Capítulo 6.
Un mal presagio.En Londres, horas antes...
En la sofocante atmósfera de la oficina londinense, el aire se espesa con una tensión que se puede cortar con una navaja. El señor Anthony, con su postura imponente cerca de la salida, refleja desdén y frustración en su semblante. Sus ojos oscuros destilan determinación, y su cabello parece absorber la tensión del ambiente.
Un resoplo fuerte resuena por todo el despacho, como si llevara consigo el peso de la ira y la impaciencia acumuladas. Un sonido que corta el silencio abruptamente.
— ¡ Cómo es posible que no se puedan encargar de un mocoso como ese ! —Grita, sus palabras perforando el aire.
Los papeles y objetos vuelan por el escritorio, creando un caos de documentos y recuerdos personales debido al movimiento brusco de sus manos. El estruendo parece encapsular años de frustración contenida.
El hombre de uniforme, temblando ante la furia de su superior, se disculpa con voz temblorosa.
— Lo siento, según lo que me informaron, mañana será el día en que salga del hospital, señor Anthony.
El señor Anthony niega nuevamente con la cabeza, sus manos pasando de manera irritada por su cabello. Un corto suspiro escapa de sus labios, llevando consigo la carga de años de luchas internas y poder mal gestionado.
La tensión persiste, como un hilo invisible que conecta a todos los presentes en ese momento crucial.
— Averigüe más al respecto. — Ordena con una voz seca que no admite réplica.
— Sí señor. — Responde el subordinado, marchándose rápidamente, pero una voz lo detiene.
— Espera, Aiden. — Dice Anthony, de espaldas a él.
— ¿ Qué ? — Aiden se voltea, buscando entender la razón de la pausa.
— Dígale a Logan y Joshua que vengan. Esta vez no te escaparás, Adán. — Pronuncia Anthony, y una sonrisa fría y calculadora se dibuja en su rostro al concluir su sentencia.
— Como usted diga. — Responde Aiden, saliendo del lugar.
Anthony se queda solo, contemplando el juego del gato y el ratón que se desarrolla ante él. Toma una copa de whisky, su refugio en momentos de tensión.
— Ya veremos quién es el que saldrá ileso de esta persecución. — Murmura tras tomar un sorbo del líquido en la copa, justo antes de que el teléfono comience a sonar.
— ¿ Qué has averiguado en tan pocos minutos, Aide ? — Pregunta, su tono interrogante escondiendo la urgencia de la respuesta.
— Señor, siento mucho decirle… que su hijo está ahora mismo en Los Ángeles.
— ¿ Qué ? ¡¿ Qué demonios está haciendo en Los Ángeles ?!
La ira de Anthony es evidente incluso a través del teléfono, sus dientes rechinando por la tensión de su mandíbula. Otro problema ha entrado en sus planes.
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Corazón Encadenado
RomansaCharlotte es una chica positiva que ha trabajado desde una edad temprana para pagar las deudas que su padre dejó antes de fallecer, además ha mantenido la matrícula universitaria de su hermano pequeño en España y se ha encargado del cuidado de su ma...