Es diciembre
El quinto y último mes, he vuelto a la universidad.
Han pasado dos semanas, mis amigas me han traído los apuntes a casa, mientras le miento a mis padres diciendo que estoy muy enferma, de hecho lo estoy, me duele el corazón
Nam dice que debo escuchar a Taehyung, que aquel día él había declarado algo sumamente importante, algo que dejó mal parada a Mina frente a la universidad, no sé que sea, pero he decidido no escucharlo, no porque no me interese, sino porque no puedo soportar más escuchar de él.
Toda la mañana lo he mirado, esta solo, al final de la clase, como si estuviera exiliado del mundo, el dolor que siento se intensifica y no sé porque si soy yo quien no desea entablar una relación cordial con él.
El día continúa, los parciales llegan a medida del cambio de hora y docente.
Nunca me ha ido mal, siempre obtengo notas dentro del rango.
Al terminar, Namjoon me acompaña a casa, él sabe que lo necesito y en estos días se ha vuelto mi mejor amigo, además de que el resto del grupo también son parte de, sobre todo los novios de mis amigas.
— Jisoo, tengo que irme — me dice de pronto, como recordando algo que había olvidado.
— ¿A dónde? Dijiste que cenaríamos juntos.
— Tengo que hacer un proyecto con Hwasa — responde algo avergonzado, me doy cuenta que algo lindo entre él y esa linda morena esta creciendo, no objeto más y dejo que se vaya.
Mi amigo merece ser feliz y sé que Hwasa es la indicada.
Reanudo mi camino y antes de ingresar a mi casa, una voz, su voz me estremece a tal grado de sentir escalofríos.
— Jisoo — mi nombre abandona sus hermosos labios — Jisoo, ¿podemos hablar?
— Taehyung — susurro y volteo a mirarlo, sus ojos tienen bolsas negras debajo, pero sigue siendo hermoso, a mis ojos, es el chico más lindo.
Tácitamente me invita a tomar asiento junto a él, en la banqueta que está fuera de mi casa, lo sigo.
Entonces, cuando estamos frente a frente, los recuerdos vuelven y el dolor se acrecienta en mi, las lágrimas amenazan con desbordarse de mis ojos, pero me mantengo fuerte.