CAPÍTULO 48

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—¡Ay, perdona! —exclama en inglés con un acento marcado.

Le sonrío, sin terminar de soltarla.

—Descuida —vuelvo a abrazarla, ella me rodea con fuerza.

Percibo las miradas sobre mí, todas con curiosidad, ninguna es grosera o dura. Cuando Ivette se aparta, un joven alto se acerca, tiene el cabello castaño, como el mío, algunas ondas están presentes y una sonrisa ladeada aparece sobre sus labios.

—Soy Claude —me dice inclinándose lo suficiente para notar el océano que se carga en los ojos—. Un placer, Ale.

Su acento no es tan marcado como el de la pequeña que aún me mira con ojitos chispeantes, con cautela abre los brazos para mí y yo no dudo demasiado en dejarme rodear por ellos. No reconozco ninguna de las sensaciones que me recorren de pies a cabeza, pero sé bien que ninguna es negativa. Suspiro contra el pecho de mi hermano que me retiene con confianza hasta que alguien carraspea.

—Yo también quiero saludar —se queja el que asumo es Dean.

—Es un pesado —me dice Claude con una sonrisa divertida—, pero te acostumbrarás.

Me río antes de pasar a ponerme frente a otro muchacho, que es más alto que Claude y tiene el cabello un par de tonos más oscuro. Me saca una cabeza y media. Lleva las manos a mis mejillas para secarlas, ¿desde hace cuánto estoy llorando? Recibo un cariñoso beso en la frente antes de que él también me estreche contra su tórax.

—Bienvenida a casa, Alexandra —me susurra, él si carece del acento francés, imagino que ha practicado mucho el inglés.

—Eres el guardaespaldas de Adara, ¿verdad? —una vocecita curiosa se escucha a mis espaldas.

Dean ríe y se aparta para que pueda ver la escena.

» Espera, ¿Qué haces aquí?

Finn se arrodilla frente a Ivette que entrecierra los ojos mirándolo. Mi novio me mira desde abajo, yo le sonrío, capto con demasiada facilidad lo que intenta decirme. «Es igual de chismosa que tú».

La pequeña castaña nota el intercambio de miradas, así que acaba observándome también, escucho a Dean reír detrás de mí y al otro extremo se encuentra Gilbert reparando gracioso la escena.

—Alexandra, creo que tu hermana quiere algunas respuestas —me dice.

—Es una pequeña chismosa —la molesta Claude, a lo que ella le responde sacándole la lengua.

—Ivette —la regaña una voz femenina.

Me giro ante su voz y un estremecimiento me recorre cuando me sonríe con ternura. Tiene aún el tubito del cual salió el confeti, reparo, por primera vez, el salón en el que me encuentro. Las paredes son de un crema bajito y todo está decorado con madera, los sofás, que, al parecer, fueron movidos para que haya espacio al centro, son color café también. Hay un gran letrero de "¡Bienvenida!" al fondo y mi conclusión personal es que fue Marina quien se encargó de esto. Tiene el cabello crespo, su piel pálida contrasta con el negro profundo de su cabello y sus ojos celestes son gentiles cuando coinciden con los míos.

—Pero mami, me dijo chismosa —replica Ivette, atrayendo otra vez mi atención.

Me acuclillo frente a ella y tomo su mano entre las mías.

—Prefiero el término curiosa —le sonrío—. Él es Finn, el guardaespaldas de Adara y mi novio.

Abre la boca en una pequeña "o" y deja de parpadear por unos segundos.

—¡Tienes novio!

Me rio.

—Lo tengo.

Vuelve a mirar a Finn que le ofrece la mano para presentarse. Ivette sale del aturdimiento para tomar su mano.

This Is Lexie © [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora