Perdón por no haber actualizado la semana pasada, tuve que checar ciertas cosas y al día siguiente de ello me enfermo, pero ya qué. Disfruten.
Al día siguiente Takuya llegó temprano para desayunar juntos y pasar el día, pero en cuanto vio a Takemichi todos los planes que Yamamoto se había planteado fueron tirados a la basura para preocuparse por su amigo.
Las preguntas “¿Qué te pasó?” y “¿Estás bien?” no se hicieron esperar, aunque no dijo qué pasó exactamente, su amigo notó que no quería hablar más al respecto y no preguntó más, cosa que el oji azul agradeció internamente.
Al final no salieron a jugar y terminaron quedándose en la casa Hanagaki viendo películas, series, bromeando y jugando juegos de mesa.
Cerca de las cuatro de la tarde Takuya tuvo que irse a su casa dejando que Takemichi se encontrara nuevamente solo, se tumbó en el sofá y tocó su herida en el labio, herida que probablemente le deje una cicatriz.
De no haber tenido aquella pesadilla, no se hubiera alarmado y no hubiera ido a ver a sus amigos, no hubiera resultado herido “¿acaso veía el futuro?” Cuando conoció a Mikey había soñado con él, y cuando soñó con Mikey lastimando a Haruchiyo, aquello pasó.
Todo lo que veía “¿era un poder o una maldición?” tal vez podría seguir siendo solo su imaginación, después de todo los estudios que le hicieron no revelaron nada, y si de verdad pudiera ver el futuro, existiría la posibilidad de que aquellas imágenes tan molestas que aparecían de la nada también fueran predicciones, si ello mostrara el futuro “¿acaso no había visto lo que parecía la muerte de Shinichiro y Keisuke?” si ese fuera el caso sería horrible y aquello sería una maldición que lo sofocaría.
Se paró del sofá y fue en dirección a su cuarto, buscó entre sus cosas un cuaderno con cerradura, una de las hermanas de su mamá le regaló un diario cuando ya era capaz de escribir, pero cuando su padre lo vio quiso tirarlo, pero su madre lo guardó. Ahora agradecía haberlo conservado con su llave, después de rebuscar entre todas sus cosas lo encontró.
Con un poco de trabajo logró abrirlo ya que la cerradura tiene cierto truco, truco que su madre le había enseñado, aquello era útil porque la gente que intenta abrirlo con la llave correcta pensaría que la cerradura estaba rota, se sentó en su escritorio y después de pensarlo un poco, empezó a escribir.
Primeramente, las imágenes que solía tener, no lo mostraban a él ni a sus amigos de la edad que tenían, sino más grandes, tal vez de secundaria y en algunas parecían adultos completamente, aunque casi no tenía imágenes de este tipo.
En varias aparecían personas que no conocía, algunas con tatuajes de dragón y tigre, varias con perforaciones en las orejas, un aro o un pendiente rectangular, algunas con el cabello pintado; si realmente veía el futuro y se encontraba con personas con esas características se ubicaría más fácil.
Del mismo modo, tanto Mikey como Keisuke tenían el cabello más largo y en varias imágenes aparecían con un uniforme que tal vez pertenecía a alguna pandilla o con alguien.
Anotó todo lo que recordaba de las imágenes que solía tener, algunas cosas eran más descriptivas y otras eran apenas una mención, aunque no eran muy certeras por la rapidez que las tenía. En cuanto a los sueños, escribió lo que soñó y lo que pasó al día siguiente.
Con ayuda de un calendario anotó las fechas en las que ocurrían los sueños y las imágenes que solía tener, después de ello se felicitó por todo lo que había hecho, pero rogaba internamente porque todo fuera algo innecesario en lo que solo gastó su tiempo.
Sus angustiantes pensamientos fueron interrumpidos por varios golpes en la puerta, Takemichi rápidamente cerró y guardó el cuaderno para acercarse a la puerta, no esperaba visitas y su papá no llegaría hasta muy tarde. Se acercó a una ventana con vista a la puerta y vio a Mikey tocar con desesperación, por lo que rápidamente le abrió.
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No soy tan importante para Mikey-kun
FanfictionDonde Takemichi ha tenido momentos en los que ve imágenes que parecen visiones del futuro y sueños premonitorios, pero le cuesta comprender o saber qué hacer. Hanagaki Takemichi fue inscrito en el dojo Sano cuando su padre se hartó de siempre verlo...