❝Era un demonio que se disfrazó de ángel frente a todos nosotros.❞
→ Ashley podía ver la felicidad en el rostro de todos sus hermanos, sin embargo ella jamás había sido capaz de sonreír verdaderamente y ni siquiera sabía el por qué. Se sentía vacía...
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VERDAD.
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Los demonios y los humanos eran completamente opuestos. Aquellos monstruos devoraban a las personas para evolucionar y mantener su inteligencia y su estatus por encima de todo; mientras que parte de la raza humana vivía en granjas como mero ganado para saciar el hambre de sus mayores presas. Ese era el sistema establecido desde hacía más de mil años por la promesa y nadie se había atrevido a cambiarlo hasta entonces.
Excepto William Minerva y Corbin, que trataron de salvar a los niños de las garras de los demonios y fueron asesinados por el mismísimo Clan Ratri por la amenaza que representaban. Eso era lo que el último aliado de aquellos héroes le había contado por el momento a Norman, Smee, un trabajador infiltrado en Lambda y que llamó la atención de los dos albinos. Y para su suerte él estaba dispuesto a cooperar con ambos para satisfacer su curiosidad gracias a que hizo una amistad con el chico.
Ahora aquel científico que tenía toda la información disponible y que ocultaba tantos secretos se encontraba con las consecuencias de las acciones de su pasado, sentado frente a uno de los tantos experimentos que realizó y de los que se arrepentía. La chica de ojos rojos le sonreía de forma forzada, con malicia y astucia, mientras que su mirada tan solo estaba vacía; por otro lado el ojiazul mantenía la mirada baja esperando a oír palabras por parte de su aliado, quien había accedido a hablar con ambos finalmente y a contarles todo lo que deseaban oír.
━Señor Smee...━dijo la chica juntando sus manos y observándolo risueña.━Puede hablar cuando quiera, me encargué de los micrófonos y las cámaras, y también de todos los demonios que podía haber en los pasillos de alrededor.━mencionó haciendo que tanto él como su hermano notaran la sangre reseca repartida por el rostro y los brazos de la albina.
Ella daba miedo, mucho más que los monstruos que había ahí afuera, era una cazadora esperando por su presa; y el ángel que aparentaba ser solo la hacía ver más tenebrosa aún.
━¿Cómo crees que puede haber un híbrido entre un humano y un demonio?━preguntó, provocando que la menor ladeara la cabeza curiosa ente su pregunta.━Ashley, como te hacías llamar antes, verás...━soltó un suspiro para después llevarse una mano a la frente y abrir de nuevo los labios.━Yo fui uno de los científicos que permitió hacer que ese experimento funcionase, y tú y tu mellizo fuisteis el resultado.
