10.

694 86 24
                                    

Yelena pov.

- Kate... - murmuró la señora Bishop. Kate al oírla casi escupe el jugo de naranja.

-¡Mamá! - se giró dejando el periódico en la mesa. - ¿Qué haces aquí?-

- ¿Que haces tú aquí? - dijo la señora haciendo énfasis en el "tú". Tenía que decir algo al respecto.

- Yo la invité, señora Bishop. La invité a cenar anoche y como ya era demasiado tarde para regresarla a su hogar creí que sería mejor opción dejarla descansar aquí.- aclaré acercándome más a Kate. Empezó a ponerse nerviosa, lo vi en sus manos y sin que su madre viera las tomé por detrás de mi, acariciando su dorso para tranquilizarla.
La señora Eleanor me miró un poco diferente a las miradas que solía darme cuando nos conocimos. La siento un poco desconfiada y creo saber el por qué.

- Aprecio el gesto, Yelena. - volvió a mirar a Kate de forma un poco más intensa - Espero que mi hija no te haya causado molestias o que se haya aprovechado de tu amistad. - cuando dijo eso, Kate tenía una mirada de enfado y su puño se había cerrado. Resoplo y quiso responder pero yo la detuve.

- Para nada. Está todo bien. ¿Se le ofrece algo más? -
Realmente no entiendo cual es la razón de su molestia o de su visita.

-No. Gracias. Las veré después y Kate... -

-¿Si? - suspiró pesado antes de hablar.

- Compórtate por favor. - Eleanor dejó de mirarla y luego dirigió sus ojos a mi, ahora estaba sonriendo, pero esa es la sonrisa más falsa que he visto en un largo tiempo. - Hasta luego Yelena. - respondí de la misma forma y la acompañé a la salida hasta cerrar la puerta.
Entiendo muy bien el porqué Kate quiso salir de su casa lo más pronto posible. Su madre podía dejar un rastro de incomodidad a su paso. Creo que le pasaré un incienso a mi casa antes de que se quede con vibras pesadas.

- Kate... ¿Estas bien, linda? - miró sus rodillas y asintió. Estaba tratando de calmarse, estaba intentado tanto. Yo lo sé. Me apresuré hacia ella. - Hey, tranquila. No pasa nada, no eres una molestia y no lo fuiste. Tampoco haz sido aprovechada. No dejes que sus palabras te afecten. Eres mejor que cualquier cosa que ella dice. -

Alzó su mirada.

- ¿Realmente piensas eso? - yo asentí. Ella me abrazo fuerte, yo acaricié su cabello.
No había prestado atención al hecho de que aún lleva puesta mi ropa para dormir. Que adorable. Quisiera quedarme con ella otro rato, pero debo trabajar y apuesto a que ella necesita alimentar a su no gato y hacer cosas más importantes.

- ¿Necesitas hacer algo importante esta tarde? - pregunté mientras seguía acariciando su cabello, ella levantó su cabeza para verme desde abajo.

- Tengo que dar una clase hoy. - respondió.

- ¿A que hora? -

- De 5:30 a 6:30. - yo asentí en modo de "ya veo". Suspiré. Tenía que dejarla a su casa. Realmente no quiero, pero no hay otra opción. - Iré a cambiarme. ¿Donde te dejo tu ropa? -

- Quédatela. Un pequeño recuerdito de tu visita a mi casa, además te vez mejor que yo en ella. Ve por tus cosas, yo recogeré la mesa y cuando bajes nos vamos. -

-Wow... muchas gracias. Ya bajo, prometo no tardar. - se soltó de mi agarré y subió las escaleras casi corriendo.
Levante los platos sucios y los puse en el fregadero. Limpié la mesa y lo dejé ordenado para que mi área de trabajo estuviera limpia al regresar a casa.
Kate bajó con sus pertenencias y su cabello se veía más ordenado que hace rato, debió haberse cepillado.
Sonreí y salimos de la casa para después entrar a la camioneta.
Todo el camino fue tranquilo, hablábamos de temas muy triviales y ese día percibí cierta energía en Kate, pues cada Volkswagen amarillo que veía me pegaba un puñetazo suave en el hombro.

- ¡Auch! ¿Que fue eso? - pregunté fingiendo estar ofendida.

- No lo sé... pasó un bocho amarillo. Deberías saber ese juego. - estaba riendo.

- Te parece chistoso ¿eh? -

- Tal vez... un poquito. - canturreó.

- Ponte bien el cinturón y quédate quieta, podemos chocar si sigues haciendo eso a la conductora. - Suspiró y se acomodó bien. Muy obediente.

Al llegar a su casa detuve la camioneta. Podría decir que estaba callado pero la música de la radio era lo único que sonaba. Kate no se bajó, no aún.
- Yels... - rompió el silencio.

- Dime. -

- Necesito hablar contigo de algo importante. - su voz sonaba algo nerviosa. Así que traté de tranquilizar el ambiente.
- ¿Ahora y no en el desayuno? - pero solo me miró medio feo. Changos.

- Es enserio. Bueno... es sobre lo de anoche. En realidad no se si tengas conciencia de ello porque aún estabas algo ebria y no quiero decir que hicimos algo malo o más bien que yo hice algo malo...- balbuceaba sin parar y supe a que se refería pero prefiero dejarla hablar. Creo que ya ni siquiera estuve prestando atención a su verborragia, porque preferí notar los detalles de su nerviosismo. Sus manos se movían seguido haciendo ademanes a la hora de explicar, hablaba tan rápido sin siquiera equivocarse en alguna palabra y su mirada... evitaba el contacto visual - entonces no se que fue eso qué pasó y de verdad quiero saber si te molesta que lo haya hecho aunque sin embargo tú me lo pediste y tenía que decírtelo porque no me podía quedar calla...-
No lo resistí más. Tuve que callarla con un beso. Esperé con miedo en mi estómago y corazón a que ella se alejara rechazando el beso, pero no lo hizo. Después de un par de segundos se relajó y se dejó llevar. Extrañé sus labios toda la mañana. Esa sensación de suavidad y las cosquillas en el estomago combinadas de un escalofrío.
Nos separamos por la falta de aire y juntamos nuestras frentes, aún con los ojos cerrados.
- ¿Entonces eso es un no? - susurró.

- Para ser honesta ni siquiera presté atención a todo lo que decías. Solo me dieron ganas de hacerlo. - mi voz se hizo ronca.

- Me refería a si no te había molestado el beso de anoche... pero veo que no. -

- ¿A ti te molestó ? - susurré acercándome más y rozando nuestros labios a la hora de hablar.

- No. -

Y esta vez ella me besó primero.

I'm here [Katelena]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora