Yellow (Jenlisa) -CORRIGIENDO-

Capítulo 25

—Lili, mira el cielo—Jennie movió a la otra chica, tratando de despertarla. Lisa gimió y se dio la vuelta. Esto solo animó a la chica más pequeña. Se arrastró por encima de Lisa por lo que tenía una pierna en cada lado de su torso.

—Despierta—Jennie se rió, tomando la mejilla de Lisa y apuntando a la ventana—Te lo vas a perder, Lili.

—¿Perder qué?—la voz ronca por la mañana de Lisa finalmente llenó el silencio. Abrió los ojos para encontrarse cara a cara con la sonrisa de Jennie, tratando de sentarse. Liss gimió, pero se levantó.

—El cielo—Jennie volvió la cabeza de Lisa y señaló la ventana—Es bonito. Como tú. Tenemos que apreciarlo, ¿verdad?—se volvió hacia la otra chica y ladeó la cabeza hacia un lado.

A pesar de que acaba de despertar, Lisa consiguió esbozar una sonrisa suave. Se secó los ojos y se sentó con las piernas cruzadas, mirando por la ventana por unos momentos.

—Supongo que es bastante bonito, ¿eh?—se rió en voz baja. Jennie asintió, arrastrándose hacia el lado de Lisa y apoyándose en su hombro.

—¿Entonces por qué no vamos a tener una mejor vista de ella?—Lisa sonrió suavemente y se levantó. Jennie miró, confundida, como Lisa rebuscaba en sus cajones. La chica de ojos mieles le entregó a Jennie un par de leggins y un suéter. Jennie inclinó la cabeza hacia un lado.

—Ve a vestirte y vámonos a ver el amanecer—Lisa le dio un codazo a la puerta. El rostro de Jennie se iluminó y ella asintió con entusiasmo, corriendo por el pasillo y en el baño. Lisa rápidamente se cambió en pantalones vaqueros y una sudadera con capucha, tirando de un gorro de encima de su despeinado cabello de la mañana.

—Knock, Knock—Jennie se rió, de pie en la puerta. Lisa arrugó la nariz y se metió en sus botas antes de conducir a Jennie fuera de la habitación.

—Tengo una sorpresa para ti, también—dijo Lisa recordando. Señaló los converse de Jennie, señalizando a la chica para que se los pusiera.

—¿Sorpresa?—Jennie se sentó y tiró de sus zapatos. Ella miró inquisitivamente los cordones y luego miró a Lisa. Inclinándose, Lisa se rió cuando ella comenzó a atar los zapatos de Jennie—Sí, una sorpresa. Es en el parque—ella anudó doble los cordones y luego ayudó a Jennie a ponerse de pie—Vamos, te va a gustar.

—Me gustas—Jennie sonrió con orgullo, agarrando el picaporte. Ella sorprendió a Lisa girando alrededor y colocando sus manos sobre sus hombro—Hay mieles en tus ojos, Lili. Los veo.

El aliento de Lisa se atascó en su garganta cuando Jennie cerró los ojos con los de ella. Esta chica tenía una manera de evocar las emociones más profundas fuera de ella. Para alguien tan inocente, Jennie ciertamente sabía lo que estaba haciendo.

Las dos chicas se inclinaron a la vez. Lisa envolvió sus manos alrededor de la cintura de Jennie y la atrajo hacia sí. Sintió la sonrisa de la chica pequeña contra sus labios. Era suave, era dulce, era delicado. Pero fue perfecto.

Cuando el beso se rompió Jennie sonrió ampliamente.

—Quiero ver la sorpresa—ella miró esperanzadamente hacia Lisa, que todavía se estaba recuperando del beso. La chica de ojos mieles podría haber jurado que Jennie podía oír su corazón golpeando contra su pecho.

—Yo, sí, la sorpresa—Lisa se aclaró la garganta—Vamos, vamos al parque.

Jennie sonrió con emoción y agarró la mano de Lisa, tirando de ella hacia la puerta. Riendo, Lisa siguió a la chica pequeña, asegurándose de cerrar la puerta del apartamento detrás de ellas.