capítulo veinte

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─¿Por qué has estado tan insistente en llamarme, Yuzuha? ─respondí a la llamada de la guitarrista, quien me había llamado en la pausa del concierto. 

Me había encerrado en un cubículo de los lavabos, impaciente después de ver todas las llamadas perdidas a su nombre. 

─Vuelve con ella, Senju. 

─¿Por qué me lo pides? Has tenido dos años para estar con ella. ─resoplé. 

─Porque ella te quiere a ti. ─respondió después de unos breves segundos en silencio. ─Hay cosas que no pueden ser nuestras, pero en tu caso sí. 

─Yuzuha... ─me llevé la otra mano a mi frente. 

─Si ya no la quieres, devuélvele las llaves de vuestro piso. dijo. ─Si no vuelves con ella, seré yo quien lo haga. ─colgó.

Recordé la conversación que tuve con Yuzuha el día anterior, maldiciéndome por aquello

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Recordé la conversación que tuve con Yuzuha el día anterior, maldiciéndome por aquello. Había conseguido el nuevo número de Yui gracias a aquella chica. 

Me miré en el espejo de la habitación de invitados de Hina. Tan solo me quedaban tres días en aquella ciudad antes de volver a mi monótona vida en Tokyo. 

Me replanteé qué era lo que yo de verdad quería. O mejor, qué era lo que yo necesitaba. Pero en ambas preguntas, mi respuesta siempre acababa siendo la imagen de aquella chica de ojos grises.

Resoplé y me lancé en el colchón, quedándome boca arriba. Eran las tantas de la madrugada, por lo que supuse que yo era la única despierta en el apartamento. 

¿Por qué no podía superarla? ¿Estábamos destinadas a volver a estar juntas? Parecía haber tomado el último tren que me llevaría a Yui, y por eso me detestaba a mí misma por no lanzarme a ella. 

Uno de mis miedos durante su ausencia, era la posibilidad de que Yuzuha estuviera con ella. Pero ahora sabía que eso no era así. 

Saqué mi móvil y el papel donde tenía apuntado el número de la pelirroja. Lo que yo no sabía, era que ella también estaba dudando en ponerse en contacto conmigo. 

¿Qué le digo?  Pensé. Porque tenía tantas cosas que decirle... Y quizá un beso sería suficiente para solucionarlo todo. 

Eso fue lo que me dijo Yui años atrás.

A la mierda. Marqué el número en la pantalla. Tenía la oportunidad delante de mí y no la tomaba.

Para mi sorpresa, fue ella quien me escribió primero. 

Hola, Senju

Sé que es demasiado tarde, pero no puedo dormir desde que reconocí tu rostro. 

Tienes todo el derecho a bloquearme y no saber nada de mí nunca más si así lo deseas. Pero creo que te mereces tantas explicaciones...

Yo me apresuré a responder. Aunque hablásemos a través de una pantalla, yo podía notar nuestra incomodidad. 

roommates | senju akashiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora