Durante los días siguientes, todo transcurrió con total normalidad. Era como si nada hubiese pasado anteriormente, tanto Sunoo como Sunghoon continuaron con sus vidas, saludándose de vez en cuando y dedicándose sonrisas rápidas desde lejos. Cosa que muy en el fondo, le causaba envidia a Heeseung.
Pero no lo haría notar, por supuesto.
—Quiero ver a Sunoo.
—¿En serio? Qué novedad. — el sarcasmo en su voz le pareció sumamente divertido a su mejor amigo.
—Seria divertido ir a mi casa a pasar un buen rato, ¿No crees?
—¿Tú no crees que es demasiado pronto para llevarlo a tu casa?
—¿Podrías dejar de responder una pregunta con otra por una vez?
Heeseung soltó una risilla: —Sólo decía.
Continuó concentrado en los libros frente suyo, prestando total atención a los temas que seguramente vendrían en su examen parcial.
Heeseung era extremadamente inteligente, tan perspicaz y hábil que daba miedo. Pero también era sumamente disciplinado, nunca fallaba y jamás llegaba tarde.
Sunghoon era más relajado, igual de aplicado pero solía ser de aquellos que preferían pasar sus ratos libres disfrutando de su juventud, a estar pegado a los libros más tiempo del que pasaba durante las clases.
Dos personas entraron por la puerta haciendo suficiente bullicio como para que Heeseung rodara los ojos con fastidio pero diversión al mismo tiempo.
—¡Hey, chicos! Es viernes, deberíamos salir a divertirnos. — exclamó Jake.
Jake era lo suficientemente energético como para contagiar esa energía a por lo menos otras 20 personas más. Alegre, optimista y despreocupado que le gustaba hacer que los demás le siguieran la corriente. Era competitivo y esa competitividad lo convirtió en un excelente estudiante a lo largo de los años.—Si te soy sincero, prefiero quedarme a dormir en la comodidad de mi cama. Alguien llame a mamá y díganle que necesito mimos.
Jay era tranquilo, lo suficiente como para contrastar a Jake. Maduro y bromista al mismo tiempo. Podrían decir fácilmente que su mayor atributo era ese balance en su personalidad que lo hacía sumamente atractivo tanto para hombres como mujeres. Hombres como Jay nunca pierden el encanto por más en apuros que se encuentren.
Astuto y lógico. Con las suficientes habilidades intelectuales como para ponerse al nivel de Sunghoon.
No por nada lideraban las listas de mejores estudiantes. Cada uno con sus cualidades diferentes.
—Sí, como sea. ¿Planes para hoy? — preguntó Heeseung dejando de lado por un momento sus deberes estudiantiles.
—Nada.
—Podemos ir a mi casa.
—¡Sí! ¡Oh, tengo tantas ganas de tener una cita con tu maravilloso jacuzzi!
Por cierto, eran asquerosamente millonarios. Y simplemente sus departamentos se encontraban en las zonas más lujosas de toda la ciudad, sin embargo, el más cercano al campus era el departamento de Sunghoon, que más ciertamente calificaba como una casa.
Era grande y tenía habitaciones amplías con enormes ventanales que permitían entrar la luz del sol, y por la noche deleitaban con una vista magnífica.
—Me agrada la idea. Podemos ir a pasar la tarde allí.
Todos estaban de acuerdo. Heeseung, por otro lado, sabía que Sunghoon había ofrecido su casa con otras intenciones. No fue necesario preguntarlo cuando lo vió encendiendo su celular y mandar unos cuantos mensajes con una sonrisa estampada en el rostro.
Despegó la mirada del celular y sonrió con más fuerza a sus amigos:
—Sunoo y sus amigos también vienen.
Jay y Jake le sonrieron orgullosos. Y Heeseung también lo intentó, lo suficiente como para que los demás le creyeran aquella falsa felicidad en el rostro.
Suspiró cansado.
No podía hacerle eso a su amigo. No era capaz.
Debía terminar con aquello de una vez por todas.
Pero no sabía cómo.
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Your eyes tell - EDITANDO
FanfictionSunghoon pretende a Sunoo, pero el chico no le corresponde, porque, en la lejanía, unos brillantes ojos, en silencio, le ruegan su regreso. 𝗙𝗔𝗡𝗙𝗜𝗖𝗧𝗜𝗢𝗡 Errores ortográficos o gramaticales serán corregidos al finalizar de escribir el fic o...