—Lis.
—Lisa.
—¡Manoban!
Lisa se despertó sobresaltada cuando la manta fue jalada, lo que hizo que ella que estaba enredada en ella volara fuera de la cama y cayera al suelo con un fuerte ruido. Se quejó, todavía medio dormida, y miró a Jisoo y Rosé de pie encima de ella.
—Tú tienes la culpa que te cayeras—Jisoo tiró la manta en el suelo—Hoy es el día, vístete y lleva tu culo abajo para el desayuno.
La chica de ojos mieles esperó hasta que sus compañeras se fueran para desenredarse a sí misma de las mantas tropezando sobre sus pies. Hoy era el día. El juicio de Jennie. El día en que las cosas podrían llegar a ser 100% más reales.
Diciéndose a sí misma en no pensar en ello, Lisa coloco música en sus altavoces para mantener su mente ocupada. Ella se cambió en unos leggins y una camiseta de una banda, poniéndose su chaqueta de cuero encima ya que la temperatura decrecía.
Se miró en el espejo, dándose cuenta de lo agotada que estaba. Coincidía con la forma en que se sentía. Suspirando, se echó agua fría en la cara para tratar de despertar. Pero no ayudó de mucho.
En el momento en que puso un pie en la cocina, un tazón de cereales se posó en sus manos. Nayeon le dio una suave sonrisa y apunto con la cabeza hacia sus otras compañeras en la sala de estar. Lisa se sentó en la alfombra ya que el sofá estaba lleno, dándose cuenta de que estaba sentada en el lugar habitual de Jennie. Se tragó el nudo en la garganta y miró a sus compañeras.
—¿Nerviosa?—Rosé le preguntó. Lisa asintió tomando un bocado de su comida y jugando nerviosamente con un mechón de la alfombra.
—No eres la única—la chica neozelandesa respondió, señalando a las otras dos chicas en el sofá y a ella misma—Ninguna de nosotras sabe qué esperar.
Lisa se mordió el labio. Al menos ella no estaba sola en esto. No sabía qué hubiera hecho si hubiera manejando todo esto sola.
—Gracias chicas—susurró, asintiendo con la cabeza una vez—No sé qué haría sin ustedes.
—Nos metimos en esto juntas, es justo que lo resolvamos juntas—Nayeon asintió, dando a la chica en el suelo una suave sonrisa. Lisa le devolvió el gesto y terminó el resto de su desayuno en silencio. Sin embargo, esto fue una mala idea, ya que sólo permitía que sus pensamientos empezaran a correr.
Independientemente de lo que pasara ese día, ella estaría en la misma habitación que Jennie. Ella iba a ver su cara, y seguiría tratando de aferrarse a esa simple bendición. Y tal vez, sólo tal vez, ella conseguiría abrazarla.
El viaje hasta el tribunal fue en total silencio, aparte de las quejas ocasionales de Jisoo sobre el tráfico. Las cuatro chicas estaban extremadamente nerviosas. Lisa empezó a morder ansiosamente sus uñas, un hábito que había tenido desde que era una niña.
—Aquí estamos—Jisoo exhaló. Aparcando el coche, la coreana contempló el edificio en frente de ellas y respiró hondo. Al minuto de que Lisa vio el nombre del edificio, se sintió mal del estómago. Esto realmente estaba sucediendo, no era sólo un sueño.
Las otras tres chicas se salieron del coche, pero Lisa permaneció congelada en su asiento, teniendo toda clase de pensamientos en su mente. Esto era real. Se sobresaltó cuando sintió una mano en su hombro, volviéndose y encontrándose con la mano tendida de Jisoo para ayudarla a salir del coche. Tragándose el nudo en la garganta, Lisa permitió que la otra chica la llevara fuera del coche para así subir las escaleras de la corte.
Diez minutos más tarde, las cuatro amigas estaban sentadas en un banco de madera incómodo, escaneando la habitación nerviosamente. Lisa se mordió el labio.
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Yellow (Jenlisa) -CORRIGIENDO-
FanfictionPrimer libro de la trilogía 'YELLOW' Lalisa Manoban odiaba a Jennie Kim, simple y llanamente. Por supuesto, ¿quién podría culparla? Jennie había sido la que leyó sus textos privados de Lisa frente a toda la cafetería, obligándola a salir del armario...