11 El banquete (II)

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Con las palabras de Laisa dio inicio el suntuoso banquete, las grandes charolas servían los mejores platos de los 4 reinos y de la Ciudad Imperial, en una esquina estaban los músicos que iniciaron a tocar diferentes melodías; recopiladas de las diferentes regiones del continente, había bailarines en el centro del salón alegrando el ambiente que estaba un poco pesado después del ultimo incidente con Mauro y su familia.

- ¿De verdad te gustó ese chico? – preguntó Laurent en voz baja, ella estaba sentada junto a Laisa y miraba de vez en cuando a los candidatos frente a ella, según su visión Mauro no tenía nada especial para que su hermana mayor lo mirara.

- ¿Tu que crees? – Laisa respondió con otra pregunta, miró a su hermana pequeña que era demasiado transparente para ocupar algún lugar de poder.

- Mhn – Laurent pareció pensarlo en serio, mirando hacia Mauro que comía al lado de su madre y miraba de vez en cuando en dirección a ellas. – Creo que solo te estas burlando de él – dijo Laurent después de pensarlo.

- Inteligente – Laisa sonrió brillantemente antes de pellizcar las mejillas de su hermana menor deformando su cara.

- Basta – Laurent luchó por separarse, mirando con resentimiento a su hermana mientras cubría sus mejillas con las manos, su piel era tan blanca que estaba segura que ahora lucirían rojas e hinchadas. - ¡Que mala eres! – dijo en voz baja – Te voy a acusar con... - ahí se detuvo y no supo que decir. Ahora su hermana estaba por encima de todos en el reino, solo su madre estaba en igualdad con ella, y no creía que la pudiera regañar por algo así.

- No pienses demasiado – Laisa notó el cambio en la mirada de su hermana – Somos hermanas nunca te tratare mal –

Laurent bajó la cabeza y asintió en silencio, sintiéndose perdida de nuevo, en ese palacio parecía no encajar en ningún lugar.

El banquete continuó por mucho tiempo, mientras el vino corría cómo agua, después de un tiempo varios invitados habían cambiado sus lugares charlando con conocidos, esta celebración era considerada muy relajada y todos tenían libertad de convivir y mezclarse entre ellos.

Desde sus lugares los candidatos comían prácticamente en silencio, a diferencia de los demás invitados sentían la presión de su familia para causar la mejor impresión; llamar la atención de la emperatriz Laisa, agarrar firmemente su corazón y si era posible convertirse en el próximo emperador; era la misión de muchos de ellos, pocos eran como Lucien o Dominic a quienes el nombre de emperador no les importaba.

Cuando el ambiente estaba más relajado, a los candidatos se les dio la indicación de que se pusieran de pie y siguieran a un esclavo, no habían notado que la emperatriz Laisa en algún momento había abandonado la sala.

Siguieron al joven esclavo por algunos pasillos hasta llegar a una gran sala llena de cómodos sofás y grandes cojines – Esperen aquí por favor – dijo el esclavo que los conducía.

Los 12 tomaron asiento en los diferentes lugares, durante el banquete varios habían bebido un poco de vino y ahora estaban más relajados y podían hablar entre ellos con facilidad; formando pequeños grupos.

Dominic estaba en una esquina sin hablar, su mirada apagada no parecía enfocarse en nadie, el único signo de que estaba nervioso era el movimiento constante de sus pulgares; sin notarlo producía un pequeño chasquido con sus uñas al moverlos compulsivamente.

- Majestad – un sirviente muy discretamente se le acercó.

Dominic no respondió, solo se giró a mirarlo – Sígame – dijo el joven con la cabeza inclinada. Dominic se puso de pie y caminó en silencio detrás de él.

Harem imperialDonde viven las historias. Descúbrelo ahora