Nos hemos ido a pasear por el pueblo. Hablamos tonterías por todo el camino a ninguna parte. Nos detenemos frente a la iglesia y nos encontramos con Pablo.
-¡Primo! —exclama Marcela.
-¡Prima! —responde Pablo sonriendo- Hace tiempo que no te veía.
-Sí, ya no me visitas. —replica Marcela, reprochándole.
-Lo siento, he estado ocupado... Marcos, ¿Cómo estás? —me dice, estrechándome la mano.
-Bien, y ya veo que tú también, porque si estas muy ocupado quiere decir que ese trabajo que tienes ahora te gusta de verdad.
Pablo sonríe.
Pablo es guionista y productor de obras de teatro y televisión; también es compositor y director ¡realmente es multifacético! Digno primo de Marcela, aunque realmente todos en esa familia tienen algún talento.
-Te lo digo, Marcos... es lo mejor que he hecho.
-Que bueno, primo —dice Marcela-. ¿Y qué haces por aquí?
-Oye, Marcela —dice Pablo, como recordando- te tengo un trabajo, eres la ideal para eso y por supuesto pagaré tus honorarios... y ya que me preguntas qué hago por aquí... pues los venía a saludar, además quedé de encontrarme con Rubén aquí.
-¿Con Rubén? —pregunta Marcela y me mira, sutilmente.
-Sí, ¿no te lo dijo? Quiero hacer una adaptación de uno de sus libros.
El semblante de Marcela parecía haberse desinflado, pero se repuso para contestar.
-Debe haberlo olvidado o quizá no me lo mencionó porque tuvo que salir a la editora.
-Ah, claro prima... -respondió Pablo, suspicaz.
A pablo tampoco le agradaba la relación de Marcela con Rubén, pero como él mismo dice: "ya no hay nada en este mundo que me sorprenda".
En ese momento llega Rubén; parece sorprenderse por vernos juntos.
-Oh, están todos aquí... -dice, mirando su reloj.
-¿Estabas en la editora? —pregunto, para ahorrarle el momento incomodo a Marcela.
-Eh... sí, sí... surgió algo y tuve que ir.
-Estuve en tu casa, Rubén. —dice Marcela.
-Sí, lo siento. Olvidé avisarte. Discúlpame ¿sí? —dice con un gesto- Entonces Pablo, cuéntame...
Marcela lo disimula con madurez, pero yo sé que se siente desairada, ni siquiera la ha saludado con un beso. Pero ella me sonríe y me insta del brazo para que entremos en la iglesia. Aun así, la mirada de Rubén nos sigue.
-Pronto se celebrarán las fiestas de nuestra patrona. —me dice y dirige su mirada hacia el altar.
La inmaculada Santa tiene las manos juntas en gesto suplicante y su mirada está fija en la bóveda del cielo, seguramente buscando a Dios.
Nos hemos sentado en uno de los bancos.
-Marcela... -le digo. Ella no me mira.
-Voy a hacerlo, Marcos —su rostro indica decepción o resignación, y tienen un extraño brillo: tristeza.-, voy a terminar con Rubén...
La noticia me cae de golpe. No me lo habría esperado jamás.
-Pero... ni siquiera has hablado con él aun.
-Lo sé, ya hablaré con él. Pero siento que aunque hablemos, no llegaré a una buena definición de lo que tenemos o de lo que pasa entre nosotros.
-Tómalo con calma, por favor...
-No quiero hablar más. —dice y se arrodilla para orar.
No me queda más remedio que dejarla en paz.
ESTÁS LEYENDO
Otra Ridícula Historia de Amor
Teen FictionMarcos narra, de manera breve, la historia de su banda de amigos, en la que se puede encontrar de todo un poco. En especial, intenta buscar la felicidad de su muy querida amiga Marcela, así sea con otro hombre que no sea él.