Capítulo 8. Revelaciones.

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Ha pasado un mes y medio. Y la vieja bruja me ha recordado muy amablemente nuestro pequeño trato. Y eso me ha jodido la mañana. Es el segundo día que estoy de vuelta aquí y esa bruja que tengo por madre no hace más que joder de mala manera. Así que me he ido del desayuno echando humo para irme a entrenar por unas largas horas pero ni explotar cosas me ha servido para relajar me.
Paso por los malditos pasillos mientras el puto pelos de mierda me habla sobre no se que mierda, de las reorganización de algunas tropas o no se que pollas. Ahora mismo no me interesa escuchar otra puta cosa que tengo que arreglar, por suerte eso me puede librar de ir a almorzar con la vieja bruja de mi madre. No me da la puta gana de ver la.
Giramos una esquina y por poco que no atropello a la vieja herbolista. Ella me recibe con una cara de gruñona y un bastonazo en la cabeza.
– Y ESO A QUE COJONES VIENE VIEJA!!– le grito ahora de más mal humor. Como si no tuviera suficientes problemas.
– Se puede saber que haces con tus soldados?– me incrimina aún con mirada seria.
– QUE COJONES QUIERES DECIR CON ESO!!??– le pregunto todavía sin entender a que narices viene ese golpe gratuito.
– A que no te pases con los entrenamientos!! Estos días no han parado de venir soldados a la enfermería, con golpes y cortes. Tenemos mucho trabajo por hacer, es época para plantar y tus soldados no hacen más que retrasar nos el trabajo, solo tengo a dos chicas y yo no estoy para mucho alboroto.– me dice todavía gruñendo me para luego volver a dar me otro bastonazo en la cabeza.
– AHH JODER!! YA PARATE MALDITA VIEJA!!– le grito mientras me sobo la cabeza donde me ha golpeado, ahora me duele más la cabeza que antes. – Tu! Qué sabes de eso?– le pregunto al idiota de mi mejor amigo por no informar me de eso.
– Ahh... No se ha cambiado nada, los entrenamientos siguen siendo los mismos de siempre... Aunque ahora que lo dices es cierto que muchos aparecen con vendajes.– dice preocupado por recibir también algún sermón y golpe por parte de Chiyo.
– Aagh joder esto no tiene puto sentido!!– me quejo mientras sigo caminando a paso rápido. Tanto Chiyo como Kirishima me siguen por detrás, esperando a que ordene algo. Pero antes de eso necesito calmar me. Está siendo un día jodidamente largo y pesado, solo quiero llegar donde la maldita plantación allí podré relajarme un rato mientras veo...pero quien se queda plantado soy yo.
– Oh vaya! Esto lo explica todo...– dice Chiyo a mi lado viendo lo mismo que estoy viendo yo con mi propios ojos.
Allí en la plantación está como siempre Ochako tan lleva de barro y sonriente como siempre,  mientras está sosteniendo la mano de un maldito desgraciado de pelo rubio y ojos azules, que la mira descaradamente con mucha atención, mientras ella examina su mano con atención. SERÁ DESGRACIADO!!! Grito internamente mientras que de mis manos salen chispas.
– Oh vaya esa reacción es nueva...– le oigo decir a Chiyo. Intento mantener la maldita calma... No es na....AAAAH NOOO!! Y UNA JODIDA MIERDA VOY A DEJAR QUE TE ACERQUES TANTO A ELLA Y MENOS CON ESA SONRISA DE DEPREDADOR. ESTÁS MUERTO.
– Parece que alguien quiere marcar territorio...– se burla medio cantando también el maldito pelos pero yo no les escucho y me dirijo hacia ese maldito desafortunado que han tenido la peor de las suertes.
En pocos y rápidos pasos llego donde esta ella y me coloco en su espalda. Todavía no se han dado cuenta de mi presencia, pero muy pronto lo harán. Y a él no le gustará.
– Déjame ayudar te, en agradecimiento por curar me. Hoy no tengo nada, así que podríamos...– dice el extra bastante cerca de ella mostrando su estúpida sonrisa de memo.
– ASÍ QUE NO TIENES NADA QUE HACER?– digo con voz seria y conteniendo ahora las explosiones dentro de mi, no quiero lastimar a la cara de ángel. El tipo levanta la mirada nada más ver me la cara se pone blanco y enfermo de verdad, al darse cuenta de quien le está hablando. 
– Ma ma MAJESTAD!!– se inclina obedientemente mientras recibe mi mirada asesina. Y justo al levantar se, se aparta sutilmente de la cara redonda, que no parece entender nada y solo me mira con desconcierto.  Pero yo la ignoro por el momento, y me acerco más a ella hasta pegar mi pecho en su espalda. Ella es tan cálida. Mi mirada no la despego del desgraciado que retrocede unos pasos más.
– SI TAN POCO TRABAJO TIENES, YO ME ENCARGARÉ PERSONALMENTE DE DAR TE MÁS TRABAJO. ASÍ DEJARÁS DE JODER EN ASUNTOS QUE NO TE PERTENECEN.– le digo con la voz envenenada, mientras reprimo el deseo de rodear con mi brazo la cintura de la cara de ángel.– Capitan Kirishima!
– Sí, Majestad.– me dice desde detrás mío, y se que Chiyo también está aquí.
– LLÉVATE A ESTE MISERABLE AL CAMPO DE ENTRENAMIENTO ESPECIAL, Y BUSCA A LOS OTROS DESGRACIADOS QUE TAMBIÉN HAN VENIDO A JODER AQUÍ.  ME ENCARGARÉ YO PERSONALMENTE DE SU ENTRENAMIENTO. – le digo mientras sigo viendo como se pone aún más pálido.
– Sí, Majestad.– dice mientras también le oigo tragar saliva. Y se que se largan de mi vista. 
–Juju!!– se ríe por lo bajo la vieja gruñona.– Iré a por las hierbas para las quemaduras.– dice Chiyo al tiempo que se va con una sonrisa por debajo de la nariz.
– A que a venido todo esto!?– me pregunta la estúpida e inocente de la cara redonda cuando ya todos se han alejado, ella se gira para encarar me y así fijo mi mirada en ella. En ese mar de chocolate.
– QUIERES DEJAR DE DARME TANTOS MALDITOS DOLORES DE CABEZA!!– le grito muy cabreado y lleno de un sentimiento nuevo que no reconozco.
– Y AHORA PORQUE TE ENFADAS CONMIGO!!??– me grita mientras pone los brazos en jarra y me mira con el ceño fruncido pero yo también tengo el mío puesto, así que nos desafiamos con la mirada.
– PUEDES AL MENOS DARTE CUENTA DE LO QUE HACES MALDITA ESTÚPIDA!!– le grito yo todavía cabreado con ella aunque se que ella no tiene la culpa, del todo. Al menos podría darse cuenta que ese desgraciado ha intentando cortejar la, así al menos lo podría rechazar, no? No es tan puto difícil.
– YA TE HE DICHO QUE NO HE HECHO NADA!!– me vuelve a gritar mientras me aguanta la mirada. Maldita provocadora. Me pone de los jodidos nervios su maldita inocencia. Es que a caso no puede darse cuenta por ella misma de lo hermosa que es? Porque tengo que estar diciendo se lo siempre yo?
– SOLO HAZ TU MALDITO TRABAJO Y PUNTO!!– le ordeno todavía muy cabreado hay algo en todo esto que no me gusta una mierda, no tendría que afectar me tanto que unos idiotas le sonrían o intenten ligar con ella. Pero me jode, y mucho.
– BIIEN!!– me contesta ella todavía muy molesta para momentos después coger me de la mano y arrastrar me fuera de los campos de lavanda.
– QUE COJONES ESTÁS HACIENDO ESTÚPIDA CARA DE ÁNGEL!!– le grito otra vez fuera de control sobre mi o sobre mi jodido cuerpo porque noto como toda mi puta cara me quema y mi corazón empieza a latir como si corriera una maratón.
– MI MALDITO TRABAJO COMO HAS DICHO!– me grita ella mientras me sigue arrastrando hacia el almacén que tienen como despacho y enfermería. Me dejo llevar por ella mientras miro nuestras manos unidas. Es una sensación jodidamente extraña... Pero no me desagrada en lo más mínimo. Su piel es tan suave y tierna como la de un melocotón, me dan ganas de acariciar la. Reprimo ese deseo antes de que sea imposible contener me, y mucho antes que pueda cometer una locura aún peor.  Llegamos a la enfermería y ella me sienta en una de las camillas.
– No te muevas!– me ordena ella a mi. Será desgraciada, quien cojones se cree para dar me ordenes. Pero antes que pueda decir le nada ella se aleja. La miro mal mientras se va a un rincón y entra en una habitación.
– Tks! Maldita a mi no me des ordenes.– digo en voz baja todavía molesto, cabreado y con esa sensación de hormigueo extraña en mi mano. La miro pero no encuentro nada fuera de lo común.
– Le pasa algo a tu mano?– me pregunta la cara de ángel delante de mi otra puta vez, esta vez viene con su cara limpia. Cada vez que la veo me altera los jodidos nervios. Creo que me he quedado como un gilipollas mirando me la mano durante mucho tiempo.
– NO ME PASA NADA!!– le grito algo colorado mientras escondo mi mano de ella.
– Bien entonces toma.– me dice dando me un vaso de te aún humeante, las hierbas me llegan a la nariz pero no se distinguir cuales son. Y un pequeño sándwich.
– Qué cojones es esto?– le pregunto aún sin coger el vaso. Solo la miro a ella, tiene el vestido muy sucio y rasgado de andar todo el día en el suelo con él.
– Un te, para el dolor de cabeza. Has dicho que te dolia la cabeza. Y no me extraña, tienes ojeras por no dormir suficiente y seguro que ni has comido porque estás de más mal humor de lo normal.– me dice mirando me ceñuda mientras me da el vaso, que yo sigo sin coger.
– Bebe!– me vuelve a ordenar con mirada seria.
– Deja de darme órdenes, maldita!!– le grito molesto y sin ceder, mi orgullo no me lo permite.
– Oh disculpad! Entonces que tal algo como: Querríais hacerme el inmenso favor de comer, beber y descansar de una maldita vez, Majestad!!??? A este paso acabaréis metido en la cama durante días y tendré que venir a cuidar os!!– me dice en tono de burla mientras se inclina en una reverencia fingida. Me aguanto las putas ganas de gritar: "Y que jodido problema seria eso?" Y lo cambio por:
– ESTÁ BIEN, PERO YA CALLATE ESTÚPIDA!!– le grito con el ceño fruncido cogiendo finalmente el plato y el te. Pero ella solo me sonríe y luego se sienta a mi lado. Yo tomo un sorbo del te y ella bebe otro. Para mi sorpresa esta bueno y entra muy bien por mi garganta, eso llena algo mi vacío estómago, pero este no tarda en querer probar ese nuevo sándwich que ha preparado, cojo solo uno y le paso el plato para que ella se coma su almuerzo.
– No deberías trabajar tanto.– me dice ella aún sin mirarme. – Se que tienes muchas responsabilidades pero... No es bueno olvidar tu salud, podrías enfermar te y....– me dice ahora mirando me con ojos preocupados. Por lo que mis gritos se me quedan en la garganta atascados. Y me lo dice ella precisamente, ella también se pasa muchas horas dando vueltas bajo el sol y con su cara y manos llenas de tierra y su inconfundible aroma a flores. Anís, jazmín, lavanda, mimosa, a primavera... No se si es el efecto del te o la preocupación por mi salud pero ahora me encuentro de mejor humor.
– Te estás preocupando por mi, cara de ángel?– le digo burlonamente acercando me a su cara. Que ella se preocupe por mi me pone de buen humor, así que le dedico una sonrisa satisfactoria. Y ella me responde poniendo se de ese delicioso color rojo que le sienta tan jodidamente bien.
– Ah... Yo no... Esto... CLARO QUE SI!! Es mi trabajo.– me dice tartamudeando mientras evita mi intensa mirada y me aleja de ella empujando me con sus manos.
– Solo por eso...?– le contesto mientras tomo sus mejillas con mis manos. Es raro que sienta estás jodidas ganas de querer tocar la, y a la misma puta vez es como si no pudiera evitar el hecho de querer tocar la cuando la tengo cerca. Es casi instintivo, una necesidad. Y aunque tocar la así de esta forma me puede parecer inofensivo, mi cuerpo todavía recuerda, su peso. Y no hace más que protestar queriendo la sentir a cada maldito segundo que pasa. Por eso se que no debería tocar la. Pero que se joda, se siente tan jodidamente bien tocar la.
– Cla clar, claro que sí.– tartamudea todavía colorada mientras aparta mis manos de un manotazo. Me quita el vaso de las manos vacío de las manos y lo deja en una mesa.
– SI YA ESTÁS MEJOR DEBERÍAS IRTE! Debo cambiar me y debo acabar mis tareas lo más pronto posible.
La veo irse otra vez pero esta vez se va detrás de un biombo para cambiar se. No veo nada pero mi inconsciente me envía el recuerdo de su suave piel, en mi mano y.... NOO!! YA BASTA!! No puedo pensar en ella de esa forma.
– A que viene tanta puta prisa por irte!!??– le grito otra vez molesto. Qué es tan jodidamente importante como para dejar me? Todavía no me he acabado de divertir con ella. 
Esto solo acabará cuando yo quiera. Además me ha ordenado que descanse, pues bien, descansare de mi trabajo y me centraré solo en divertir me y eso significasignifica: molestar a la cara redonda cuanto me plazca. La veo salir con un vestido nuevo y limpio. Me recuerdo mentalmente que tengo que pensar en pedir les ropa apropiada para ella... Ellas. Y puede que buscar más personal,... Más puntos dolores de cabeza. Siento ese pinchazo en la cabeza, necesito un puto descanso.

La ladrona de librosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora