XXXIII

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—Corre, Jennie, corre

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—Corre, Jennie, corre. Vamos, rápido, antes de que te atrapen.

El ambiente se sentía pesado, estaba débil y algo adolorida, aún tenía ganas de continuar durmiendo pero su cuerpo ya no podía continuar haciéndolo.

Se encontraba cansada y enferma, pero estaba segura de que no había contraído ninguna enfermedad de ningún tipo.

—Veo que de nuevo estás así, Jennie, débil y cansada, no te preocupes, pronto pasará.

La voz de la Alfa se oyó lejana a ella. No podía verla bien, solo sentía su presencia y sabía que estaba ahí, nada más. Se encontraba demasiado mal como para poder abrir bien los ojos y ver con nitidez.

—¿Qué... me haz hecho?

—Bueno, cuando te encuentres mejor vas a saberlo.

Una sonrisa de lado se esbozó en el rostro de la chica que se encontraba al lado de Jennie. La observaba con cuidado y detalle, buscando algo que no hubiera notado de ella y de su rostro.

Esos últimos días no había hecho más que observar a la morena fijamente y grabarse cada parte de ella en su memoria, como si no fuera a verla nunca más.

—Por favor, ya no hagas esto conmigo.

Su voz había sonado casi suplicante ante aquello, Moonbyul no pudo evitar que lo que Jennie había dicho le doliera un poco. Se sentía algo mal por lo que se encontraba haciéndole, pero debía de continuar con lo suyo, ya estaba hecho.

—Lo siento, no quería pero así debe ser, Jennie. Es culpa de Lisa, créeme, no me gusta hacer esto, pero debo hacerlo, debo tomar venganza por todo lo que me han hecho a lo largo de estos años, no me lo merecía, claro que no. Lo siento.

—Me siento muy mal, por favor, para esto.

—Lo siento, Jennie, no puedo hacerlo.

La Alfa se levantó de la cama y salió de la habitación dejando a la morena sola. Ahí afuera se encontraba Chaewon, su guardia, de brazos cruzados y apoyada contra la pared con mirada seria.

—Chaewon, cuida de Jennie, estaré fuera todo el día, espero verla aquí y bien cuando vuelva.

—Lo que usted diga, jefa.

La mujer asintió con la cabeza y pudo ver a Moonbyul irse de la mansión con algo de prisa, era extraño que se fuera de aquella forma dejando sola a Jennie, últimamente se encontraba sobre ella y no la dejaba sola ni por un momento, al parecer tenía miedo de que alguien la descuidara y perderla de su vista, pero ahora acababa de dejarla sola.

—Vamos, Omega, levántate, iremos a dar un paseo.

Chaewon ayudó a Jennie a pararse y la sacó de la habitación. La morena se encontraba mareada y no entendía muy bien qué era lo que sucedía o a dónde era que la llevaban, solo se quedó ahí, quieta e inmóvil esperando a que alguna cosa fuera de lo común llamara su atención.

Hazme tuya | 𝗝𝗟Donde viven las historias. Descúbrelo ahora