- Por más que lo intento tu no me dejarás morir, ¿no es así? - le decía a Derek desde la camilla del hospital en la que estaba acostada.
- ¿Tu morir? No mientras yo esté acá - dijo sacando unas esposas de las que les ponemos a los pacientes suicidas.
- Wow oye, eso no hace falta - retiro las esposas de mi cuerpo.
- ¿No que estabas ciega? - dijo algo confundido.
- No totalmente, solo veo borroso, además pude escucharlas - aún así Derek me puso las esposas y me ató a la camilla - ¿Que te pasa? No intenté matarme.
- Literalmente te cortaste las venas Lena - sonaba algo preocupado.
- Es lo que cualquier personas hace cuando pierde la vista - dije haciéndolo parecer algo normal.
- No, eso solo lo haces tu loca - en eso escuché como dos personas entraron a la habitación.
- ¡Por Dios Lena! - en ese momento fue cuando me di cuenta que se trataba de Lexie y de Mark.
-No, ustedes no pueden estar aquí, fuera - les ordenó Derek.
- Por favor Derek, se trata de Lena, estoy segura que ella quiere que estemos aquí en esta situación grave - trató de explicar Mark.
- No, no es así, no quiero sentir su presencia así que ya váyanse - dije corriéndolos.
- Lena - escuché como Lexie me decía mientras me agarraba la mano.
- Adiós - rápidamente quité su mano y Derek hizo que se fueran.
- Bien, te dejaré descansar y luego limpiaremos mas a fondo tus heridas - Derek salió de la habitación dejándome sola.
- Maldito McDreamy - estaba realmente cansada así que me dormí.
Después de dormir una hora desperté, era la primera vez en dos semanas en la que realmente descansé, aunque fuera solo una hora se sintió muy bien. Desperté y lo primero que sentí era como alguien tocaba mi muñeca, rápidamente agarré su mano dejando a la persona asustada.
- ¿Quién eres? - dije con la esperanza de que no fueran ni Lexie ni Mark.
- Jackson Avery doctora - noté como su voz sonaba temblorosa así que solté su mano.
- Esta bien, puedes seguir con tu trabajo - dije relajando mi muñeca.
- Es un placer conocerla doctora - una voz algo chillona me espantó cosa que hizo que soltara un pequeño grito.
- Por Dios - dije asustada.
- No era mi intención doctora, lo lamento - dijo arrepentida.
- Esta bien, yo no te vi - reí ante mi pequeño chiste sin gracia, cosa que los demás copiaron - no más para saber, ¿cuántas personas hay en esta habitación.
- 4 doctora - dijo otra voz de mujer - un gusto conocerla, soy Reed Thompson.
- Yo Charles Percy doctora - dijo otra voz distinta de hombre.
- Y yo April Kepner, un gusto conocerla doctora Catore - dijo la voz chillona.
- Thompson, Percy, Kepner y Avery - dije analizando sus nombre - ¿Cómo es que no había escuchado sus nombre antes?
- Somos del Mercy West - respondieron todos a la vez.
- Del Mercy West eh, bueno un gusto conocerlos - me senté en la camilla - lamento no haberlos conocido antes, como podrán notar estoy algo ocupada estando gravemente herida.
- Por supuesto doctora, no se preocupe - dijo Kepner, sonaba feliz.
- Era un chiste April - oí que le susurró la otra chica, Thompson.
- Fuera de aquí invasores - escuché como Alex llegó.
- Si fuera, nosotros haremos eso - Cristina los corrió y los demás se fueron.
- No puedo creer que esté pasando tiempo con ellos doctora - escuché como Izzie y los demás se sentaban a mi alrededor.
- ¿No deberían estar con Meredith? - dije tratando de distinguir sus formas entre todas las manchas de colores que veía.
- Meredith está bien, usted es la suicida - oía como Cristina decía eso mientras masticaba una fritura.
- ¡Cristina! - le reclamó Izzie.
- No, esta bien, igual tiene algo de razón - suspiré y aparte mi vista de sus figuras.
- Bien Lena, hora de llevarte a cirugía - hace años que no escuchaba esa voz, ¿acaso será?
- ¿Doctor Melina? - dije sorprendida.
- Así es Catore, arreglaré esa ciega y deprimida vista tuya - me llevaron al quirófano y estaban apunto de dormirme cuando vi a Derek.
- ¿Por qué no me dejas dejar la vida y ya? - le pregunté tristemente.
- Porque eres mi mejor amiga - dijo sonriendo - y ni creas que volveré a hablar con Mark.
Me durmieron y me operaron de la vista. Pensé que iba a soñar con algo pero no soñé nada, solo era una imagen en negro. Después de recuperar fuerzas de la cirugía, cuatro horas después estaba al cien, al día siguiente me darían de baja y después de una semana de descanso podría volver a mi trabajo. Me dormí unos diez minutos mas hasta que la presencia de alguien e despertó.
- ¿Y tu quien eres? - dije al no reconocer su rostro, el chico rió.
- Soy Jackson Avery doctora - dijo sonriéndome, vaya que era guapo.
- ¿Tu eres Jackson Avery? Wow - dije sorprendida.
- Así es - inclinó su cabeza - ¿Por qué parece tan sorprendida?
- Nada solo que, eres mas guapo de lo que pensé - cuando dije eso el sonrió más.
- ¿En serio? - dijo con una sonrisa pícara en sus labios, cosa que hacía que se viera más ardiente - si me permite decírselo, usted también es muy bella doctora.
Sonreí de lado y lo último que supe era que la puerta estaba cerrada con seguro y nosotros estábamos en la regadera del baño de la habitación.
- ¿Está segura de que esto no afectará en algo a su operación? - dijo Avery dejando de besarme mientras el agua corría.
- ¿Acaso vas a introducir tu pene en mi ojo? - dije mientras mis piernas estaban enredadas en su cintura y me sostenía contra la pared.
- No - dijo riendo.
- Entonces cállate y bésame - sonreí y el obedeció.
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Running On Sunshine
RomanceLena Catore vive su vide de cirujana de trauma como siempre sin cambios, hasta que llega una persona que lo cambia todo para ella.