Capítulo 8

1.4K 175 202
                                    

En la actualidad.

La noche anterior, Karen se había ido luego de que Lucrecia fuera por ella diciendo que era muy tarde, al igual que ambas mujeres se llevaron al niño con ellas, ya que una conocida del pueblo estaba interesada en criar al bebé

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

La noche anterior, Karen se había ido luego de que Lucrecia fuera por ella diciendo que era muy tarde, al igual que ambas mujeres se llevaron al niño con ellas, ya que una conocida del pueblo estaba interesada en criar al bebé.

Harry y Louis se habían quedado completamente solos en la casa, junto a un par de velas que yacían encendidas desde hace unas horas.

El rizado seguía afectado por la historia que Karen había contado sobre su hermana, y agradeciendo que la castaña no hubiera oído que él sabía el nombre de la niña antes de que ella lo mencionara, pudo decir que solo estaba llorando por lo difícil que fue todo eso.

En ese momento, Louis decidió no atormentar a su novio con muchas preguntas, tanto que solo le hizo la seña de que se fueran a recostar.

Esa noche, Harry durmió después de pasar horas llorando sobre el pecho de Louis mientras era abrazado por él.

Cuando el sol salió, Louis se levantó de la cama con cuidado de no despertar al rizado para poder apagar las velas que estaban sobre la mesa

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Cuando el sol salió, Louis se levantó de la cama con cuidado de no despertar al rizado para poder apagar las velas que estaban sobre la mesa.

Se quedó de pie mirando a su ángel dormir tranquilamente, y luego se sentó sobre el sillón de la casa. Suspiró con pesadez sabiendo que Harry posiblemente sabía algo más allá de la niña, algo que quizá lo afectaba a él.

Lo escuchó suspirar mientras se acomodaba en la cama, buscando con sus manos el cuerpo del ojiazul sin tener éxito, al final Harry abrió sus ojos.

—Buenos días. —dijo acercándose a la cama con una sonrisa.

El rizado se movió a un lado pequeño de la cama. —Acuéstate conmigo. —pidió haciendo puchero.

El mayor sonrió al verlo estirando sus brazos para que lo abrazara; se recostó y recibió el cuerpo de Harry, rodeándolo y acariciando su espalda por encima de su camiseta blanca que todavía vestía.

—¿Puedo hacerte preguntas?

Harry sonrió sobre su pecho. —Ya empezaste haciendo una. —dijo en burla alzando su rostro para mirar al ojiazul. —Te dejo hacerlas si primero me besas, por favor.

Redeemer || l.sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora