RENCUENTRO

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Sesshomaru era un joven exitoso, concluyo sus estudios con honores y ahora trabajaba en una de las compañías de su familia, su vida se había vuelto rutinaria y no tenía tiempo para otras actividades que no fueran la de su oficina y Yako, cada que llegaba a casa Yako lo recibía con gran alegría y solía compartir su tiempo libre con él, verlo era el recordatorio de aquella pequeña niña que había dejado atrás y por la que prometió volver...lo recordaría siquiera, con qué cara se pararía frente a ella sin siquiera haberle escrito o visitado después de tanto tiempo, además era un hecho de que Kagome ya no sería una niña, sino se equivocaba tendría alrededor de 20 años casi la misma edad que su hermano, durante las visitas que su familia le hacían jamás pregunto por ella, y ellos lo más que llegaron a decir de la familia era que el criadero Higurashi era de los más reconocidos en la región, ¿seguiría siento tan linda como la recordaba?, era obvio que al crecer Kagome sería una señorita muy hermosa y eso tal vez la haría acreedora a una gran cantidad de jóvenes que la rondarían, no...eso no podía ser, él pidió que lo esperara, tal vez en ese momento sus intenciones no eran lo suficientemente claras puesto que él tenía 15 y ella solo 10 pero no hubo un solo momento en que no recordara a esa pequeña que desde que la conoció había cautivado su corazón. Cuando llego a su nuevo hogar y conforme pasaron los meses se percató que el cariño que sentía por Kagome se convirtió en anhelo y poco a poco se confirmó la sospecha de que estaba perdidamente enamorado de ella, por eso decidido dedicarse a sus estudios, ser el mejor de su clase y preparar un buen porvenir para ofrecérselo a Kagome...su Kagome, a pesar de que su familia era una familia acomodada nunca quiso depender por completo de sus padres y quería ofrecerla a Kagome algo que él hubiera ganado con el sudor de su trabajo. Siempre hubo mujeres que quisieron compartir más que su compañía y con la única que lo quiso intentar era su compañera de clase, Rin, pero la realidad lo golpeaba cada que la veía, él no la veía a ella, a quien veía era a Kagome y eso lo sabía porque a pesar de ser muy parecidas los ojos eran totalmente diferentes, además Yako jamás se sintió cómodo con la compañía de otras mujeres, siempre se comportaba hostil con ellas y el prefería mantener su relación con Yako y esperar por Kagome.

Después de un largo día de trabajo mientras miraba el horizonte desde su oficina su número celular no dejaba de sonar, debía ser algo importante pues ya llevaba varios minutos así, fastidiado tomo su celular y miro la pantalla para encontrar que quien le hablara era su madre.

-madre, estoy ocupado puedo hablarte más tarde-

-Sesshomaru no cuelgues... sé que tiene años que no vienes por acá y no sé si al menos recuerdes a los Higurashi-

-madre claro que los recuerdo, gracias a ellos es que Yako está conmigo... ¿Qué fue lo que paso? -

-algo terrible, unos bandidos irrumpieron el criadero y lo han quemado todo, no les queda nada-

- ¿Qué dices?... y ¿Kagome? -

-todos están bien, solo el padre de Kagome sufrió de una grave intoxicación al intentar salvar a sus perros, los demás están bien, lograron salvar a todas sus camadas y perros gracias a que actuaron muy rápido pero ahora están destrozados, creí pertinente avisarte, finalmente Yako pertenecía a ese criadero y creo que guardas buenos recuerdos de aquellos años -

-ahora mismo salgo para allá-

-aquí nos vemos hijo buen viaje-

Apenas colgó el teléfono y cito a todos en la empresa para dejar arreglados los pendientes mientras su ausencia, su secretaria arreglo todo para el viaje y solo quedaba ir a su departamento para ir por Yako, Kagome los necesitaba, estaba seguro.

El tiempo se le hizo eterno, sentía un nudo en el estómago, Yako podía sentir la creciente tensión de Sesshomaru y solo se acurrucaba cerca de el para confortarlo.

YAKODonde viven las historias. Descúbrelo ahora