El fantasma de Taehyung seguía presente por más que quisieras, al principio de verdad creiste que estabas alucinando por como había terminado todo, pero no.
Tenias un fantasma en la vida real. Sólo que este fantasma estaba bastante vivo.
Decirlo de esa forma era menos aterrador, era preferible tener un fantasma siguiendote que un jodido acosador. Taehyung se habia empeñado en seguirte a todos lados desde esa noche en la que le pediste que desapareciera, funcionó por unas semanas pero de pronto empezó a aparecer en todas las esquinas sin siquiera tener la preocupación de no ser visto. El sabia que no harías nada al respecto porque no tenias la capacidad de acercarte a él sin besarlo, o abofetearlo.
Cualquiera de las opciones era mala, por eso fue mejor no hacer nada. Pero tu límite estaba llegando a su peak, por cada rincón por el que andabas sentías como alguien te observaba, incluso cuando estabas en la soledad de tu apartamento creías que aparecería con su profunda mirada y te haria de inmediato caer de rodillas a pesar de lo imbecil que había sido contigo.
Fue en ese momento que entendiste que probablemente Kim Taehuyng siempre sería tu debilidad, la idea de saber que estaba cerca te tranquilizaba, sentias que aún sentia algo por ti, si es que en algun momento tuvo sentimientos reales, pero también sabias que era aterrador, el problema era que no te importaba, sentias que seria más aterrador saber que realmente habia desaparecido.
Seguiste con tu vida lo más normal que pudiste, pero una vez al dia buscabas la silueta que solias abrazar en las noches para saber que estaba ahi.
Le omitiste a Nam el hecho que Taehyung habia empezado a aparecer por donde solias andar, casi le había dejado un ojo morado la última vez, no querias imaginarte de lo que sería capaz de hacer al enterarse del nuevo hobby que estaba practicando.
Además tu amigo se estaba esforzando mucho en sacarte del hoyo en el que estabas como para contarle que disfrutabas de la mirada que te acosaba cada tanto.
Era viernes en la noche, estabas exhausta y te estabas lamentando tu existencia, lo normal según tu, llevabas un rato evitando las llamadas y los mensajes de tu mejor amigo se había empeñado con que salieras con un amigo de él. No estabas para nada interesada pero ya no sabías como rechazarlo gentilmente, el solo queria ayudarte y francamente ya no querias su ayuda.
La necesitabas, pero era un tanto injusto de tu parte dejar que el se preocupara tanto por ti considerando que el también tenia su vida y sus problemas. Pero cuanto mas lo alejabas mas acudia a ti para verificar que todo en tu vida estaba bien. El mundo merecía mas gente como Kim Namjoon, tu en cambio sabias que no te lo merecias.
El móvil volvió a sonar y recapacitaste, sabias que el no contestar lo preocupaba más asi que suspiraste y contaste hasta diez para no soltarle mierda por télefono por no saber sobrellevar el caos que arrastrabas con tu vida.
— ¿Hola? — le dijiste tratando de sonar somnolienta.
— Venga hasta que te dignas a contestarme. — se oía mas enojado de lo que pensabas que estaría.
— Lo siento estaba durmiendo — mentiste — ¿qué pasa?
— Pasa que no te creo nada.
— También te quiero.
— ¿ Qué mierda fue lo que te hice para que no me contestaras el jodido teléfono?
— Mmm insitirme en salir de casa, eso principalmente — trataste de sonar dulce para disminuir su enojo, spoiler : no funcionó.
— Porque no puedes seguir en cuarentena ¡Joder! , no tienes ningún virus y el mundo no te va contagiar de nada.
