Capítulo 10. Hablando claro.

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Otra puta vez estamos con lo mismo. Llevamos unas cuantas noches con la misma puta canción y ya empiezo a estar hasta los mismísimos cojones de todo y todos.
– Confiesa.
– No.– le digo así llanamente mirando le ceñudo. Se que eso no lo detiene, pero aún así no puedo evitar cabrear me.
– Porque no me quieres contar lo que ya sabemos. – pregunta el muy capullo de mi mejor amigo. Esa pregunta me hace fruncir más el ceño. Yo se lo que él quiere que le diga pero no lo haré. Se desde hace tiempo que lo sabe, por lo que no tiene puto sentido que confiese algo que él ya sabe desde hace mucho.
– Si ya lo sabes entonces porque cojones me preguntas?– le pregunto ahora algo molesto y curioso a partes iguales.
– Porque somos amigos y nos lo contamos todo. Yo te conté todo con Mina...
– Yo nunca te lo pedí.– le interrumpo.
– Y aún así me escuchaste.– me dice con orgullo.
– No me diste más putas opciones.– me quejo.
– Di lo que quieras pero te conozco, se que te importo. Así que confiesa.
– No.– le vuelvo a decir seriamente cabreado.
– Porque no.– me dice él en el mismo tono. Se que no va a parar hasta que conteste y no quiero perder el tiempo en cosas inútiles. Pero no puedo confesar le a nadie lo que siento por ella porque ni yo mismo se lo que significa amar la. Como se ama a una persona que casi no conoces? Esta jodida presión que siento en mi pecho cada vez que pienso en ella, eso realmente es amor? Quien es quien la ama, la amo como el príncipe o como Ghealaer? Nuestra "amistad" se basa en la confianza, se que puedo confiar en ella, pero, que es una relación si no puedo ser sincero con ella? Ella me puede aceptar a mi? Y yo a ella? Ella es la misma con la máscara que sin ella? Hay demasiadas preguntas, y no puedo contestar las todas. No estoy seguro de querer responder las todas. Pero se que se lo debo. Así que decido ser sincero al menos con él.

– Porque eso no cambia una mierda.– le confieso finalmente. No es que no confíe en él, lo he pensado mucho y aún así siempre llego a la misma puta conclusión. Decir le a Eijiro que estoy jodido por una maldita ladrona no cambia el echo que eso sea un jodido problema.– Si quieres que te lo diga, lo diré. No se nada de ella, y aún así deseo estar a su lado para siempre.
Sí, estoy jodido por esa maldita ladrona. Trabajo horas extra para poder estar a su lado y he plantado las flores de Medianoche para ella en la biblioteca para que las pueda ver cada maldita noche que no puedo estar con ella. Pero joder, no puedo hacerlo. No puedo estar con ella como quisiera. Aún sabiendo eso, ella me vuelve completamente loco, porque no quiero hacer otra cosa que pasar me las putas noches a su lado.
– Kat...
– No.– le digo en tono autoritario de rey. No quiero que me conteste.
– Acaba lo que te he mandado y vete a casa.
– Sí...Majestad.– me dice en tono triste mientras hace una inclinación. No le veo más la cara porque me voy del despacho. Ya pasan unos minutos de la media noche. Pero para no joder me a mi mismo la noche, me olvido completamente de quien soy. Me centro únicamente en ser Katsuki Bakugo. A veces me resulta demasiado fácil ser yo mismo, con ella siempre puedo ser lo. No el príncipe o el soldado, si no la persona que hay debajo de mi mismo. A veces solo me gustaría ser un hombre. Sin la corona. Así todo seria más jodidamente fácil.

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Han pasado unos días desde que me enteré accidentalmente de que Melissa está enamorada de Deku. Y eso me hace sentir inquieta. Y Deku.... Hace un mes que se me declaró, y ahora. Le pide a Melissa que no se case con Ida? No le entiendo. Qué es lo que se propone? Cuáles son sus intenciones? Es como si en verdad no lo conociera del todo. Y encima Melissa no me dice nada. Por más que le pregunto ella no me cuenta la verdad que yo ya se. Y eso me está doliendo.

Voy caminando por los pasillos algo cabizbaja para tomar mi desayuno en los jardines cuando recuerdo mi último almuerzo. Esa vez fue muy divertido. La cosa fue así:

Recuerdo del pasado

Estaba en los campos de moras, y la tentación por deborar las era muy grande. Debía volver, ya era mi hora del descanso así que... Me giro pero para mí sorpresa veo a Katsuki correr en mi dirección con decisión.

La ladrona de librosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora