Capítulo 4

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El ladrido de un perro despertó a Sana, abrió los ojos para encontrarse con la imagen de Dahyun entrando a la habitación con una bandeja en manos mientras Ari le seguía de cerca. La pelinegra tenía puesta una remera holgada que llegaba hasta sus rodillas y estaba desmaquillada, "¿Por qué esto se siente como un hogar?" Sana se desconcertó ante su pensamiento y trató de borrarlo mientras la bonita chica se acercaba a la cama.

—Buen día.—Dahyun puso la bandeja en la cama dejando ver un pequeño desayuno y Sana sonrió ampliamente, ni siquiera había notado que tenía hambre hasta que su estómago rugió al ver la comida.—¿Te parece mucho que te prepare un desayuno luego del sexo? Sé que recién nos conocemos, parezco una intensa pero perdón es que tenía hambre y quería compartir esto contigo antes de llevarte a tu casa.

—No, ¿Qué dices? me parece un muy lindo detalle.—Sana le dedicó una mirada cariñosa, la mujer frente a ella era un ángel, ahora entendía por qué tantos rumores de romance venían trás ella, cualquiera se enamoraría así. Buen sexo y muy atenta ¿Qué más se podía pedir?

Luego de conversar amenamente y terminar el desayuno, Dahyun llevó a Sana a su casa como prometió y no volvieron a verse más.

Luego de conversar amenamente y terminar el desayuno, Dahyun llevó a Sana a su casa como prometió y no volvieron a verse más

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Tres días después.

Por otro lado, era un día soleado y para suerte de Chaeyoung también su día libre, decidió pasarlo en un parque sola ya que disfrutaba demasiado del aire puro y la naturaleza, llevó su libro favorito para desconectarse totalmente de todo el estrés que la rodeaba.

Pero su paz no duró mucho cuando una pelota aterrizó directamente en su cara desconcertándola por completo, miró la pelota roja a su lado y al tocarla notó que estaba babeada.

—No puede ser.—Se tocó el cabello donde había aterrizado el juguete y buscó notablemente enojada con la mirada al responsable de eso.

—¡Perdón! No noté que estabas allí.—Una voz femenina se acercaba por el lado izquierdo, miró hacia esa dirección y se sorprendió de ver a Mina, la esposa de Young, con un perro golden acercarse a ella.—Oh, ¿Chaeyoung?

—Hola Mina, esto es suyo...creo.—Chaeyoung extendió su mano con la pelota babeada sin disimular una pequeña mueca de asco que le sacó una risa a Mina, quién luego se agachó sentándose apenas frente a ella.

—Te dejo el cabello un poco babeado, discúlpame de verdad.

—Está bien, fue un accidente.—Chaeyoung trató de acomodarse un poco el cabello sin éxito y Mina se cubrió la boca para no reír ante la frustración de la chica. —¿Cómo se llama tu mascota?

—Ray, el baboso.—Comentó Mina divertida y Chaeyoung río.—¿Qué puedo hacer para compensarlo? Estoy apenada de verdad.

—No te preocupes Mina, en serio.

Escándalo / Michaeng - SaidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora