se ajustaba a su figura apenas siendo sostenido por unas finas tiritas reemplazando las mangas. Sus piernas estaban cruzadas y sus brazos sosteniendo su mismo cuerpo en el escritorio de Lee, sabiendo muy bien lo que hace.

—¿Qué haces aquí?— dijo para nada sorprendido de su visita, pero definitivamente incómodo con ella.

—No necesito programar una cita para hablar con mi esposo.— respondió con simpleza. Heeseung pasó por su lado y se sentó en su silla frente al escritorio viendo como Hyerin se volteaba para verle de frente.

—Sabes que no me gusta que vengas sin avisar.— le reprochó con suavidad. Estaba en su límite pero sabía que no ganaría nada gritándole a la pelinegra.

—Mañana me iré a Italia.— dijo ignorando lo anterior dicho. Heeseung le vió esperando a que siguiera hablando pero al notar que no había nada más que decir dejó salir un "¿Y?" de sus labios. —¿Cómo que "¿Y?"?renegó. —¡Mañana-me-iré-a-Italia!

Heeseung desató bruscamente su corbata pero no se la quitó del todo. Frunció el ceño y vió expectante a la pelinegra. —Si, ya te escuché, mis oídos funcionan perfectamente bien. ¿Que quieres que haga? ¿No viajas todo el tiempo?

—Exactamente, y cada vez que viajo se esparcen los rumores de que mi querido marido Lee Heeseung me es infiel con cualquier perra más joven que yo.— alegó ella, sin embargo, no había ninguna pizca de celos en su voz. —Siempre hay fotos de tí y una chica rondando en las redes sociales y mis seguidores piensan que soy una estúpida por no haberme separado aún de tí.

—No me digas que crees en esas cosas.— soltó Heeseung con una sonrisa sarcástica. Bien, definitivamente hoy no era el mejor día para soportar a su esposa. —Tú sabes bien que por más que odie este matrimonio jamás sería capaz de hacerte eso a tí.— dijo sincero.

OUR BABY NI-KI  ──  HEEJAKEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora