Tenías la vista lenta y un tanto borrosa pero estabas lo suficientemente consciente de a quién estabas a punto de llamar .
Escuchaste el tono de marcado.
Sonó una vez .
Otra vez .
Y otra vez.
Entonces una voz somnolienta te contesto, una voz qué te encantaba.
— Tienes que estar jódiendome ¿sabes que hora es?
— Jiminieeeee — apareció una sonrisa tonta en tu rostro — te extraño ¿porque no estas aquí conmigo? — hiciste un puchero que sabias que no vería.
Lo escuchaste suspirar a través del móvil.
— ¿ Dónde estás?
— Cre-creo que estoy ebria — te estaba costando hablar.
— Eso es evidente ¿ estás sola?
— ¡Jimin-ah! quiero verte ahora , hay un idiota que quiere llevarme con él.
— ¡Joder! No puedo tener ni un puto fin de semana tranquilo — escuchaste cómo se levantaba rápido y maldecía entre murmuros — escúchame, no te vayas con nadie trata de enviarme tu ubicación, voy a encontrarte ¿vale? . Tú solo espérame.
Y te cortó.
— Te esperaría toda la vida Park Jimin — te dijiste para ti misma.
Con la poca lucidez que te quedaba hiciste lo qué Jimin te había pedido.
Alejaste al pervertido qué insistía en llevarte con el y esperaste por tu amigo.
Había pasado un rato prudente, tenías un poco de frío y el estar sentada en la acera no ayudaba de mucho. Te estabas mareando y no solo por el alcohol, una voz a tu lado te tenía bastante irritada.
— Venga muñeca , tu príncipe azul no vendrá por ti , yo puedo cuidarte — insistió una vez más el tarado que se había empeñado en que lo acompañaras.
— ¿ Lo de muñeca alguna vez te ha funcionado? Porque escucharte decir eso solo me dio mas náuseas — trataste de ignorarlo de nuevo.
Se acercó a tu oído cuándo le diste la espalda.
Asco fue lo primero que llegó a ti.
— Conozco un hotel de puta madre que puede quitarte las náuseas.
No alcanzaste a responder.
— Piérdete escoria — le dijo Jimin con una cara que te provoco un escalofrío.
Te tomó rápido entre sus brazos y viste desaparecer a ese idiota.
Miraste a tu amigo desde abajo. Aún tenía la vista puesta en la persona que quería escoltarte.
— Lo lo tenia bajo control Jimin-ah — le soltaste con un puchero pero ni tu te lo habías creído.
Posó su mirada en ti.
— Si , eso se nota. Vámonos ya , tengo frío.
🔥🔥🔥🔥🔥🔥
Tu cabeza no dolía tanto pero si tenias muchísima sed , diste vueltas en la cama estirándote y abrazaste la almohada con la intención de seguir durmiendo.
Pero entonces la realidad te golpeó.
¿ Cómo habías llegado a casa?