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Yelena Pov.

En el auto íbamos escuchando música de Taylor Swift. Kate tiene un muy buen gusto musical.

- got a long list off ex- lovers, they'll tell you I'm insane cause you know I love the players and you love the game... - La escuché cantar por lo bajo a la par de Taylor.

- Tu madre si tenía razón en algo. Eres talentosa, cantas muy bien. - dije mientras giraba el volante. Kate vivía algo lejos.

- Gracias. Cantar y la música son de las cosas que más amo. ¿A ti te gusta Taylor Swift? -

- Claro. ¿Quién no ama a Taylor? Ella es la industria musical. - ella repitió eso último conmigo. - Oye... ¿Ya casi llegamos? -

- Lo sabrás cuando lo veas.- sonrió y levantó las cejas. Ese gesto me puso algo nerviosa y no hice nada más que reír. Segundos más tarde descubrí a lo que se refería. Había un campo con algunas flores, de entre ellas destacaban más las margaritas. En el centro se alzaba una casa muy bonita y sencilla que estaba iluminada.

- Ay no, olvidé apagar la luz. Ahora me la van a cobrar más caro. - se quejó Kate escondiendo su cara entre sus manos. - Bueno...- resopló - un gusto conocerte Yelena. Gracias por traerme a casa. -

- No es nada, cualquier otro día puedes llamarme si necesitas ayuda con algo y más si se trata de tus padres. -

-Mi mamá y Jack.- corrigió.

-Tu madre y Jack. Bueno, espero que entres a tu casa, después veré como volver a la mia es... Mucho camino. -

- O si quieres puedes quedarte esta noche conmigo, no tengo problema y si es que no tienes nada importante que hacer mañana temprano puedo acompañarte de nuevo a la ciudad, necesito hacer mis compras. - ofreció Kate. La verdad si tenía algunas cosas que hacer en la mañana, pero no creo que un descansito de mi vida diaria haga daño.
- Me parece buena idea. - sonreí y apagué el auto. Kate también me sonrió. Espero que no nos duelan las mejillas después de tanto sonreír.

Ayudé a Kate a bajar su bicicleta del maletero y la llevamos hasta la puerta de su casa donde le ponía un candado en caso de que alguien le robara. Pero ¿Quién robaría una casa lejana a la ciudad? Bueno, ahora que lo pienso mejor las películas de terror dicen lo opuesto.
Kate abrió la puerta y el aroma de su casa era idéntico al de la librería. Se sentía muy cómodo, después me asusté cuando sentí algo rodear mi pierna.

- ¡Ay! - grité. Y el pobre gatito se asusto. Kate se empezó a reír.

-Tranquila. El es cotton, de quien te hablé. - y el gatito volvió a restregar su cara en mi pierna, juro que lo oí ronronear. - Le agradas. - me agaché para acariciarlo.

- Claro, es mi encanto. Pero tú también me agradas bolita de pelos. - lo cargué y puso su patita sobre mi nariz. Era tan adorable, muy parecido a su dueña. - Oye no comimos casi nada en casa de tus padres ¿No tienes hambre? -

-Si un poco. Tengo una pizza en el congelador, puedo calentarla. -

- Suena rico. - asentí y ella fue a calentar la pizza. Miré al rededor, su casa era justo como me la había descrito en la tarde. Lo que más me había llamado la atención era su piano. Dejé al minino de lado para poder acercarme al instrumento. Pasé mi mano por las teclas y después presione algunas. Cuando empecé a tocar esa canción que me enseñó mi madre hace tiempo atrás, Cotton brincó y se acostó sobre el piano cerrando sus ojitos. Después escuché a Kate tararear la canción, me volteé a verla y al igual que Cotton tenía sus ojos cerrados moviendo la cabeza al ritmo de la música.

-¿Te he dicho lo mucho que te pareces a tu gatito ? - dije.

- No es mi gatito solo es un buscón de comida y cama. - acarició la barbilla del gato - pero supongo que si nadie lo ha venido a buscar es mío. Y no veo el parentesco. Por cierto la pizza está lista ¿Vamos a la mesa ? -

-Vamos. - me levanté y me guió hasta su comedor, era muy pequeño pero no nos impedía comer en el.

Nos sentamos y reíamos mientras contábamos anécdotas y todas surgieron debido a la plática sobre su caída en bicicleta. Le conté mis momentos más vergonzosos y ella me contó los suyos. Me habló más sobre su familia y yo le hablé sobre la mía.

- ¿Entonces tienes una hermana mayor? ¿Cómo es tener una hermana? Yo siempre quise una. - preguntó mientras daba un bocado.

- Es divertido, algunas veces me peleo con ella, peleas intensas si acaso, recuerdo la vez en la que éramos pequeñas y le quebré un plato en la cabeza. -

Vi su cara de espanto.

-¿Demasiado? - pregunté. Ella asintió dando otro bocado. - Lo siento. -

- Y ¿Cuántos años tiene tu hermana? -

- Treinta y cinco. -

- ¿Eres menor por diez años ? -

- ¿De verdad me ves tan joven?, que halagadora. Pero no, tengo veintiocho, casi veintinueve. -

- ¿Veintinueve? Wow, luces mucho más joven. Yo tengo veintiuno. - me sorprendí, creí que tenía unos veinticinco a lo mucho. Dios, si le hubiera dicho eso pudo haber pensado que le dije vieja.

- Veintiuno, maestra de música, arquera y con una casa hermosa. Has hecho mucho por tu cuenta, me siento muy feliz por ti, de hecho, orgullosa de que hayas logrado lo que siempre has querido. - tomé su mano y acaricié las heridas en ella. La mire a los ojos y ella me miró también. Tenían un brillo en ellos, y me perdí por un momento en su color achocolatado. Luego ella miro nuestras manos, y cuando me di cuenta de lo que estaba pasando la solté lentamente, para no verme agresiva.
- Creo que es hora de ir a dormir. ¿Tienes una manta? Dormiré en tu sillón si me lo permites. -

-Por supuesto que no. Yo dormiré en el sillón, vamos te llevo a mi cama. - tomó los trastes y los puso en el fregadero. Me levanté y me llevó hasta su cuarto. La cama no estaba bien tendida, de hecho ni siquiera lo estaba. - Perdona el desorden, puedes dormir aquí...- caminó hasta su ropero y saco un par de camisetas, pantalones de pijama y una manta tejida a mano - ten, toma esta camiseta y este pantalón, te dejo para que puedas cambiarte a gusto y duermas, descansa. - se retiró y cerro la puerta tras ella. Me puse su ropa y me sentí tan cómoda.

Kate pov.

Me gusta la compañía de Yelena. Pero se que no debo encariñarme tanto o no la dejaré ir de mi casa.

Me cambié en el baño y lavé mis dientes. Regresé a mi sillón y me encontré a Cotton sobre el. Gato aprovechado.
- Cotton, dame permiso, debo dormir y mi cama está ocupada por una señorita rubia. - intenté quitar a Cotton cuando este se acercó con intenciones de morderme o arañarme. - ¡Hey! ¿Que te sucede? Déjame dormir. -  intenté sentarme a su lado y corrió para prohibirme el paso. - ¿Que? ¿Acaso quieres que te deje y me duerma con Yelena? - seguido de esto Cotton maulló. Que miedo. Este gato trama cosas.
Me acerqué hasta su carita de diablillo y le dije : -Esta es la última vez que hago lo que me pides. Disfruta tu sillón, gato aprovechado. -

Me retiré y fui a tocar la puerta de mi cuarto pero antes de que tocara Yelena abrió la puerta.

- No hace falta que preguntes, ven, duerme conmigo, escuché toda la conversación. - dijo ella con una sonrisa y acomodando su cabello que ya se veía revuelto.

- Gracias, lamento que no te haya podido dejar dormir sola. -

-No pasa nada. De todos modos, duermo mejor abrazando algo y mi oso de peluche no está aquí. -

La mire con una sonrisa. Yo seré la menor, pero ella duerme con un oso de peluche.
Entre a mi habitación y ella cerró la puerta. Nos acostamos y apagamos la luz.

- Buenas noches Yelena. -

- Buenas noches Kate.- cerré mis ojos y me acomode de lado. Luego sentí su brazo rodearme y por primera vez en mucho tiempo volví a dormir tan bien.

I'm here [Katelena]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora