❝𝗣𝗲𝗰𝗮𝗱𝗼𝗿𝗮❞ 【Haitani Brothers】-Yandere-

=》Capitulo 14

Estabas por volver a escuchar predicación del padre Ran, cuando te diste cuenta que está misma ya había acabado.

¿Cuanto tiempo habías pasado con Rindou?

No lo sabias, y preferías que los demás no se hubieran dado cuenta en especial tus padres o empezaría un interrogatorio en ese momento.

— _____ — la voz de tu madre escuchas a tus espaldas mientras tratas salir de la iglesia sin ser vista

— Madre — dices con una sonrisa claramente forzada

— ¿Donde estabas? Te perdiste la misa — habla la mayor

— Tuve un asunto que atender

Le dices sin darle muchas vueltas al asunto, siempre y cuando no siguieran preguntando estaría todo bien.

— Tu madre te hizo una pregunta ¿donde estabas? — pregunta con autoridad tu padre

— Bien — dices alargando la e — Salí a fumar, la voz del padre Ran hablando sobre la palabra de Dios taladraba mis oídos

Dices sin importancia alguna, eras inventando excusas.

— ¡_____! — exclama tu nombre tu madre ya exaltada

— Querían la verdad, ¿no es así?

Les cuestionas a ambos mientras a estos claramente se les caía la cara de vergüenza. Ya que todavía no habían salido de la iglesia

— ¿Pasa algo? — el padre Rindou

— Ay padre Rindou, no se que haré con mi hija, cada vez se esta saliendo aun más de mi control — dice tu madre

— No te preocupes por eso, pronto me iré de esa casa

Respondes con uan sonrisa hipócrita viendo a los tres adultos, Rindou te mira con ojos de desaprobación.

— _____, disculpate — dice Rindou

— ¿Ah? ¿Por que lo haría? — cuestionas alzando una ceja

— Lo que dijiste lastimó a tus padre, _____ parece que las pláticas que te dimos no funcionaron — escuchas la voz del padre Ran

— Padres Haitani's, no me arrepiento de lo que acabo de decir — dices sincera y sin rodeos

La tortura que te hicieron pagar no lo pasarías por alto muy fácilmente.

— ¿Podemos hablar con ella un rato? Prometemos llevarla a casa — pregunta Rindou a tus padre

— No

— Si — padres e hija queriendo cosas diferentes

— Dije no — dices firme

— Te estamos dando una orden _____, recuerda que mientras vivas bajo nuestro techo harás lo que nosotros digamos — te dice tu madre

Volteas la mirada para luego ver a los Haitani's y acercarte a ellos, sabias que no podías discutir contra aquellas palabras de tus padres.

Tus padres empiezan a disculparse con los padres de la iglesia, para después irse y dejarte con aquel par.

— ¿Entramos? — dice Ran colocando una mano en tu espalda

Apartas la mano y entras enfrente de ellos sin decir nada y con una clara expresión de enojo

— Toma asiento — Dice Rindou

— Estoy bien parada

— Esto tardará — vuelve a hablar Rin

— No quiero

— No te estamos preguntando si querés o no, es una orden — alza la voz Ran haciendo que te sientes

Rodas los ojos mientras cruzas la piernas al igual que los brazos y evitas total contacto visual con aquel par

— Estuvo mal lo que le dijiste a tus padres ¿lo sabes no? — dice Ran

— La biblia dice "Honra a tu padre y a tu madre" — continúa Rin

— Aja, me vas a venir a hablar a mi de la biblia? Un "hijo" de Dios — haces comillas con los dedos — Qué son unos claros pecadores, me vale lo que diga la biblia, por que se que no quieren hablar de ellos, lo que ustedes quieren es follarme

Dices con una sonrisa arrogante viendo a ambos a los ojos, a estos se les escapó una sonrisa igual mientras Rin aventaba la biblia que tenía en sus manos.

— Tienes razón nena, ahora de rodillas frente a altar — dice Rindou

— Y si no quiero — vuelves a decir

Ran se levanta y te carga estilo nupcial para luego ponerte frente al altar y acomodarte de rodillas.

Rindou se levanta y se pone enfrente de ti, mientras que Tan iba a buscar algo más.

Ran pronto como vuelve Ran sientes como algo caliente cae sobre tus piernas, era cera.

— ¿Qué mier- — no pudiste terminar ta que Rindou te abofeteo

— Nada de malas palabras en la casa de Dios — dice Rin — Ahora recibirás un castigo, y repetiras después de mi

Rindou iba recitando una oración mientras que Ran dejaba caer cera en tus piernas y muslos, haciendo que pequeñas lágrimas salieran de tus ojos.

A ambos hermanos les exitaba el dolor ajeno, verte de rodillas siendo sumisa ante ellos, a la fuerza claro, les gustaba.

El verdadero problema vendría después, al saber que cumplirias con lo que le dijiste a tus padres.