Capítulo 6

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Esa fue la última vez que la vi, han pasado ya varios días y ni siquiera mi celular ha sonado con un mensaje suyo. Imagino que se encuentra bien y que las cosas con Rubén marchan como debe ser.

Realmente me alegro por ella, deseo que sea feliz con todo mi corazón. Es mi mejor amiga: la mejor, la única. La que me ha llenado de sonrisas en mis peores momentos, la que me alienta... la que siempre ha estado ahí para mí.

Justo en ese instante tocan a la puerta. Casi puedo adivinar que es ella, pero me equivoco.

Cuando abro veo que es Elisa.

-Elisa, que sorpresa... -digo. Ella sonríe.

-¿Cómo estas, Marcos?

-No mejor que tu... -digo bromeando- Pasa, por favor. ¿A qué se debe el honor?

-Necesito hablar de algo importante... -dice seria- Necesito que me escuches.

Yo asiento.

-Está bien... siéntate. ¿quieres algo de tomar?

-¿Tienes whisky? —pregunta sonriendo. Yo emito un silbido.

-Vaya, es fuerte lo que vienes a contarme entonces... a esta hora no es muy conveniente.

-Solo tráeme agua...

-Eso está mejor, dame un segundo. —digo, y me dirijo rápidamente a la cocina. Regreso y le entrego el vaso.- Ten...

-Escucha, Marcos... -dice sin ni siquiera tomar un trago de agua.- lo que voy a decirte no puedes decírselo a nadie.

-Entiendo.

-No sé cómo empezar... -dice moviendo la cabeza-, se trata de Rubén...

-¿De Rubén? —inquiero- ¿Qué hay con él?

Elisa pareció titubeante.

-Hace algún tiempo que... él y yo nos comunicamos... -dijo haciendo un gesto con las manos.

-¿A qué te refieres con que se "comunican"?

-Tú sabes... -dice ella, lanzándome una mirada.

Me echo para atrás en la silla donde estoy sentado. ¿Acaso está diciéndome que ella y Rubén...?

-¿Tu y Rubén? —inquiero con incredulidad.- ¿pero...?

-Fue hace ya algún tiempo, antes de que Marcela terminara con él... -me dijo-. Estuvo llamándome, escribiéndome y buscándome... al principio no me gustaba, porque él estaba con Marcela, pero luego me dijo cosas...

-¿Cosas?

-Sí, que su relación con ella ya no estaba funcionando... que ella era muy celosa... empezó a hablarme y a llenarme de palabras bonitas... dijo que yo era hermosa como una princesa, fue algo que nunca nadie me había dicho, Marcos...

-¿Qué dices, Elisa? —pregunté, sorprendido.- ¿Seguiste con él?

Ella me miró visiblemente apenada.

-Fui débil, Marcos... pasamos varias noches juntos... y cuando él apareció aquí esa noche... -dijo casi en sollozo- había estado hablando conmigo por teléfono unos minutos antes... cuando lo vi aparecer para hablar con Marcela, sentí que mi mundo se había venido abajo...

No podía creer lo que Elisa me estaba diciendo, era más de lo que podía soportar.

-Escucha, Marcos... -dijo Elisa muy seria- pienso decírselo a Marcela.

-¿Qué? ¡No! ¿Estás loca? —inquirí abrumado.

-Ella debe saber lo que él le está haciendo... -se puso de pie.

-No lo hagas...

-¿Tanto la amas que la dejarías vivir un engaño?

-¿Qué? —pregunto ido.

-Voy a decírselo, Marcos y nada me convencerá de lo contrario. Adiós. —dijo y se marchó sin que pudiera impedírselo.

Todo esto es verdaderamente una locura.

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