8. Llegada

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Los cuatro meses para que los candidatos llegaran a la ciudad imperial pasaron muy rápido; de repente la capital se había llenado de actividad, con los candidatos llegaron comitivas de los cuatro reinos, inundando las calles de la ciudad, gente de todo tipo se reunía en los diferentes lugares de entretenimiento más famosos, ropas brillantes, joyas exquisitas, y extravagancia era lo que le esperaba a los múltiples visitantes, la Ciudad Interior; cómo le llamaban al lugar donde estaba el palacio de la emperatriz; se llenó de guardias y la seguridad era muy estricta, solo las comitivas previamente aprobadas podían entrar en la ciudad, la emperatriz también les brindo el hospedaje en los mejores y más lujosos hoteles de la ciudad interior.

Dante llegó acompañado de varios carruajes, incluso su madre que rara vez dejaba su feudo lo acompañó, - Desearía que mi padre también hubiera venido – se quejó Dante mirando por la ventana, las calles llenas de lujo lo intimidaron, pasó la mayor parte de su vida encerrado en su casa casi sin salir y cuando logró dejar su casa fue directo al ejército a proteger las fronteras, un lugar sin mucha gente y sin nada especial; ahora frente a él podía ver el palacio imperial; elevándose docenas de metros al frente, y lujosos edificios llenos de gente de todas las razas; en su muy limitada experiencia solo había visto gente de ojos rasgados cómo en el reino Agua, aquí podía adivinar que la gente de color más oscuro era del reino fuego, pero nada más, no distinguía entre el reino Aire y el reino Tierra.

- Es injusto que no pudiera venir el amo Kristen – lo segundó Sam, que era su sirviente principal. - ¿Por qué si pudo venir Justin? Su hijo ni siquiera está entre la selección – Sam hizo un mohín de mala gana, aunque él tampoco había salido del reino Agua, conocía un poco más que Dante por el entrenamiento que le dio Kristen y la familia de soltero de Kristen.

- No lo digan en voz alta – los regañó Alan, él era un poco mayor que los dos, con 30 años había servido al lado del padre de Kristen desde niño y era muy inteligente, había recibido la orden de cuidar y guiar a Dante, su pequeña familia viajaba con él siendo su hijo uno de los pequeños mozos que lo ayudaban en todo, y su esposa iba cómo cocinera personal de Dante; su esposa había sido librada de la esclavitud por el abuelo de Dante y por esto le debía mucho, estaba decidido a ayudar a Dante a volverse el emperador.

Dante asintió y ya no dijo nada, se limitó a observar todo por la ventana, cuando salió del reino Agua creyó que su comitiva era muy llamativa y que sus carruajes eran innecesariamente lujosos, Alan le había explicado que no podían llegar humildemente, si no que tenían que mostrar su poder desde el momento que entraban en la ciudad, en ese momento Dante no lo había entendido, pero ahora al ver las calles llenas de lujo se dio cuenta que si llegaban en uno de los carruajes comunes de su familia habrían parecido solo sirvientes.

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En el lado norte de la ciudad otra comitiva llegaba a las puertas de la Ciudad Interior; estaba formada en su mayoría por barcos voladores, las grandes banderas del reino Aire ondeaban con el viento, varios magos maniobraron las enormes naves para estacionarlas a un lado de la gran muralla que rodeaba la ciudad, cuando estuvieron bien aparcadas varios carruajes descendieron siendo tirados por hermosos caballos de viento;

- Sabes lo que tienes que hacer ¿verdad? – la voz femenina estaba llena de aburrimiento mientras miraba a través de la cortina, el carruaje que utilizaban estaba tapizado de piedras preciosas que brillaban con el sol, haciéndolo ver deslumbrante, varios peatones se detuvieron para mirarlo, admirando la riqueza del reino Aire.

En el reino Aire se especializaban en el transporte, aprovechando su manejo del viento para mover mercancías por el cielo, si los demás reinos querían prosperar necesitaban a los magos de ahí; el comercio de mercancías les dejaba una gran ganancia y no les daba vergüenza mostrarlo; al contrario siempre que viajaban les gustaba llamar mucho la atención.

Harem imperialDonde viven las historias. Descúbrelo ahora