Ya es casi media noche cuando me aseguro de tener todo el equipo debidamente preparado, se que lo tengo todo pero aún así lo reviso antes de subir el gran muro. Ese gesto se ha vuelto parte de mi ritual de la buena suerte. Llevo mi camiseta de tirantes gruesos, las muñequeras, guantes que no cubren mis dedos, mis botas y mis pantalones holgazados todo en negro. Yo soy la noche. Me ajusto el pañuelo para tapar mi media melena castaña recogida en una cómoda coleta y me lo ajusto para que solo mis ojos grandes y castaños sobresalgan. Hoy pondremos a prueba la eficacia de los inventos que hizo Melissa, mi hermanastra. Ella es una inventora de trastos, y es muy buena. Básicamente vivimos de lo que consigo vender a escondidas, de los arreglos de máquinas, y de la posición social de mi padrastro. Mamá se volvió a casar después de que papá muriera en la guerra. Mi nuevo padrastro no me disgusta aunque no se si yo le disgusto a él, ya que soy demasiado rebelde y alocada, como una cabritilla, me crítica a veces. Me crié toda mi infancia en el campo, yo creo que se me puede perdonar, no? En todo caso, se que mi padrastro me quiere ya que él amaba a mamá incluso antes que ella se casará con papá. Papá... él era comandante, me enseño todo lo que se con la espada, podría llegar a ser una gran guerrera pero en mi caso, yo soy aprendiz de herbolaria, quiero curar a la gente que amo, ya que no pude curar a mamá de su enfermedad, enfermedad que acabó por matar la también al año de morir papá. Me duele haberlos perdido a los dos pero pienso que ahora los dos están juntos, porque lo suyo era amor verdadero.
En todo caso la mayor parte de mi tiempo como herbolaria me dedico a buscar plantas y raíces para curar, o a recibir lecciones y broncas por parte de mi maestra. La otra media parte me dedico a enseñar a leer y escribir a los niños más desafortunados. De aquí a que empezara a robar libros. En la "biblioteca" del pueblo no queda nada que no haya leído ya y no puedo permitir me comprar libros nuevos, estamos pasando por una mala época después de la guerra con los norteños. Por eso decidí robar los libros de palacio, allí hay mucho material y además está repleto de mis libros preferidos, las novelas románticas. Adoro las historias de amor. Mi sueño es poder vivir una gran historia de amor, como la de mis padres. Sacudo mi cabeza para despejar me, no puedo perder más el tiempo.
Compruevo mis bolsillos para asegurar me de tener lo todo: bombas de humo, un pañuelo de recambio, un pequeño botiquín y el nuevo artilugio de Mel, un gancho con una cuerda extensible. Tambien llevo mi cinturón puesto con Mil noches, mi espada, colgada en un lateral. Toco el frío metal y me siento segura, tener la a mi lado me calma, ella es una parte más de mi cuerpo, como si fuera mi tercer brazo y es además el último regalo de mi padre antes de morir. No puedo perder más el tiempo, así que activo mi poder y me hago más ligera para poder subir el gran muro que me llevará al palacio de plata.Subo por este gran muro como tantas otras noches lo he hecho. La primera vez que lo intente casi me mato, pero ahora llevo 910 noches. Eso me combierte en la mejor ladrona de libros de todo el Imperio Tanrin, aunque para concretar más de su capital, Ghealeach, la ciudad de las dos lunas nombradas así por la combinación de los nombres de la luna Ghea y la otra Leach.
Por suerte nuestra tierra no ha sufrido mucho, sigue siendo fértil. Por lo que podemos vivir "tranquilos". Hace solo 3 años que la guerra ha acabado pero las mejoras están siendo insuficientes. Esa guerra por conseguir nuestro territorio no ha hecho más que realzar las desigualdades, y todo es por culpa del inútil e inepto del reciente en el puesto, el príncipe Katsuki Bakugo, por suerte una de las cosas buenas que ese Príncipito consiguió fue detener la guerra hace tres años. Pero no fue hasta principios de año que volvió del norte. Se celebró una pequeña bienvenida y esa es la única vez que se le ha visto fuera del Castillo y de eso hace ya medio año, así que básicamente es como si no hubiera regresado, tal vez se podría haber quedado allí, total para lo que está haciendo, mejor que juegue a las casitas allí.
Sigue subiendo el muro, a paso lento, seguro. Se que no voy a caer, que la gravedad es mi aliada. Y todo porque he nacido con una virtud, un don, una magia basada en un antiguo poder. La magia de las lunas. Son muy pocos los que tienen algún tipo de poder o magia, y los que lo tenemos estamos muy buscados. Dicen las leyendas que los vendecidos por Ghea, tienen un don bondadoso. Pero al igual que hay dioses buenos, existe la otra cara de la moneda, los Leachers, hijos de las tinieblas, creadores del mal, para en definitiva crear un mundo equilibrado. Pero para este mundo, somos en definitiva carne fresca para traficantes y otros indeseables que no desaprovechan cualquier oportunidad para secuestrarte en el mejor de los casos, y en el peor violarte, para conseguir descendencia.
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La ladrona de libros
FanfictionElla entraba como la medianoche al castillo solo para robar libros. Él solo quería librar se del fantasma que deambulaba por el castillo. Pero, para que sirven los encuentros si no es para encontrar algo o... a alguien?