CAPÍTULO 24

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Sometimes I feel like giving up, but I just can't, it isn't in my blood - Shawn Mendes

23 de mayo, 2022

Retuerzo mis dedos en los bolsillos de mi abrigo mientras Alex busca las llaves en su maleta de mano. La puerta del departamento en Chicago está frente a mí, retengo el aire cuando el tintineo de las llaves me informa que ya vamos a ingresar.

Mi manager abre la puerta y hay algo en el ambiente, no sé si es un olor específico o la energía que desprende, pero mi corazón se hace pequeño. Reparo el lugar, todo luce tal y como lo dejé, salvo que más limpio, cada cosa está en su lugar, cada cuadro, cada espejo y adorno.

Camino alrededor fijándome en todo, recordando a la persona que eligió cada detalle que cubre algún espacio del salón. Avanzo al sofá y los flashbacks me acorralan, me hacen consciente de que cada palabra era una farsa. Cada plan, cada meta que establecimos. Las memorias están congeladas aquí.

Podríamos adoptar un perrito —sugerí acomodándome sobre su regazo.

Él besó mi cuello y me apretó contra sí.

Soy más de gatos —sentenció.

Vale, un gatito entonces —cedí.

Asintió distraído, con las palmas deslizándose por mi cuerpo. Entre besos acordamos ir por una mascota a esos albergues que solían dar en adopción a gatitos rescatados. Él solo asentía y afirmaba a todo lo que yo decía, no me daba discusión, no añadía nada, se limitaba a desnudarme, a hundirse en mí. Y yo acababa cediendo, abandonándome a las sensaciones que causaba, ignorando el hecho de que John no me prestaba atención realmente, solo lo hacía cuando no había ropa de por medio.

Sacudo la cabeza. Alex me abraza por detrás, como si supiera que ahora mismo no me tengo por completo, estoy dividida en partes microscópicas, no consigo unirme. Apoya su mentón sobre mi hombro y se mantiene ahí, quieto.

—Podemos pedir una habitación de hotel, Lex.

—No quiero que hablen —respondo.

No me apetece agrandar la situación. Si me ven yendo a un hotel sugerirán que aún me pesa el rompimiento, que está afectándome su compromiso.

Suspiro. No sé dónde es que dormiré, cada minúsculo espacio contiene algo que me devuelve al pasado. Alex me suelta para ir por el almuerzo que trajeron Batman y Robin. Ingiero cada trozo de carne en silencio, cada verdura pasa y me concentro en el movimiento de mi mandíbula para hacer de lado cualquier otra sensación.

Fallo.

Veo a Alex y recuerdo como me aparecí frente a su puerta una mañana después de que volviera a la ciudad. Me reparó extrañado, por mensaje le había asegurado que todo estaba bien, pero no hizo preguntas, solo me estrechó entre sus brazos y yo lloraba, y Benjamín traía una taza de té para mí. Me quedé con ellos mientras Alex arreglaba todo para que nos mudáramos a Los Ángeles. Un mes después me preguntó si quería vender el departamento, no tuve que pensarlo mucho, establecí mi "no" y no di explicaciones, no las pidió, solo acató mi pedido. La verdad es que no quise venderlo porque no quería atención sobre mí, no quería provocar a Catalina. Durante esas semanas me fui guardando en un cofre, fui cambiando, avanzando sin sanar. No cerré la herida, pero seguía dando pasos hacia adelante, el corte sangraba, yo lo cubría con gasa y continuaba, nunca dándole demasiada atención. Fui matándome a mí misma, fui liquidándome sin medir consecuencias. Luego me sepulté tan al fondo que no supe cómo encontrarme.

—Lex —me llama Alex.

Pestañeo, volviendo al panorama actual. Sus pulgares se dirigen a mis mejillas, percibo la humedad. Estaba llorando y no lo había notado.

This Is Lexie © [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora