capítulo tres

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El día en el que Senju me había dejado plantada, cometí el peor error de mi vida.

Pero también conocí a Chifuyu, a quien recuerdo con cariño.

Vivir con Senju era algo que aún no había asimilado

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Vivir con Senju era algo que aún no había asimilado. Hasta el momento, todo se había sentido como una simple fiesta de pijamas.

Pero la realidad me había dado un bofetón aquella mañana, dándome cuenta de que tenía que hacer de una vez los muebles de mi cuarto para no seguir durmiendo con la albina.

El olor a tabaco inundó mis fosas nasales, extrañándome. Al notar la ausencia de mi compañera, salí de la habitación, encontrándome con el culpable del olor a cigarro: Takeomi. ¿Desde cuándo se había quedado a pasar la noche?

—¿Takeomi? ¿Qué haces aquí? —pregunté aún con sueño.

—Sí, buenos días para ti también; Yui. —sonrió con sarcasmo con el cigarro en la boca.

—Él y yo haremos los muebles de tu habitación, puedes acabar de comprar tus cosas. —me dijo Senju mientras comía una tostada.

—Pero, ¡pensaba que iríamos juntas! —rechisté como una niña pequeña.

—Ve con ella, Senju. Yo me las arreglo. —su hermano le revolvió los cabellos.

—Está bien, pero acuérdate de que esta noche tenemos reunión.

¿Reunión? No sabía a que se referían, pero tampoco quería entrometerme.

Sin nada más que añadir, las dos salimos de casa al igual que el día anterior. Llegamos a una tienda que tenía varios productos en rebajas. Mientras yo miraba todo, Senju bostezaba detrás mío.

—¡Mira estos collares de pareja! —le iba enseñando. —Podemos compartirlos.

—¿Para qué necesitamos compartir otro collar? Ya tenemos muchos a juego...

—Porque eres la única con la cual compartiría esto, me lo llevo. —la ignoré, acabando por comprar los collares en forma de medio corazón cada uno.

—¿Necesitas algo más? —dijo ella una vez volvimos a la calle.

—Hmm, ya tenemos las perchas, los platos... —murmuré.

Senju cargaba con todas las bolsas. Al llevar una camiseta de manga corta, pude notar como se marcaban sus trabajados brazos al sujetar el peso de las bolsas. Se veía muy atractiva, no debería de estar viendo así mi mejor amiga.

roommates | senju akashiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora