7.

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Yelena Pov.

Volví a girarla. Y estuvo a punto de tropezar y caer al suelo, de no ser porque la tomé fuerte de la cintura y la acerqué más a mi. Estábamos a centímetros.
- Hola. - saludé.

- Hola. - dijo, empezamos a reír y nos reincorporamos. - Te dije que no sabia bailar. - se disculpó mirando el suelo. Que chiquilla tan más adorable.

- Parece un buen momento para enseñarte a hacerlo. -

Seguimos bailando hasta que la canción terminó. Otra cosa de la que me he dado cuenta es de que esta chica no parece entender las indirectas. Pero por una parte eso me parece perfecto, no quiero incomodarla después de pedirle un beso de la forma más descarada posible como lo he estado haciendo. Tal vez estoy siendo algo pesada.
Kate es linda y tal vez estoy dejando que mis emociones hablen muy rápido en lugar de que mi cabeza lo haga. Pero hacía tiempo no me sentía así. Mi cabeza empezó a darle vueltas al tema desde que terminé cuatro copas de vino. Lo he estado ignorando desde la mañana, tal vez me está gustando Kate, pero yo no sé si ella guste de mi. Pensándolo bien, tal vez no es mala con las indirectas, tal vez ya se dió cuenta de lo que estoy intentando y la estoy haciendo sentir incómoda que por eso evade mis permisos para darle un beso. Esto es complicado, no lo entiendo.

-¿Yels? ¿Que tanto piensas? - movió su mano frente a mi rostro en busca de señales de vida.

- Lo siento, me fui por un segundo. - nos sentamos de nuevo.

-Tal vez debería quitarte esa botella. - rió y jaló la botella a su lado de la mesa. Le di una mirada de disgusto fingido. - Aww, esa es una mirada muy adorable. -

-No lo es. - chillé con falsa indignación y a cambio recibí un "si lo es", como respuesta.

Realmente quiero besarla. A este punto ya no estoy pensando claramente. Pero no puedo hacerlo sin su permiso. ¿Debería preguntar? ¿Me mirará feo si se lo pido?
- ¿Tengo algo en la cara? - preguntó y se limpió. Creo que yo la estoy mirando feo.
-No, lo siento. Es solo que me estoy comenzando a marear muy pronto. -
- ¿Quieres que vayamos al baño para que puedas mojarte la cara con agua fresca ? - dejó su servilleta de lado parándose. Asentí y me ayudó a levantarme de mi silla. Le indiqué dónde estaban los baños y entramos en la puerta que tenía un símbolo que indicaba que ese era el sanitario de mujeres. Me recargué en el lavabo y vi mi rostro. Me veo normal, pero yo ya no estoy viendo normal. Kate llegó en mi ayuda con un par de servilletas amontonadas entre sí. Las mojó con agua fría y palmeó suavemente sobre mi rostro.
- De verdad lo siento. No suelo embriagarme con cuatro copas de vino, creo que hace tiempo no bebo demasiado. - intenté disculparme otra vez. Ella negó con una sonrisa mientras seguía manteniendo las servilletas sobre mi frente tibia.
- No pasa nada, no te disculpes. -
¿La beso ahora? ¿Como le pregunto si me da permiso?

-¿Beso? - pregunté.

- ¿Perdón? - creo que no escuchó.

No... ¿tú crees, inteligente? Regañó mi sarcástico interior.

- Ouh, dije: ¿Que es eso ? - señale detrás de ella.

Cobarde.

Ella se sacó de onda al no ver nada y volvió a reír. Que risa tan más melódica.
- Creo que ya empiezas a ver cosas. Deberíamos irnos para que puedas descansar. -
- ¿Quieres quedarte en mi casa? Es decir, la tuya queda lejos y eso y la mía no y... No se... está bien si no quieres, aún así puedo llevarte y... - sentí su mano sobre mi boca.
- Está bien, si tú me das permiso de quedarme está bien. Gracias. - quitó su mano y no se él por qué me quedé estática, viéndola, y en mi mente parecía que todo se descontrolaba como aquella escena de Bob esponja donde su mente está en llamas. Tomó mi mano y me sacó del local.
- Tal vez es mejor que yo conduzca esta vez. - me ayudó a subir al asiento del copiloto y la vi por el vidrio cruzar hasta el otro lado para subir al asiento principal. Acomodó los espejos y su asiento. Obvio, es más enana. Prendió el motor y dio marcha hasta la casa.
Ya habíamos avanzado más de dos cuadras cuando me di cuenta de algo.
- Oye... ¿Recuerdas si pagué? - giré a verla, y sus ojos se abrieron en sorpresa. Volteo lento y dijo :

- ¿No habías pagado desde un inicio? - preguntó, yo negué. Miramos al frente y el auto siguió avanzando. Soy abogada, lo resolveré mañana.
Luego explotamos a carcajadas. Hasta que nos dimos cuenta de una joven con uniforme y gorra que estaba una cuadra atrás, lo que gritaba apenas era audible pero supe que era una empleada del local.
- ¡Corre, corre, arranca! - exclamé y Kate pisó el acelerador dando vuelta para perdernos de la vista de la chica.
Las ventanas del auto estaban abiertas y la velocidad aumentaba la fuerza del aire que entraba. Las calles a esa hora estaban mayormente desiertas así que no había chances de chocar con alguien. Nuestro cabello volaba y chocaba contra nuestras caras y ayudé a Kate a sostener el suyo con una pinza que llevaba en la guantera, así podía ver mejor la carretera. Era divertido, era libre. Éramos libres.

-Aún no nos lleves a casa. Da una vuelta alrededor del vecindario, siempre quise hacer algo. - dije al mismo tiempo que desabrochaba mi cinturón.
-¿Que haces? - preguntó Kate entre risas.
Me levante como pude y saqué medio cuerpo por el quemacocos de la camioneta, y disfruté del viento, el aroma del aire fresco, y esa emoción se mezcló con la misma emoción y felicidad que sentía al estar junto con Kate, y me di cuenta, me di cuenta de que me gustaba estar con ella, me gustaba Kate. Pude haberlo gritado ahí mismo, a los cuatro vientos. Pero no se lo diré, al menos no ahora. Yo, Yelena Belova, haré lo posible para enamorar a Kate Bishop, desde hoy esa es mi meta.

I'm here [Katelena]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora