Eras más que consciente sobre su existencia, habías crecido mirándole.
Creíste qué en algún momento de tu vida dejarías de pensar en Park Jimin cómo algo más.
Que simplemente sería el hermano mayor de tu mejor amiga. Pero los años pasaron y entendiste que probablemente eso nunca pasaría.
Ya tenías la madurez suficiente cómo para entender que Jimin sería eso que siempre ibas a querer pero que jamás tendrías.
Lo entendiste por varías razones. Una de ellas , nunca te había mirado con ojos de desear algo contigo, ni siquiera reaccionó las veces que te había visto en bikini.
Otra, no estabas ni cerca de los estándares de las chicas con las que se solía enrollar.
Siempre serías la amiguita de su hermana.
Y tu sabías qué el hermano de la mejor amiga estaba prohibido, siempre, no importa el contexto de la situación, es terreno radiactivo.
Sin embargo había una parte de tu cerebro que se negaba a matar esa idea de que vuestros sentimientos no eran mutuos, por muy insignificante que fuera aún tenías esperanzas que te mirase cómo si fueses una puta obra de arte, una que solo el debería admirar.
Te trataba bien, te cuidaba , era lógico, habían crecido juntos , desde que tenías memoria invadías la casa de los Park , huyendo del caos de tu hogar . Eras parte de la familia , por eso no podías echar a perder tu refugio por esos sentimientos que tú yo de pequeña dejó que florecieran, en el presente los reprimías de puta madre, o eso creías porque ya no había forma de eliminarlos.
Vivirías con ese secreto dentro toda la vida.
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— ¡Puta madre Park Yeong! — trataste de sostenerla — un poquito de voluntad necesito abrir la puerta.
— Lo odio , todos los hombres son iguales — soltó entre sollozos — nunca te enamores ¿vale? . — te quiso aconsejar un tanto borracha.
— Eso no te detuvo a comerle la boca toda la noche al idiota de Jungkook. — aprovechaste de burlarte sabiendo que la futura resaca no dejaría que recordase nada de esta conversación.
— Lo odio , pero eso no significa que no lo quiera— sonrió como una boba enamorada — ¿ te has dado cuenta de lo guapo que es? Yo quería comerle otra cosa esta noche, no solo la boca — te dijo con un puchero.
— Si amiga muy guapo, venga entra que necesitas dormir. — le cortaste el rollo antes que te confesara otra cosa sobre la vida sexual que tenía con su potencial novio.
Como pudiste arrastraste a Yeong escaleras arriba mientras tratabas que sus padres no se despertaran y te culparan por traer a su princesa borracha y a esta hora.
Yeong reía cómo una idiota cómo si fuera muy graciosa la situación en la que estaban, chocaban con las paredes y no podían caminar recto.
Pero habías logrado llegar a su habitación al final del pasillo. Lanzaste a tu amiga sobre su cama y le quitaste sus zapatos.
— Amiga ¿verdad que Jungkook es guapo? — te volvió a preguntar.
— Si amiga es guapísimo. — le respondiste.
—¿ Quién es guapísimo? — soltó una voz a tus espaldas.
— ¡Coño! — dijiste ante el susto y la sorpresa.
