DISASTER ☆Yutae☆

Capítulo 34

[Pov Taeyong.]

Mi cabeza dolía, sentía que estaba a punto de partirse en dos, había olvidado lo intolerable que era al alcohol por más mínimo que bebiera. Tome una ducha y desayune, aunque la comida realmente no me sabía a nada, ese día solo tenía dos clases de dos horas cada una, por suerte, eran mis favoritas y el tiempo siempre se iba rápido.

Una vez llegue a la universidad, me detuve a platicar uno minutos con Doyoung, el cual me había dicho que ayer su novio Jaehyun, le había pedido que se mudaran juntos, pero que aun no se sentía preparado para ello, en fin, le dije lo primero que se me había venido a la mente, no me sentía de humor para intentar arreglar los problemas de otras parejas.

Luego de despedirme de Doyoung, me dirigí a mi salón de clases, apoye mi cabeza contra la fría mesa y sentí como alguien se sentaba en el lugar de al lado, no tuve que levantar la cabeza para saber de quién se trataba; el inconfundible perfume de Jungwoo, escuche un largo suspiro viniendo de él, cosa que si hizo que levantara la mirada.

- ¿Todo bien?

- Discutí con Yuta...

Sus ojos me examinaron por algunos segundos, luego, dejo caer su cabeza sobre el enorme libro que había dejado en la mesa.

Sentí algo parecido a la alegría invadir mi cuerpo, seguido de un enorme sentimiento de culpa, levante mi cabeza y mire al menor detenidamente. Era tan guapo, a pesar de tener aquellos rasgos tan femeninos, algo en el te hacia mirarlo, era muy lindo.

- ¿Puedo preguntar por qué?

- Quiero un bebé Yongie, y el no lo entiende, dice que no es un buen momento para ello, que deberíamos esperar pero... Yo realmente quiero un bebé.

Aquella noticia realmente me cayó de golpe, me sentí mareado y probablemente mis ojos se había desorbitado, ¿un bebé?, si Yuta y Jungwoo tenían un bebé... ¿Dónde quedaría yo?

- Pero Jungwoo, aun eres muy joven, ¿no crees que es una gran responsabilidad?, primero deberías terminar tus estudios, así podrás dedicarte por completo al bebé.

- ¿Tu también con eso Taeyong? ¿Por qué ni tú, ni Yuta entiende que puedo con ello, no es como si yo me fuera a embarazar, ¿saben?, puedo terminar perfectamente mi carrera en lo que la madre que nos preste el vientre tiene a nuestro bebé en la panza... ¡Ah! Son tan molestos los dos, no sé porque me tomo el tiempo de hablarlo con ustedes.

Hizo una pequeña rabieta, ni siquiera me dejo contestar, solo se levanto y salió tan rápido como vino, pero aquella conversación, parecía haberse llevado la mitad de mi alma, ¿un bebé?, un bebé en la vida de Yuta significaba muchas cosas, nuevos cambios, nuevas responsabilidades y... Lee Taeyong no entraba en ninguna de ellas.

Golpee mi cabeza contra la mesa, llamando la atención de los demás alumnos, sabía que estaba mal desde el momento en que me había referido a mí en tercera persona, pero... Estaba a punto de volverme loco, por suerte, el profesor entro con un examen sorpresa y olvide todo por el momento.

[....]

Cuando salí de mi última clase, revise mi celular, tenía dos mensajes de texto, uno de Jungwoo disculpándose por su comportamiento y otro de Yuta, mi corazón casi sale de mi pecho al leer su nombre, lo abrí y lo leí cerca de tres veces, solo decía:

"Ven directo a mi oficina después de que terminen tus clases, firmaras tu contrato"

No pude evitar sonreír, había conseguido el trabajo y eso solo significaba que tendría dinero, podría comprarme todos los videojuegos que no había podido desde que salí del hospital.

Tome nuevamente el subterráneo para llegar al edificio de NIT, la chica me dejo pasar de inmediato y me deseo suerte, se lo agradecí con una leve reverencia y me adentre en el elevador, una vez estuve frente a la oficina del mayor, toque y el me indico que pasara, obedecí y me encontré a Yuta con lentes, mi corazón latió rápidamente, se veía demasiado guapo, con su índice las subió y me indico que me sentara.

- ¿Qué? ¿Tengo algo en la cara?

- ¿Eh? No es solo que... te quedan bien los lentes.

- ¿Ah?, si lo sé, pero estas aquí por tu contrato, léelo y firma, ganaras cerca de trescientos dólares por sesión, no podemos pagarte más porque no eres alguien profesional, fue lo más que te pude conseguir, espero que no te moleste... ¡Ah! Taeyong... Deja de mirarme así, estamos en la oficina, joder, haces que quiera hacértelo sobre el escritorio.

- ¿Qué? ¿Cómo te estoy viendo? Es tu culpa Yuta, quítate los lentes y dejare de verte así.

El japonés se levanto de su lugar y camino hasta pararse detrás de mí, sus manos acariciaron mis hombros con suavidad, deslizando estas por mí pecho, sus labios atrapando el lóbulo de mi oreja, comenzando a succionarlo.

- Eres tan tierno Taeyong, haces que olvide que estoy molesto contigo.

- ¿Crees que me veo sexy con lentes?

- Mu...mucho... Y-Yuta, aquí no.

- ¿Por qué no? Solo no debes hacer mucho ruido, ¿me lo prometes?

- Lo prometo...

Me quito la carpeta de las manos, y giro la silla, tomo mi barbilla y elevo mi rostro hasta que sus labios se juntaron con los míos, en un beso lento. Su mano peino mi cabello hacia atrás, colocándola detrás de mi cabeza para que no me alejara de él, su otra mano se deslizo por mi pecho, hasta llegar a mi entrepierna, la cual comenzó a acariciar, haciéndome jadear sobre sus labios, aprovecho el que separe mis labios e introdujo su lengua en mi boca, comenzando a explorarme, dejándome explorarlo.

Sentía mi cuerpo calentarse, mi erección despertándose, pero unos golpes en la puerta haciendo que nos separáramos de inmediato, Yuta limpio el hilo de saliva que nos unía, giro mi silla y se fue a sentar a la suya.

- Adelante.

- Señor Nakamoto, el joven Jungwoo me pidió que le dejara esto, su comida.

- Gracias Irene, ¿el se fue?

- Sí, solo dejo esto y se fue, dijo que tenía clases.

- Está bien, ya puedes retirarte.

La recepcionista me miro por unos segundos y luego se retiro, mire al mayor y él me miro con una sonrisa en el rostro, lamiéndose los labios.

- Más te vale estarme esperando en nuestro lugar, sin ropa, cuando yo salga del trabajo, iré directamente para allá, ahora ve y dúchate, espera por mi bebé.

- Tengo cosas que hacer y...

- Taeyong, no me hagas enojar por favor.

Suspire y firme los documentos que me había dado el japonés, me puse de pie y sin pensarlo dos veces, tome a Yuta por el rostro y lo atraje para besarlo, un beso tierno, dulce, que él no dudo en corresponder.

- ¿Puedo pedir algo?

- Adelante...

- Lleva tus lentes, por favor.

- Es un trato.

La sonrisa que me dedico antes de que me levantara y me fuera, me erizo la piel, sentí su mirada hasta que salí de su oficina, tome el elevador y una vez estuve en la recepción, unas palabras me helaron la piel.

- ¿Si sabes que es casado verdad?

La recepcionista me dedico una mirada llena de desaprobación y luego una sonrisa falsa.

- Tenga un lindo día, joven Lee.