capítulo 25:

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Pov Narradora:

Yuzu miraba distraída la ventana, habían pasado seis semanas desde la última vez que vio a la psicópata.

Las reuniones semanales al final nunca se dieron, ella suspiró un tanto inquieta.

«Menos mal», pensó con un poco de alivio.

Después de todo, la relación de ella y Mei se sentía fría. No era como antes en los que algunas veces aunque pocas se mostraba un poco de calidez de parte de Mei, ahora solo hay sexo y eso es todo. 

Cada vez que Mei termina dentro de ella se siente vacía, ella no siente nada excepto 'dolor'.

Cuando estaba en su antigua escuela, antes había escuchado a sus amigas decir que cuando tenían sexo con sus novios se sentían bien y era placentero, ellas decían que luego de la primera vez todo se siente bien pero para ella era confuso.

Su primera vez no la recuerda y mientras más sexo tiene con Mei más dolor siente en su centro.

A veces es difícil para ella moverse sin sentir sus rodillas frágiles, suerte que sus encuentros son solo después de clases y a veces antes de empezar y afortunadamente no eran todos los días.

Mei era bastante brusca, siempre le sostenía las muñecas fuerte he incluso en uno de sus encuentros mientras tenían sexo Mei colocó sus manos en su cuello y por más que gritó que se detuviera porque no podía respirar, al final se termino desmayando por la falta de oxígeno.

Cuando despertó solo estaba ella acostada en el sofá de la oficina a altas horas de la noche, al otro día tenía una práctica de máxima prioridad para sus pruebas finales, así que tuvo que pasar la mayor parte despierta durante la noche escribiendo, redactando y preparándose para la exposición del otro día.

Cuando llegó a la escuela volvió a ser llevada a la fuerza por Mei a la oficina a pesar de sus protestas no era escuchada y cuando menos lo pensaba nuevamente sentía la gran polla de Mei en su interior tenso y rígido, cada estocada más dolorosa que la anterior y las heridas amontonadas siempre la dejaban perdida por largo tiempo.

A veces quería protestar pero cuando lo hacía Mei siempre decía las mismas palabras con su voz fría y ojos vacíos: «Si soy dura contigo es porque lo mereces, eres mía, así que puedo hacerte lo que quiera y no puedes protestar, ¿recuerdas?, ¿o es que acaso no me amas?».

Yuzu solo podía morderse los labios y responder con una sonrisa cansada por los sentimientos que sentía: «Si, yo amo a Mei».

Pero luego de ello volvía a sentir el dolor en su interior, las continuas lágrimas cayendo, y el viento frío en su alma. 

Sabía que Mei aún estaba enojada a causa de ella por haberle entregado su cuerpo a alguien más, eso no lo olvidaba debido a que su amada se lo recordaba una y otra vez cada vez que se negaba a hacer algo, pero ella pensaba que si esperaba un poco más, solo un poco más, su enojo se apaciguaría, sus ojos la volverían a mirar con luz, ella cambiaría su trato hacia ella y serían felices por siempre, ella solo tenía que esperar un poco más, solo un poco y la enamoraría, haría que Mei la amara igual que como ella lo hace.

Ella era muy testaruda, pero solo es porque la ama, constantemente lloraba hasta el punto de llegar a vomitar en la madrugada, aun así pensaba firmemente que si hacia todo lo que Mei decía la amaría, estaba tan metida en aquella idea que cada vez se sentía perdida, insegura, insuficiente... Sucia, repulsiva, he incluso utilizada.

«Pero no importa, porque con mi amor, estoy segura de que Mei cambiará, solo necesito esperar un poquito más», pensaba siempre con un poco de ansiedad mientras borraba sus lágrimas con una sonrisa artificial.

¡¡Por favor, tomemos caminos separados‼ - CITRUS (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora