Capítulo 18:

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Pov Narrador:

Esa misma noche a las 11:45 pm...

El edificio era lúgubre, el lugar; bastante alejado de la ciudad, perfectamente escondido, perfectamente planeado como para que nadie escuche, vea, o incluso sienta, lo que en aquel lugar se planea.

La mujer de ojos azules y exuberante cuerpo estaba sentada encima del Lamborghini rojo recién comprado, su mirada era fría sin ningún rastro de humanidad, su sonrisa era sádica, pero no le quitaba para nada su belleza física, era igual a una rosa con espinas extremadamente filosas, una joya de jade ennegrecida, una hoja en blanco que fue teñida de negro poco a poco sin ningún rastro de piedad.

La mujer miraba con desdén al hombre desaliñado y torturado desde hace días mientras deslizaba su mano por su hermoso cabello carmesí, el cual estaba atado en una cola de caballo con solo un mechón cayéndole en la frente. 

X: Por... Favor... Ten... Piedad... de mi... te... lo diré, solo... déjame morir - Rogaba el hombre con dificultad, lo único que verdaderamente deseaba era morir, de todos modos si vivía no podría recuperarse de todo lo que había pasado.

Annette: Eso se oye interesante, quiero oír más - su voz penetrante, era muy diferente a la forma de hablarle a Yuzu cuando la estaba amenazando, era más aterradora, más agonizante, como un demonio rojo que con unas simples palabras puede adsorber toda tu vitalidad.

El hombre de unos 33 años se mostraba cansado, llevaba desde el viernes sentado en esa silla, le habían sacado las uñas, había perdido un ojo, su abdomen estaba cortado en tres partes, pero no lo suficiente como para lastimar sus órganos, cada herida llevaba miel de abeja y desde hace un día, tanto hormigas como insectos, lo están devorando lentamente desde que se negó a hablar. Debido al tiempo, aquellas heridas ya se habían infectado y daban una vista horrenda por el pus y la sangre coagulada, si se dejaba mas tiempo no solo se infectaría si no que también se pudriría, había sangre seca en todo el suelo debajo de su cuerpo que estaba hinchado y maltratado, el hombre jadeaba por el infinito dolor cada vez que se movía un centímetro mas no podía moverse lo suficiente, estaba atado de manos y pies, sediento y con muchas ganas de desfallecer, aun sentía a las hormigas rojas moviéndose dentro de su carne, las mordidas de ratas aun claras en su piel roja, su rostro estaba pálido por la perdida de sangre, su mente no estaba totalmente cuerda y cada vez que sentía la sonrisa despiadada de la desgraciada mujer sentía ganas de ahorcarse con sus propias manos, no había dormido desde que llegó, cada vez que se desmayaba, una cubeta de agua fría era vaciada desde su cabeza, lastimando todavía mas su cuerpo, ni siquiera cuando había trabajado para los mas altos carteles había visto este tipo de tortura.

Todo por aceptar, todo por obedecer ordenes, si no hubiera escuchado a ese maldito vejestorio no estaría ahí, pero ya es demasiado tarde como para lamentarse, después de todo, sabia exactamente lo que pasaría si se metía en esas mafias, esto es solo algo que iba a pasar tarde o temprano.

X: Yo... cugh cugh - tose - Él solo mando a inyectarla... No me dijo sus planes, yo... juro que use una jeringa nueva y no duro mucho tiempo fuera de su frasco... - no mentía.

Mientras más hablaba, el ceño de Annette se fruncía más y más.

Annette: Te pregunte, ¿quién te mando? - sus ojos se abrieron con fiereza, estaba enojada, enormemente enojada.

El hombre guardo silencio, y eso empeoro su situación.

Annette: ¡Park Ming Young! 

Una puerta se abrió repentinamente, y el hombre comenzó a temblar mas aun al ver a unas de sus perpetradoras. Una chica de unos 25 años, cabello violeta suelto y largo, ojos grises, delgada, sus facciones eran claramente una muestra surcoreana, llevaba unos pantalones de cuero negro apretado y una blusa blanca junto a un abrigo negro de cuero, ella miro a la Pelirroja que la miraba seria desde el auto deportivo rojo y contesto.

¡¡Por favor, tomemos caminos separados‼ - CITRUS (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora