Capitulo 55 (final)

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[Pov Taeyong.]

Cuando colgué el teléfono, no podía borrar la enorme sonrisa que había en mi rostro, sonrisa que no paso desapercibida por Yuta, el cual me miro con una ceja enarcada y los brazos cruzados.

- ¿Quién era?

- ¿Estas celoso?

- ¡Mucho!

- Te amo...

- Yo te amo más, ¿Quién era?

- Doyoung... el quiere verme.

Un largo suspiro escapo de los labios de Yuta el cual miraba fijamente un punto frente a él, podía ver preocupación en sus ojos y miedo, alboroto su cabello y se levanto del sofá donde nos encontrábamos sentados, apagando la pantalla antes de hincarse frente a mí.

- No vayas, por favor... no vayas.

- Yuta, ¿Qué estás diciendo? ¿No ves que es la única oportunidad que tengo para reencontrarme con mi mejor amigo?

- Taeyong... ¿y si él te convence de que yo no soy bueno para ti?, conozco a Doyoung y aunque me ayudo mucho en el pasado, no quiero que te meta ideas tontas en la cabeza y...

- ¿Tan poco confías en mi amor por ti? ¿No te he demostrado a caso lo mucho que te amo? ¡Escucha lo que estás diciendo Yuta!

- Taeyong...

- ¡Basta! ¿No lo entiendes? ¿Aun no puedes verlo? Te elegí a ti, es contigo con quiero pasar el resto de mi vida... nada de lo que hagan o digan me harán cambiar de opinión, por favor, ¡date cuenta de eso!

Me puse de pie y deje a Yuta en la sala, me encerré en el baño y tome una larga y relajante ducha, mientras estaba en la bañera, me di cuenta de que había sido un poco duro con Yuta, pero es que a veces me dolía mucho que aún no confiara en mi, que pensara que en cualquier momento iba a dejarlo, ¿de verdad no le demostraba lo mucho que lo amaba?

Salí y me puse mi pijama de leones, Yuta había comprado un montón de pijamas de animales para mí, lo gracioso había sido que yo también le había comprado lo mismo, aunque sabía que tal vez el se negaría a ponérselas, pues eran muy infantiles. Cuando entre a la habitación, no pude evitar reír al ver a Yuta con su pijama de leones también, me acerque a él y lo abrace con fuerza, el de inmediato rodeo mi cuerpo y antes de que pudiera disculparme, beso mis labios tiernamente.

Yuta se había vuelto mi debilidad, siempre lo había sido en realidad, cada que sus labios tocaban los míos, mis piernas temblaban y él me sostenía con fuerza por la cintura para que no fuera a caer, pues sabia como besarme, sabía exactamente con cuanta delicadeza o cuanta pasión, según el momento, pero lo que más me gustaba de todo eso, era el hecho de que a través de sus besos, podía sentir lo mucho que él me amaba.

Dormí como bebé, pues Yuta se la paso pegado a mi durante toda la noche, incluso por la mañana, le fue difícil dejar de abrazarme. Aunque yo no iba a ir a trabajar, me levante temprano para hacerle el desayuno, hacía dos semanas que a Yuta lo había contratado una nueva empresa, retomando su puesto anterior, así que ahora ganaba más, aunque ambos sabíamos que pronto, comenzaría a viajar, pero lo veía más feliz, y eso era suficiente para mí.

Nos costó horrores despedirnos, siempre era lo mismo todos los días, pero debía darme prisa, tenía una cita con Doyoung y aquello me emocionaba mucho.

Deje todo arreglado, el aseo hecho y la comida lista, terminé de peinar mi cabello, tome mi chaqueta y salí del apartamento, poco a poco los nervios comenzaban a apoderarse de mi cuerpo, algo tonto, pero hacia tanto que no veía a Doyoung, que no sabía cómo debía actuar frente a él.

DISASTER ☆Yutae☆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora