capítulo veintiuno

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Desperté a las dos horas, encontrándome a mí misma entre los fuertes brazos de Senju

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Desperté a las dos horas, encontrándome a mí misma entre los fuertes brazos de Senju. Me costó situarme debido a la falta de luz dentro de la habitación, porque ya eran las ocho de la mañana.

Y sabía que debía de irme en cuanto antes.

Teníamos un vuelo a Tokyo aquel mismo día, íbamos a dar un concierto en la capital, poco después del de Osaka.

─Senju. ─susurré con cariño. ─Despierta.

─¿Así que no lo soñé? ─dijo al abrir los ojos y encontrarse conmigo, apretando más su agarre.

─No, no lo has soñado. ─me reí suavemente, intentando irme de la cama.

Pero la albina no me dejaba escaparme de sus brazos.

─Senju, me tengo que ir. ─ella no respondió. ─Bueno, tenemos que irnos.

─¿A dónde?

─Al aeropuerto. ─contesté, a lo que ella abrió sus ojos repentinamente.

─¿De qué estás hablando? ─finalmente, soltó su agarre de mí.

─Antes de dormirnos te dije que me iría a Tokyo hoy mismo. ─ella se sentó en el borde de la cama, pasando sus manos por su cara. ─Y que tú también tenías que irte allí...

Me acerqué a ella por detrás, abrazándola. Apoyé mi barbilla en su hombro, esperando algo de su parte.

─No nos vamos a alejar, por si no te acordabas. ─susurré. ─Ya tengo el plan perfecto para estar juntas incluso con mi contrato.

Me levanté de la cama, dirigiéndome a las ventanas para subir las persianas de estas con tal de que entrara luz en la habitación. Ella pareció reaccionar y también se levantó, estirando sus brazos.

─Tápate. ─le tiré su camisa.

Ella se rió y agarró la prenda, vistiéndose al instante.

─Y no hagas ningún comentario. ─añadí al ver su cómplice sonrisa, acercándose a mí.

─Cómo tú digas. ─levantó las manos en señal de paz.

Empecé a vestirme con miedo de que alguien me estuviese esperando, ya fuera parte del personal o alguno de mis compañeros, a fuera.

─¿Cuál es tu maravilloso plan para vernos? ─ella se estaba ajustando el cinturón, demasiado concentrada cómo para mirarme.

─Eres una chica fuerte y yo tengo la suficiente influencia sobre mi empresa cómo para... ─me acerqué a ella. ─Pedirles que te den algún puesto, cómo mi guardaespaldas.

─Vaya ideas tienes en la cabeza. ─rodó los ojos con una sonrisa. ─A ver si te sale tan bien la jugada. De todos modos... ─buscó algo en el bolsillo de su pantalón, sacando unas llaves de este. ─Ya sabes dónde encontrarme.

roommates | senju akashiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora