Capítulo 1
Sentada cómodamente en el sofá de mi apartamento, veo una maravillosa novela que provoca un brote de lágrimas deslizándose por mis mejillas. Lloro por la terrible situación de la protagonista, tan similar a la mía.
Derrepente, un ruido lejano capta mi atención: es el timbre. Busco el mando a tientas con una mano y, tras un minuto, lo encuentro para apagar la televisión. Con pasos decididos, pero cautelosos, me aproximo a la puerta quedando a escasos centímetros, preguntándome "quién podría ser el visitante inesperado que se atreve a perturbar mi soledad."
— ¿ Quién es ? — Exclamo con un dejo de irritación, mientras mis dedos hábiles se apresuran a domar el cabello castaño de mi cabeza, transformándola en una coleta apresurada. En un intento vano de ocultar los rizos indomables que parecen bailar con la misma intensidad del sol en su cenit.
Aunque la vanidad suele ser mi fiel compañera en cuanto estar presentable, en ésta ocasión, la dejo de lado, sin concederme ni un segundo para un último vistazo en el espejo.
— ¿ Quién crees que sea ?
La pregunta se cuela en mi mente mientras un tono femenino, inconfundiblemente familiar, vibra a través de la madera. Su voz, me hace actuar instintivamente. La puerta se abre bajo el impulso de mi mano, revelando su figura. Mi cerebro aún intenta alcanzar lo que mi cuerpo ya sabe; esa impulsividad siempre me ha frustrado, pero es parte de mi esencia.
Frente a mí, ella se materializa con una sonrisa que irradia más luz que el sol en pleno mediodía.
— ¿ Cómo has estado ? — Nuevamente la escucho inquirir, y su voz, llena de calidez, desvanece cualquier vestigio de molestia que pudiera haber albergado.
Es como si el viento de un cambio de estación soplara solo para llevarse mis preocupaciones y dejar un rastro de emoción pura.
La sonrisa de Raquel se amplía, una exhibición deslumbrante de alegría que precede a un abrazo cargado de emoción. Mis brazos responden con la misma intensidad, aunque en mi mente todavía cargo un mar de sorpresa. La realidad de su presencia, tan palpable y distinta a la frialdad de una pantalla, me golpea con la fuerza de una revelación.
"¿ Acaso estoy en la profundidad de un sueño y no he despertado ?"
La duda se desvanece tan rapido como aparece, y una carcajada escapa de mis labios mientras la razón retoma su lugar. Ella es mi mejor amiga, la compañera de toda una vida.
Desde nuestros primeros recuerdos, estuvimos inseparables pero luego de que llegáramos a la preparatoria continuó sus estudios en España, y aunque la distancia nos separó, nuestras conversaciones telefónicas se convirtieron en nuestro puente. A veces en medio del trabajo, nos desahogábamos sobre el tortuoso día, un bálsamo para el estrés que se acumulaba.
Ver a Raquel aquí, frente a mí, en lugar de confinada en el reino degital de una video llamada, es un regalo inesperado en nuestra existencia saturada de ocupaciones. Ahora, sin lugar a dudas, habrás deducido quién es ella.
Como ya he confesado, mi circulo de amistades es limitado, pero no por ello menos valioso. Y aunque no hay necesidad de autoengañarnos, albergo la esperanza de que, a medida que avancemos, nuevos lazos de amistad puedan florecer...quizás.
ESTÁS LEYENDO
Corazón Encadenado
RomanceCharlotte es una chica positiva que ha trabajado desde una edad temprana para pagar las deudas que su padre dejó antes de fallecer, además ha mantenido la matrícula universitaria de su hermano pequeño en España y se ha encargado del cuidado de su ma...