El corazón de Dante se saltó un latido antes de hundirse, aun no quería casarse, aunque normalmente los hombres se casaban a la edad de 20 años él era un general con grandes responsabilidades y podía esperar un poco más, al menos otros cuatro años, no esperó que su madre lo llamara para eso, su matrimonio no se consideraba importante dentro de la residencia, a menos que su madre hubiera encontrado algún matrimonio que beneficiara a la familia.
- Aun no quiero casarme – habló sin pensar.
- ¡Tonterías! – gritó su madre golpeando la mesa con la palma de su mano. Una oleada de poder se desprendió de su cuerpo.
Inconscientemente Dante sintió la necesidad de arrodillarse, su madre era un mago muy poderoso, aunado a esto tuvo muchos hijos, todos en el reino sabían que cuando una mujer tenía un hijo su poder se incrementaba; la magia que nutría la nueva vida también la beneficiaba enormemente.
- ¿Desde cuando un hombre decide cuando casarse? – se burló Brissa – Parece que estar en el ejercito te hizo pensar que eras alguien que no eres –
Al escuchar las palabras de su hermana mayor un sudor frio se formo en la espalda de Dante, era verdad que la libertad de estar en el ejército casi le hace olvidar el lugar que ocupaba en su familia – Yo... yo... - Dante tartamudeo, siempre había temido este día, donde su madre le encontrara un matrimonio y tuviera que abandonar su libertad, solo no pensó que sería tan pronto.
- No debes estar ansioso hermano – dijo Alba, su voz sonaba muy gentil y comprensiva – Es normal que estes nervioso – le sonrió cálidamente antes de girarse a mirar a su madre – Madre... Dante es joven... no debes enojarte –
Valeria respiró profundamente considerando las palabras de Alba, Dante de inmediato sintió la disminución de la presión que lo mantenía de rodillas y también suspiró en su corazón, dando gracias de que Alba estuviera en la habitación, él por si mismo no sabía como apaciguar a su madre.
- Dante no es tan joven – se burló Brissa – No tiene modales... en lugar de agradecer a Madre esta aquí siendo irracional –
¿Cuándo fui irracional? Se quejó Dante mentalmente, pero no dijo nada; hoy Brissa parecía estar especialmente en su contra, y no entendía la razón detrás de eso, nunca antes la había ofendido – Hermana no digas eso – Alba se acercó a Dante y le dio una mano para que se levantara – El hermano solo estaba nervioso... él siempre ha sido muy filial con madre, no sería capaz de desobedecerla –
Brissa bufó enojada e ignorando a su hermana menor se dirigió a su madre – Esto es muy sospechoso madre... ¿Por qué la emperatriz escogería a Dante como consorte? –
Las palabras de Brissa cayeron cómo una pesada roca en la cabeza de Dante, ¿Consorte? ¿Emperatriz? ¿Casarse con la actual emperatriz? Si es mayor que yo por mas de 20 años, su corazón temblaba en su pecho, pero continuó guardando silencio, si su madre quería que se casara con la emperatriz cómo concubino él no tenía ninguna oportunidad de cambiarlo.
En este mundo donde las personas vivían mas de 120 años, 45 no era considerado mayor; apenas se consideraba que la emperatriz estaba a la mitad de su vida, Dante nunca había viajado a la ciudad imperial, entonces no tenía idea de cómo se vería la emperatriz, pero tomando el ejemplo de su madre que tenía 80 años y se veía aun joven, la emperatriz que no tuvo que estar gran parte de su vida en campos de batalla debería verse aún más joven, en el severo rostro de su madre no había ningún signo de arrugas o de cansancio, además apenas hacía dos años que había tenido a su hermano menor, no era raro que una mujer pudiera tener hijos incluso hasta los 100 años, aunque era un poco más peligroso.
Ajenas a las divagaciones de Dante las hermanas seguían discutiendo con su madre; - Yo creo que la emperatriz lo tenía todo planeado – dijo Brissa sin poder disimular su rabia.
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Harem imperial
FantasyLa emperatriz heredera ha llegado a la mayoría de edad, para esta gran celebración su madre le ha preparado un harem formado por las cuatro bellezas del los cuatro reinos, cada uno de ellos compite por el favor de la próxima emperatriz, con la esper...