TROUBLE ROOMIES •Choi Beomgyu/Kang Taehyun• [Hetero]

• Veintitrés •

En lo que llevaba del día, había ido a clases, le había dicho a mi mejor amigo que me alejaría de él para después escuchar un lindo drama sobre ser muy importante para el, había conseguido empleo después de haber fingido ser la novia del mejor amigo de mi compañero de habitación, había dejado plantado a mi ex, y había discutido con mi compañero de habitación para después tener el mejor sexo del mundo en el baño del departamento, y ni siquiera había terminado de anochecer. Tomé asiento en la mesa del comedor comenzando a cuestionar mi vida, ¿Y si estaba siendo parte de una simulación? No podía ser posible que me ocurrieran tantas locuras.

Taehyun se paseaba por la cocina sin camiseta, sentía que en cualquier momento se iba a quemar. —Tae, ponte algo por favor. —Le pedí con el temor de que terminara con la cicatríz de un sarten en el estómago de por vida.
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—Si no te adueñaras de mi ropa podría ponerme algo. —Dijo él conteniéndo una risa. Giré los ojos para bajar la vista hacia mi atuendo, ropa que había hurtado del armario de Taehyun, a decir verdad era muy suavecita, disfrutaba usarla.

Me levanté del comedor y tomé aquel delantal negro que estaba colgado pero nunca usábamos, comenzando por que yo no solía cocinar nada en absoluto, no cuándo había un precioso chico que lo hacía todo el tiempo. Me detuve a su lado sin poder evitar mirar como sus lindos brazos se marcaban cuando revolvía la comida. —Espera un momento. —Dije llamando su atención, el me miró por un momento y me dió una tierna sonrisa que aceleró mi corazón, deslicé el delantar por encima de su cabeza y terminé de amarrarlo detrás de su espalda.

—No era necesario qué...—Alcanzó a decir antes de que yo lo interrumpiera.

—Tú solo continúa. —Agregué al notar que se había detenido por completo desde que se lo había pedido. Casi pude ver su rostro enrojecer.

El soltó una ligera risa que inexplicablemente pude sentir más allá de mis oídos, como si hubiese llegado a una parte dentro de mi pecho, sacudí esos estúpidos pensamientos de mi cabeza, el y yo no éramos ni seríamos nada.

—¿Cómo te fue con lo del trabajo? —Preguntó él, rompiendo con el tenso silencio que se había formado, volví al comedor tomándo asiento lo más cerca que podía de él.

—Estaré a prueba este viernes, el sitio abre el sábado y no creo que tengan muchas personas esperando por un puesto así que creo que es casi seguro, sin contar que el dueño del lugar quedó atontado con mi "belleza latina"—Le conté tratando de quitar los ojos de su torso únicamente forrado por el delantal.

—No me agrada saber que estarás en un sitio dónde hay alguien así. —Confesó él.—Además, conociendo a Yeonjun no quiero imaginar que tipo de lugar será.

Jugué con mis dedos, aún no me acostumbraba a estar en armonía con él. —Yeonjun también trabajará ahí, creo que estaré a salvo, además de que ese señor parecía respetarlo mucho. —Dije dándome cuenta de lo extraño que era ese hecho.

Taehyun se dió la vuelta para mirarme, su ceño estaba fruncido. —¿Que Yeonjun qué?—Preguntó casi molesto.—¿Va a trabajar, Choi Yeonjun?... Ah, esto debe ser un chiste.

Lo miré confundida, ¿Qué diablos?

—¿Qué tiene de malo con que Yeonjun trabaje? —Pregunté sin entender en absoluto la actitud de Tae. Quien giró los ojos y volvió a mirar al frente.

—Que el padre de Yeonjun es el dueño de una línea de clubes nocturnos y restaurantes de lujo en todo Corea, te aseguro que no necesita trabajar en absoluto. —Explicó él.

—Pero... Yeonjun ni siquiera parece adinerado. —Dije sin comprender aquello que Tae me acababa de decir.

—Si lo es, solo que su padre es lo suficientemente listo como para saber que si le da riendas sueltas con el dinero a su hijo se va a arrepentir. —Explicó Tae. —Así como se arrepintió por darle un automóvil el año pasado, terminó accidentado a la orilla de la carretera, con Yeonjun detenido por conducir borracho a exceso de velocidad y alterar el orden público.